¿Cuánto duramos en la cama
Que hay estudios científicos para todo es algo que quien más quien menos ya sabe. Se han hecho estudios para comprobar empíricamente si el chocolate engorda tanto como pensamos, para determinar si hacer la cama es perjudicial para la salud o incluso para averiguar si apretar los puños sirve para mejorar la memoria. La imaginación de los departamentos de investigación de las más variopintas universidades del mundo se muestra exuberante e ilimitada cuando de buscar nuevos temas de estudio se trata.
En ocasiones, los resultados de estos estudios nos sorprenden (por ejemplo: ¿sabías que una pulga de perro salta mucho más alto que una pulga de gato?). En otros, no hacen sino confirmar lo que ya intuíamos. Podríamos intuir sin necesidad de que ningún estudio universitario viniera a confirmárnoslo que, por ejemplo, ver durante mucho tiempo la televisión no es la mejor manera de incrementar nuestra producción de esperma. Y también podríamos intuir que el uso y las aplicaciones que nos proporciona un iPhone pueden llegar a crearnos una cierta adicción. Y, por supuesto, podemos intuir, sin necesidad de echar mano al reloj ni de poner en marcha el cronómetro al meternos en la cama con nuestra pareja, que las relaciones sexuales reales no duran tanto como parece mostrarse en ciertas películas porno ni tan poco como se acostumbra a señalar en algunos chistes.
En esta última cuestión, por ejemplo, resulta imprescindible echar mano de los números para, como se dice comúnmente, sacar el agua clara.
¿Cuánto duramos verdaderamente en la cama? Según un estudio realizado en la Universidad Estatal de Pensilvania, entre 7 y 13 minutos. Ciertamente esos minutos parecen un tiempo ciertamente escasos frente a los maratones sexuales que aparecen en muchas películas porno. Sabemos que del porno no debemos fiarnos ni colocarlo como modelo a imitar en nuestras relaciones sexuales. Sabemos que estamos mediatizados sexualmente por la visión del porno y que eso puede impedirnos disfrutar plenamente de nuestra sexualidad e, incluso, hacernos creer que tenemos algún tipo de problema físico o anímico que nos impide durar tanto como dura, por ejemplo, Nacho Vidal.
Sabemos eso y tenemos interiorizado que el porno es cine y que el cine, cine es. Sabemos que, del mismo modo que Indiana Jones efectúa piruetas imposibles y James Bond protagoniza persecuciones inauditas, así el pene de las estrellas del porno parece entrar y salir sin descanso ni tregua durante minutos y minutos en vaginas varias sin por ello dejar escapar gota alguna de esperma hasta que, finalmente, éste sale a raudales sobre el pecho, el vientre o la cara de alguna de las pornostar que, apenas sin sudar, ha experimentado un buen ramillete de orgasmos. Sabemos esto y, sin embargo, lo cierto es que a más de un hombre le preocupa el hecho de no durar más de lo que dura en la cama. Por eso son muchos los que buscan algún tipo de truco que, de alguna manera, le permita alejar el momento de la eyaculación.
¿Cómo controlar la eyaculación?
Los que te apuntamos a continuación podrían, en algún momento, servirte para alejar la inmediatez del desahogo orgásmico y, así, acercarte a esos tiempos de récord de los grandes actores del porno.
Un buen método para conseguir controlar la eyaculación y conseguir coitos más duraderos es el del entrenamiento mediante la masturbación. La masturbación debería ocuparte un tiempo de, al menos, quince minutos. Cuando te acerques al tiempo de no retorno, detente durante unos segundos. Hazlo tantas veces sea necesario hasta que sobrepases el tiempo de quince minutos.
Presionar bajo el glande cuando estás en el punto máximo de excitación o en la base del pene acostumbra a ser una excelente forma de controlar la eyaculación.
Los ejercicios de Kegel, recomendados en algún que otro post, son también un buen método de entrenamiento para aprender a controlar la eyaculación. Entrenarse contrayendo los músculos que intervienen al cortar el flujo de orina nos permitirá, en el momento del coito, contraer esos músculos a voluntad para, de ese modo, cortar el flujo eyaculatorio.
Colocar la punta de tu pene sobre la cabeza de su clítoris y moverla suavemente sobre él te permitirá controlar la eyaculación y, al mismo tiempo, te dejará estimular sexualmente a tu pareja para acercarla a su orgasmo. Una vez conseguido éste, seguro que te sientes liberado de la obligación de prolongar excesivamente el coito y te entregarás a disfrutar del momento sin tener que estar pendiente del dichoso tic-tac del maldito reloj.
Cuestión de postura
El durar más también puede ser una cuestión de postura. Hay posturas eróticas que provocan una eyaculación más temprana y posturas que, por las características propias del tipo, profundidad y ángulo de penetración que le son propias, permiten una eyaculación más tardía. Si quieres durar más, di a tu pareja que se coloque encima de ti. Tu pene será menos estimulado y eso te permitirá controlar la eyaculación y durar más.
Otro consejo que deberías tener en cuenta para controlar tu eyaculación es el de borrar de tu pensamiento la palabra orgasmo. Pensar en él es, en cierto modo, convocarlo. Cuanto más pienses en él, más pronto se presentará a la cita. Olvídalo. Ya llegará cuando tenga que llegar. Por otro lado, piensa que el sexo es mucho más que lo que se registra en una película porno. Explota las posibilidades de placer que te ofrece todo lo que viene englobado bajo la etiqueta que conocemos como “preliminares”. Piensa en los besos, las caricias, los mordiscos eróticos, los lametones en el oído, el sexo oral, los juegos y estimulaciones anales, las posibilidades de juego y estimulación que pueden proporcionarte unos juguetes eróticos bien seleccionados… Todo ello puede y debe sumarse al acto amoroso para convertírtelo en algo más que una simple sesión de penetración y en una lucha contra el reloj para durar el mayor tiempo posible. Céntrate en todo esto y olvídate del orgasmo. Él, al final, sólo será la guinda de un dulce elaborado con un sinfín de maravillosos placeres. Que aproveche.