La herramienta del amante
Cada instrumento tiene su forma de uso. La llave inglesa, la garlopa y la lezna imponen sus propias restricciones a la hora de hacer uso de ellas. Conocer la técnica de empleo de cada una de esas herramientas permitirá apretar convenientemente una tuerca, alisar la madera o abrir un agujero en el cuero de una bota para pasar después el cordón por él. Esto, que sirve para explicar la importancia que tiene la técnica y el dominio de la misma en los oficios del mecánico, del carpintero o del zapatero, debería servir también como regla que todo amante tendría que tener presente si desea alcanzar reputación como tal. Del mismo modo que cada herramienta reclama una forma de uso, también cada tipo de pene exige una postura erótica determinada para dar lo mejor de sí. Y es que, así como la lezna, la escofina, el tirapié o la precisa son las herramientas sin las que no se entendería el oficio de zapatero, el pene es la herramienta fundamental y decisiva del amante.
Un gran amante debe saber utilizar los recursos varios que forman parte de lo que conocemos como preliminares eróticos. La caricia, el beso, el mordisco, el lamido, las marranadas susurradas al oído, la estimulación digital u oral, el uso procaz de la lengua y los labios, el magreo intencionadamente excitador… todo eso son técnicas que el buen amante deberá conocer y utilizar para brillar como tal; pero la nota final, aquélla que sirva para colocar al amante en uno u otro nivel, dependerá en buena medida del uso que ese amante haga de su pene.
Penes hay muchos y, lógicamente, no todos son iguales. Unos son más anchos en su base que en su punta. Otros muestran un aspecto casi de cilindro perfecto. En algunos, por su parte, el glande tiene una anchura superior al resto del miembro. Conocer las posturas eróticas para cada tipo de pene es una de esas asignaturas que todo aspirante a amante cinco estrellas debería aprobar para ser valorado como tal.
Tipología del pene
En este artículo queremos darte cuatro indicaciones básicas para que sepas cómo podrás obtener mayor rendimiento de tu pene escogiendo una postura erótica adecuada a él a la hora de hacer el amor.
Por ejemplo, si tienes lo que se conoce como pene lápiz puedes considerarte un hombre afortunado. Este tipo de pene, caracterizado por tener el mismo grosor desde la base hasta el glande, es un pene que resulta muy placentero en cualquier tipo de postura sexual ya que sirve para estimular de manera homogénea toda la vagina. Ideal para la práctica del sexo anal, este tipo de pene sólo puede plantear una pequeña limitación en el caso de que sea un pene demasiado largo. Si es así, deberían evitarse la postura del perrito y todas aquéllas en las que la penetración sea profunda y la punta del pene pueda golpear la pared vaginal. Dichas posturas eróticas podrían resultar molestas para la mujer. Y provocar molestias y dolores vaginales no es la función que debe cumplir un buen amante.
Si el hombre posee un pene curvo debe saberse un hombre especial ya que este tipo de pene no es de los más habituales. Este tipo de pene presenta una desventaja sobre otros. Por su forma, puede resultar complicado encontrar una postura erótica que no ocasione molestias en el propio hombre o en la mujer. Por el contrario, su curvatura pueden convertirlo, llegado el caso, en un tipo de pene muy interesante si uno de los objetivos del amante es estimular el punto G de su pareja. Para ello, nada mejor que hacer uso de las posturas del perrito (si la curvatura es hacia abajo), del misionero (si la curvatura es hacia arriba) y la que se conoce como la profunda, es decir, aquélla en la que la mujer, tumbada de espaldas, alza las piernas, lleva sus rodillas hacia su pecho y hace reposara sus pies sobre los hombros de su amante, que la penetra profundamente. Cuando la curvatura del pene es lateral puede resultar muy placentera aquella postura en la que la mujer se coloque de costado
El pene plátano, por su parte, es un pene muy apto para todo tipo de posturas eróticas. En este tipo de pene, la base y el glande son de la misma anchura, siendo el tronco más ancho. Esta característica hace que este tipo de pene resulte muy placentero durante la penetración sobre todo si se buscan posturas apretadas o si la mujer, por ejemplo, junta las piernas mientras es penetrada desde atrás.
Un tipo de pene ideal para realizar una penetración profunda es el llamado pene cono, es decir, aquél en el que el glande es más estrecho que el resto del miembro. La profunda o el perrito son posturas eróticas ideales para este tipo de pene. También lo es la postura que se conoce con el nombre de la catapulta, que es una variación de la profunda. En la catapulta, los pies de la mujer no se colocan sobre los hombros del hombre, sino que se apoyan sobre el pecho de éste. El pene cono permite una entrada gradual en la vagina y la base ancha del mismo garantiza la entrada vaginal sea estimulada intensamente. Como en todos los casos, si el pene es algo grueso debe mantenerse un ritmo lento y cuidadoso de penetración para no causar molestias ni dolores en la chica.
El último tipo de pene que vamos a contemplar en este post es el llamado pene seta o champiñón. En este tipo de pene, el glande es más ancho que el resto del miembro. Los penes seta están especialmente contraindicados para el sexo anal. El grosor del glande puede convertir la penetración anal en una experiencia dolorosa o, cuanto menos, molesta. Quien posea un pene seta debe contar siempre con la ayuda de un buen lubricante que facilite la penetración. Este tipo de pene puede traer acarreado, además, un pequeño problema: que el tronco del pene sea muy delgado. Si es así, hay que buscar posturas donde la fricción sea mayor. El misionero, en este caso, puede ser una excelente postura erótica para obtener un buen rendimiento de este tipo de pene. Para mejorar ese rendimiento, el amante deberá entretenerse en la parte más sensible de la vagina, es decir: aquélla que está en el tercio más cercano a la entrada vaginal.