Un rapidito al despertar
Cualquier hora es buena para pegar un polvo. El sexo siempre es una actividad bien recibida indiferentemente de la situación que en el cielo ocupen el sol o la luna. ¿Quién despreciaría ese maravilloso impasse que, en mitad de la jornada, marca un polvo pegado a la hora de la siesta? Un polvo puede ser una excelente manera de acabar el día y, también, una excelente manera de empezarlo.
El polvo mañanero puede ser la mejor manera de rendir homenaje al nuevo día y, al mismo tiempo, de proveernos de una serie de beneficios que van a hacer que ese nuevo día sea mejor para nosotros.
Para empezar, la mañana presenta una ventaja sobre el atardecer o la noche. En la mañana, tras haber dormido, la mente está despejada y limpia de esos residuos e impurezas que el día va dejando sobre ella. Además, los sueños eróticos que hayan podido tenerse durante la noche habrán incentivado el deseo. El hombre, además, y según señalan algunos estudios, tiene mayores niveles de testosterona y de histamina, lo que favorece que el placer sea sentido de manera más intensa.
Otra de las razones que pueden esgrimirse a la hora de defender el polvo mañanero es la de sus efectos rejuvenecedores y embellecedores. Quien ha follado brilla de un modo especial. El brillo que a nuestra piel y a nuestra mirada nos da el haber sido satisfechos sexualmente resulta mucho más bello y efectivo que el conseguido a partir del uso de cualquier tipo de cosmético. Un polvo mañanero, un orgasmo experimentado en las horas iniciales del día, nada más levantarnos, hace aumentar los niveles de estrógeno y de todas aquellas hormonas que dan brillo y suavidad a la epidermis y que permiten lucir un aspecto más sano y llamativo a cabello y uñas.
El polvo mañanero actúa también como una especie de píldora de la felicidad. Al practicar sexo se genera oxitocina y ésta, al incrementar la sensación de bienestar, ayuda a reducir el estrés, lo que tiene un efecto directo y positivo sobre la piel y su apariencia. ¿Cómo salir de casa con el gesto torcido cuando se ha disfrutado de un arrebatado y explosivo polvo matutino?
Un polvo mañanero cumple, así mismo, una función muy importante en nuestro equilibrio psicológico. El polvo matutino mejora nuestra autoestima. ¿Cómo no sentirse contento con uno mismo y con lo que uno es tras iniciar el día gozando? ¿Cómo no reconciliarse con el propio yo y olvidarse de los propios complejos cuando uno, apenas despojado de los últimos restos del sueño, experimenta el placer de un polvo mañanero? El polvo matutino sirve para luchar contra los complejos y, al mismo tiempo, para alejar al pajarraco de la depresión.
Más beneficios del polvo matutino
El polvo mañanero tiene otra sería de beneficios somáticos que no deberían obviarse a la hora de defender su práctica. Citemos sólo algunos de ellos:
- Previene las enfermedades cardiovasculares.
- Mejora la circulación sanguínea.
- Reduce la presión sanguínea.
- Disminuye el riesgo de infarto.
- Disminuye el riesgo de diabetes.
- Fortalece los huesos, las articulaciones y los músculos.
- Alivia dolores crónicos como la migraña o la artritis.
Como ves, los motivos médicos para defender el sexo nada más despertar son de suficiente peso como para no aprovechar convenientemente esa erección con la que los hombres acostumbramos a despertarnos. El polvo matutino puede ser nuestra mejor taza de café. ¿Qué mejor revitalizante que un buen orgasmo mañanero?
Por otro lado, y según apuntan algunos estudios científicos, la práctica sexual en horario AM puede servir para fortalecer el sistema inmunitario. De entre las reacciones bioquímicas que se producen cuando se practica sexo hay algunas de ellas que redundan positiva y directamente en la producción de anticuerpos que sirven para fortalecer dicho sistema inmunitario. Por ejemplo, los niveles de IgA (un anticuerpo que se encarga de la función inmunológica y que protege al organismo frente al ataque de los microorganismos patógenos, previniendo las posibles infecciones) aumentan cuando se practica sexo por la mañana.
Finalmente, el sexo matutino puede servir para quemar calorías. La revista New Scientist las calculó y fijó en 300 calorías por hora. Sin duda, un buen motivo para ahorrarnos unos euritos en el gimnasio practicando algo mucho más agradable que correr sobre la cinta o practicar la elíptica.
Eso sí: deberemos tener siempre presente que el polvo matutino será, normalmente y siempre que se realice en jornada laboral, breve. El trabajo nos espera, el tiempo no nos sobra y, con esos condicionantes pesando sobre él, el polvo mañanero deberá ser algo así como ese polvo rápido que se da en cualquier momento y en cualquier lugar, aprovechando un subidón de la libido, y en el que la adrenalina se dispara para convertir cualquier caricia, cualquier beso, cualquier cosa que se haga con intencionalidad erótica, en una explosión de sensaciones.