El carácter siempre aflora
Las cosas que odias, las palabras que usas, tu color preferido, tu fecha de nacimiento, el signo del Zodíaco al que perteneces, tu letra al escribir… Son muchas las cosas que, según unos u otros “expertos”, determinan tu personalidad. Por ejemplo, la letra pequeña al escribir identifica a la persona tímida, estudiosa e introvertida del mismo modo que la grande identifica a la persona sociable y a la que le gusta ser el centro de atención. Otro ejemplo: si eres Leo (es decir: si has nacido entre el 23 de julio y el 22 de agosto) eres una persona generosa, alegre, humorística, de buen corazón, apasionada y creativa, pero también arrogante, terco, egocéntrico e inflexible. El cuándo se nace, pues, determina hasta qué punto una persona es valiente y segura de sí misma o rebelde y coqueta. Esto mismo puede ser determinado también por la forma de los labios (gruesos en el primer caso, redondeados en el segundo) o la fisonomía del rostro.
¿Qué queremos decir con esto? Que algo tan individual e intransferible como es la personalidad puede ser determinado o, cuanto menos, revelado, gracias a pequeños gestos, a actos que realizamos sin aparente importancia, a preferencias a la hora de escoger un color para nuestras ropas y, también, a la postura que escogemos para hacer el amor. La postura que elijamos preferentemente al practicar sexo dirá tanto de nuestra personalidad como lo puede hacer, según las normas de la numerología, el número resultante de sumar todos los números que componen nuestra fecha de nacimiento. Al mismo tiempo, el conocer la postura erótica preferida por nuestra recién estrenada pareja nos puede servir para conocer un poco mejor de qué pie cojea esa persona a la que casi acabamos de conocer y a la que aún no sabemos muy bien qué papel reservarle en nuestro futuro.
Veamos ahora algunas de las posturas eróticas más populares y lo que ellas nos dicen sobre la personalidad de quien las escoge como postura erótica favorita a la hora de lanzarse a disfrutar de los placeres del sexo.
Postura del misionero
Clásica entre las clásicas, la postura erótica del misionero es la postura erótica preferida por los hombres a los que no les gusta asumir riesgos innecesarios. El hombre que tiene la postura del misionero entre sus favoritas es un hombre poco espontáneo y al que no le gusta experimentar: un hombre que va a lo seguro, a lo que sabe que funciona. Por regla general, el hombre para quien la postura del misionero es su postura favorita es un hombre fiel que valora y defiende las relaciones de pareja duraderas y estables.
Por su parte, la mujer que coloca el misionero en el altar de sus posturas eróticas preferidas es una mujer sencilla y a la que le gustan las cosas simples. La mujer que prefiere el misionero entre todas las posturas eróticas es una mujer que valora el sexo romántico. Para este tipo de mujer, sentirse continuamente valorada y protegida es muy importante.
El perrito
La postura erótica del perrito es la postura erótica preferida por aquellos hombres a los que, de un modo u otro, les gusta ejercer de tanto en tanto un rol preferentemente dominante. A este tipo de hombres les gusta un sexo algo más salvaje y primitivo, un sexo en el que la experimentación y la innovación tengan, también, su espacio.
La mujer que escoge la postura del perrito entre sus posturas eróticas preferidas es una mujer atrevida y segura de sí misma. Innovadora tanto en lo sexual como en otras facetas de su vida, este tipo de mujer es una mujer luchadora que valora el factor sorpresa dentro de las relaciones íntimas.
La cuchara
El hombre afectivo, emocional y respetuoso, el que siente la necesidad de estar cerca de su pareja y el que considera la estabilidad en una relación un valor muy importante en la vida escogerá, de entre todas las posturas eróticas, la postura de la cuchara como su postura sexual favorita.
Gran parte de esas características de la personalidad estarán enraizadas, también, en la mujer. Romántica, la mujer que escoge la postura de la cuchara como su postura erótica preferida es una mujer a la que le gusta amar y sentirse amada, una mujer para quien los vínculos afectivos son fundamentales para poder vivir.
La mujer arriba
Esta forma de practicar sexo agrupa varias modalidades de posturas eróticas que tienen un factor en común: la mujer se coloca encima del hombre y dirige y controla los movimientos del coito. ¿Qué nos dice esta postura de la personalidad de un hombre que la escoge como postura erótica preferida?
La interpretación psicológica de la preferencia por esta postura erótica no está clara. Por un lado puede servir para identificar a un hombre acomodaticio, un hombre que, conformista, apuesta ante todo por la comodidad. ¿Qué hay más cómodo que estar tumbado y dejarse hacer? Por otro lado, puede servir para identificar a un hombre seguro de sí mismo, tan seguro que, de hecho y para reforzar esa seguridad en sí mismo, no necesita recurrir a posturas que impliquen un rol más dominante por su parte.
La mujer que decide colocarse arriba para practicar sexo junto a su pareja y que, al hacerlo, está ejecutando su postura erótica favorita, es una mujer con una gran confianza en sí misma, una mujer que, sintiéndose orgullosa de su cuerpo, no teme tomar el mando en cualquier situación de la vida, incluyendo entre ellas, y por supuesto, el sexo.
Sexo de pie
El hombre al que le encanta mantener relaciones sexuales de pie es un hombre fundamentalmente ambicioso y competitivo. Éste es un hombre de retos, perseverante y optimista, un hombre que no conoce el significado de la palabra imposible y que siempre pretende ir un poco más allá.
La mujer a la que le gusta mantener relaciones sexuales de pie es, ante todo, una mujer muy apasionada e intensa, una mujer que sabe lo que quiere en la vida y que, segura de sí misma, quiere experimentar y aprovechar cada día al máximo. La mujer a la que le gusta practicar sexo de pie es una mujer nacida para las emociones fuertes. De ellas se alimenta y a ellas se entrega con absoluta predisposición para sacar de ellas el máximo jugo.
¿Ya has averiguado cuál es tu personalidad en base a la postura erótica que más te motiva? No te preocupes si te gusta y apasiona más de una. No tienes eso que se llama “trastorno de personalidad múltiple” o “trastorno de personalidad disociativo”. Es normal. Después de todo, ¿por qué quedarse con una sola manera de vivir el sexo?, ¿por qué ponerse límites?, ¿por qué estrechar el universo experimental? Limitarse a una sola postura erótica a la hora de practicar sexo es igual que limitarse a pedir siempre y en todo momento tortilla de patatas en un bar de tapas. En la variedad, ya lo sabemos, está el gusto.