Bondage en casa
Descubre el placer del bondage, una técnica sexual de dominación que consiste en atar de manera erótica a una persona vestida o desnuda. En multitud de estudios psicológicos se demuestra que el placer que obtiene en los juegos sexuales de sumisión y dominación garantiza orgasmos increíbles. En cualquier “sexshop” encontrarás infinidad de artículos para la práctica del bondage, el bdsm o el sado light como mascaras y esposas, pero también puedes hacerlo en casa. El bondage doméstico es menos sofisticado, pero igual de eficaz. Un momento ideal para el sexo y el bondage con tu pareja, es mientras esperas a que se sequen tus uñas…de todas maneras para que queden perfectas tienes que permanecer inmóvil ¿no? Lo único que necesitarás es lubricante íntimo, una cama con patas o cabezal y algo con para atar como unas esposas, una bufanda, un pañuelo o una cuerda:
- Tú rol sexual es el la persona sumisa, ya que tienes las uñas mojadas, así te pondrás boca abajo en cama con los brazo y piernas extendidos, en la postura típica de bondage.
- Entonces tu pareja atará tus manos y piernas con los pañuelos, esposas o cuerdas, a la cama para inmovilizarte, con cuidado para que tus uñas queden intactas.
- Si no estás suficientemente excitada y húmeda, tu pareja tendrá que aplicar en tu coño el lubricante íntimo.
- Ahora que estás húmeda y atada, es hora de que tu pareja te folle y mientras lo hacéis él experimentara un sentimiento de poder completo y tú de vulnerabilidad absoluta y total, al estar desnuda y atada, totalmente expuesta a él y a sus deseos.
- Como en todo juego sexual de dominación y sumisión, recuerda pactar siempre antes de empezar una palabra segura.
También puedes aprovechar el tiempo en casa, mientras se seca el suelo que acabas de fregar. El tiempo es oro y más si lo aprovechas para tener sexo rápido pero penetrante y excitante con tu pareja. Sólo necesitarás unos minutos y algo de lubricante íntimo:
- Busca a tu pareja y pídele de manera seductora que se tumbe en el suelo con las manos detrás de la cabeza. Si se resiste, cosa poco probable si intuye tus intenciones, dile que es tu amo y que estás aquí para servirle en todo lo que él desee. Por lo general, el rol sexual del amo y criada son muy excitantes en los juegos sexuales de dominación y sumisión.
- Entonces siéntate a horcajadas encima de él y estira tus piernas para que tus pies toquen sus hombros. En esta posición sexual, podrás mover tus caderas en forma de ocho y mover su polla dentro de ti como si tuvieras el mando de un videojuego. Podrás controlar la velocidad, la dirección y toda la actividad. Tómate tu tiempo, disfruta del momento y pregúntale a tu pareja si le gusta cómo lo estás haciendo.
- Si te dice que le gusta follar así, aumenta tus movimientos y torsiones. Frótate de arriba abajo, mueve tus caderas en círculos, cambia de dirección… Si él no sabe qué va a ocurrir su excitación irá en aumento.
- Mientras te mueves encima de él deja tus tetas desnudas para que tu chico pueda disfrutar del placer de mirarlas.
- Cuando notes que él está a punto de correrse, sigue con movimientos de bombeo, acelerados y repetitivos.
- Si en esta posición sexual tú no puedes llegar al orgasmo con la penetración, cosa que es probable, estimula tu clítoris con los dedos o frotándolo contra el cuerpo de tu chico hasta que te corras.
- Ahora que has acabado, el suelo ya debería estar seco, pero seguro que tú no.
Juegos de dominación y sumisión sexual
Hoy es un momento tan bueno como cualquier otro para hacer limpieza de armarios. Una vez que hayas donado todos los zapatos, bolsos y ropa que no usas, descubrirás que hay un montón de espacio vacío… ¿A qué estás esperando para provar un excitante juego sexual de dominación y sumisión erótica? Un armario es un espacio privado y oscuro, que aumenta la lujuria del sexo de pie. Lo único que necesitarás es algo de lubricante íntimo, un cinturón, una corbata o una bufanda y nada de claustrofobia. El sexo de pie funciona mejor si los dos estáis a la misma altura, por lo que si tu chico es algo más alto que tú, súbete a una caja o un taburete. Ahora que estáis cara a cara, abrázalo, rodeando su cuerpo con tus brazos y piernas. Él tiene que doblar las rodillas para poder penetrarte y luego levantarse lentamente. Si no siente tu coño húmedo, tiene que usar el lubricante íntimo. Cuando notes su polla dura dentro de ti, inclínate hacia atrás para que tu hueso pélvico presione contra el clítoris en cada embestida. Si deseas una penetración más profunda prueba de estar de pie sobre una pierna y enrollar la otra alrededor de tu chico. No tendrás mucho margen de movimiento, lo que puede aumentar el placer por sumisión, apenas podrás balancearte ligeramente. Podéis ataros el uno al otro y aumentar así la intensidad y el control. Para enfatizar en el rol sexual de cada uno, puedes ponerte de espaldas a tu chico y pedirle que te folle por detrás, haciéndole sentir el poder de la dominación en la relación sexual. Los cinturones, pañuelos o bufandas, típicos del bondage, son especialmente útiles en esta posición sexual para aguantar el equilibrio. Poder asirse a los nudos, no solo permite una penetración más profunda, sino que os dejará las manos libres para excitaros el uno al otro hasta hacer temblar el armario.