Efectos secundarios sexuales

La vida sexual no es inmune a la influencia de los fármacos. Eso es algo que deberás tener en cuenta cuando te veas obligado a consumir algún tipo de fármaco bien sea por automedicación, bien por prescripción médica. Nosotros, lógicamente, desaconsejamos completamente la automedicación cuando lo consumido sea algo que vaya más allá del paracetamol o del ibuprofeno. Los medicamentos pueden tener efectos secundarios y sólo un profesional de la medicina puede valorar la idoneidad o no de un medicamento para una dolencia o malestar determinado.

Algunos de los efectos secundarios de los medicamentos pueden afectar directamente a tu comportamiento sexual. Somníferos, antidepresivos, antiinflamatorios, relajantes musculares, neurolépticos, anti-ulcerosos, reguladores de la presión arterial o diuréticos, entre otros, pueden afectar a tu rendimiento sexual o a tu apetito erótico.

¿Qué problemas sexuales pueden derivarse del consumo de ciertos medicamentos? La reducción de la libido es quizás el más común. Que el deseo sexual disminuya es casi efecto secundario inevitable cuando se consumen ciertos antihipertensivos (diuréticos tiazídicos, betabloqueantes o antihipertensivos de acción central) o, en el caso de la mujer, cuando se están consumiendo antipsicóticos destinados a tratar graves enfermedades mentales como la paranoia, la psicosis o la esquizofrenia. En el caso del hombre, y según demuestra la experiencia, pueden producirse las dos reacciones contrarias. Es decir: el consumo de antipsicóticos puede producir disminución de la libido pero también (aunque en casos muy puntuales) aumento de la misma o incluso priapismo.

El priapismo es una erección persistente y dolorosa que no es debida a ningún tipo de estimulación sexual y que requiere atención médica. Si el priapismo no es tratado, puede dar lugar a disfunciones eréctiles de mayor o menor importancia. La erección característica del priapismo es una erección peculiar: afecta al pene pero no al glande. Es una erección que se da en el cuerpo cavernoso, pero no en el esponjoso. Miccionar con frecuencia, hidratarse convenientemente y evitar las relaciones sexuales prolongadas son algunos de los consejos médicos que suelen acompañar al tratamiento del priapismo.

Otros de los problemas sexuales que pueden derivarse del consumo de determinados fármacos son la disfunción eréctil, la anorgasmia (falta de orgasmo), la ginecomastia (desarrollo mamario excesivo en el hombre) o la eyaculación precoz, así como la disminución de la lubricación vaginal.

Los antidepresivos se asocian a diversos trastornos sexuales y de los fármacos destinados a controlar el parkinson se dice que pueden provocar un aumento de la libido o cierto grado de hipersexualidad.

Tratamientos hormonales

Los tratamientos hormonales también influyen directamente en nuestra función sexual. Los efectos secundarios provocados por estos tratamientos son los siguientes:

  • Los esteroides anabolizantes, los corticosteroides y los estrógenos disminuyen los niveles de testosterona. Dicha disminución de la testosterona provoca disminución de la libido y, en casos extremos, impotencia.
  • Los andrógenos provocan los anteriores problemas sexuales y pueden llegar a causar azoospermia (ausencia de espermatozoides en el semen) o atrofia testicular.
  • Los estrógenos tiene efectos diversos según sean consumidos por el hombre o por la mujer. En el caso de ésta, pueden producir tanto incremento como disminución de la libido. En el caso del hombre, los estrógenos provocan disminución de la libido e impotencia.

Cada persona reacciona sexualmente de una manera distinta al consumo de cada fármaco. La dosis consumida y la duración del tratamiento, al igual que la combinación con otros fármacos, también determinan los efectos sexuales del fármaco consumido. La reducción de la dosis o la retirada de la medicación acostumbran a bastar para hacer que el problema sexual remita.