Bebidas con gas
Coca-Cola, tónica, cava, champán, cerveza, txacolí, crémant, asti, lambrusco, sekt… ¿qué une a todas estas bebidas? ¿Qué las emparenta a todas ellas con, por ejemplo, la Fanta de limón o la Fanta de naranja? La respuesta es sencilla: las burbujas. Todas las bebidas nombradas, sean refrescos con gas o vinos gasificados, poseen burbujas, o sea: son bebidas con gas. En la cerveza, así como en el cava, el champán o los vinos gasificados como el lambrusco o el sekt (así se llama al vino gasificado en Alemania), la gasificación del líquido se produce por fermentación. En el caso de los refrescos, ese gas se les añade haciendo pasar el dióxido de carbono a presión y baja temperatura por el agua o la disolución base aportando un toque ácido a la bebida. En unos casos y en otros, tanto en los refrescos carbónicos como en los vinos espumosos y, en menor medida, en la cerveza, las burbujas proporcionadas por el líquido nos pueden servir para innovar y dar un nuevo matiz al sexo oral.
En nuestros artículos “Técnicas sexuales para mejorar el sexo oral” y “Sexo oral, más atrevido y descarado” dimos varias ideas para enriquecer tanto el cunnilingus como la felación. En esta ocasión vamos a realizar una nueva propuesta para enriquecer nuestras prácticas sexuales: la de servirnos de las burbujas y de la condición líquida que nos aportan tanto los refrescos carbonatados como los vinos gasificados.
Una vez estemos colocados en un lugar cómodo y tengamos nuestra botella de cava o champán o nuestra botellita de Coca-Cola a nuestro lado hay que abrir esas botellas (que deben estar frescas) y llenar aquellos vasos o copas que nos vayan a servir para beber. Antes de iniciar la práctica sexual propiamente dicha hay que retirar cualquier ropa que no queramos manchar (no es fácil, en ocasiones, “borrar” de un tejido manchado una mancha de vino) y sustituirla, por ejemplo, por alguna sábana plástica. Las sábanas plásticas siempre resultan muy útiles cuando a una pareja le da por mezclar en el mismo juego erótico comida y sexo. Ya lo vimos, por ejemplo, cuando hablamos de la combinación de sexo y chocolate y lo volveremos a ver cuando, próximamente, dediquemos uno de nuestros artículos al nyotaimori, una práctica sexual de connotaciones fetichistas que consiste en comer alimentos sobre el cuerpo desnudo de la pareja y que puede ser entendida como un juego sexual más, una práctica con la que dar un toque lúdico y al mismo tiempo sensual a nuestras prácticas sexuales.
Licor por el cuerpo
Una vez ubicado en el lugar en que va a desarrollarse nuestro encuentro sexual (la cama, el sofá, la alfombra, etc.) y protegido éste convenientemente para evitar ensuciarlo hay que tomar un sorbo de la bebida con burbujas que hayamos escogido para nuestro juego y, por ejemplo, iniciar ese juego tan sensual y excitante que consiste en pasarse la bebida, con delicadeza y lentamente, de una boca a la otra como si nuestro cuerpo se fuera volviendo líquido y, poco a poco, se vertiera en el cuerpo de nuestra pareja. Ese escanciar la bebida con burbujas sobre la copa en que se convierte la boca abierta de la pareja puede resultar tremendamente sensual y simbólico.
La bebida con burbujas, además, puede servir para ser embalsada en el ombligo o, tal vez, entre las nalgas. Libar de esos lugares, saborear ahí el vino gasificado de rigor puede resultar muy excitante para los dos miembros de la pareja.
También puede resultar muy excitante para la pareja el verter un chorrito de la bebida burbujeante que hayamos escogido sobre el cuerpo desnudo de nuestra pareja para, a partir de ahí, seguir con nuestros labios y nuestra lengua el recorrido que la bebida con burbujas realice sobre el cuerpo de nuestra pareja. Ese recorrido puede llevarnos a explorar su espalda, sus nalgas, sus pechos, sus pezones, sus muslos, la parte interna de ellos, quién sabe si también sus genitales. ¿Te imaginas, si eres hombre, libando tu txacolí entre los labios vaginales de tu amada? ¿Te imaginas, si eres mujer, lamiendo los testículos de tu pareja mientras persigues la última gota de cava que haya caído sobre ellos?
Finalmente, la mujer tiene la posibilidad que llenarse la boca con la bebida gasificada justo antes de que el hombre introduzca el pene en ella. Ese burbujeo, combinado con la frescura de la bebida y sentido en el pene, puede resultar muy excitante para el hombre y puede dar un toque especial a la práctica de la felación convirtiéndola en una práctica aún más placentera.