Preparación de la escena
Quizás no haya fantasía sexual más manida y tradicional que la del señor que se lo hace con la chacha. Por eso son tantos los disfraces de sirvienta erótica que pueden encontrarse en el mercado. Por eso son tantos los vídeos de porno-chachas que pueden encontrarse en las plataformas de internet de porno en streaming. En este tipo de fantasía interviene un factor de dominación muy excitante, lo que da pie a escenificar una amplia variedad de historias que, aunque semejantes en el fondo, pueden ser muy distintas en la forma.
Para escenificar la fantasía erótica de la porno-chacha se necesita, como para escenificar todo tipo de fantasía erótica, un poco de previsión o, lo que es lo mismo, una cierta preparación.
La preparación de la escenificación de la fantasía erótica de la porno-chacha comienza por buscar un día en que, libre de ocupaciones, se pueda dedicar un tiempo extra el disfrute sexual. Hay que olvidarse de obligaciones. Hay que buscar, en definitiva, un día “que nos vaya bien”. ¿Y qué tipo de día es ése? Pues un día en que la pareja no esté en casa, por ejemplo. Eso permitirá a la mujer prepararse a conciencia, con calma y pensando en todos los detalles. Los detalles, no lo olvidemos, son fundamentales para convertir un juego de rol erótico en una experiencia inolvidable.
Como hemos dicho, para preparar la cita a conciencia se necesita calma. Para conseguir esa calma se puede, por ejemplo, desconectar el móvil. La señal de aviso de un whatsapp, por ejemplo, siempre puede desviarnos de lo que es lo verdaderamente importante: preparar la escenificación de la fantasía erótica de la porno-chacha.
Lógicamente, para preparar la fantasía de la porno-chacha hay que tener ganas de sexo y, por supuesto, no estar cansados. Y tener un buen disfraz, claro; un disfraz que muestre y oculte a partes iguales, un disfraz que pueda enseñar cuando la mujer lo desee y que sea capaz de sugerir sin enseñar.
Si en lugar de ser la mujer la que prepara la cita para comportarse como una porno-chacha es el hombre quien lo hace para convertirse en una especie de porno-mayordomo, éste podrá optar por buscar un disfraz de mayordomo o de camarero erótico. Estos disfraces, que suelen encontrarse en todos los sexshops (físicos y onlines), acostumbran a consistir, sólo, en un par de puños, una pajarita y una prenda de lencería masculina que sirva para, como se dice popularmente, “marcar paquete” y lucir abdominales. Esto, claro, puede ser estupendo cuando se tienen un vientre a lo CR7. Cuando se es terrenal, puede resultar más apropiado el utilizar una camisa blanca o, en su defecto, un delantal. Un delantal y un tanga podría resultar una mezcla divertida y, al mismo tiempo, excitante y provocativa.
El siguiente aspecto a tener en cuenta para escenificar la fantasía erótica de la porno-chacha o del mayordomo erótico consiste en preparar una bebida y algo para picar para la pareja para que, cuando ésta regrese del trabajo, del gimnasio o de donde sea, se sienta como un señor o una señora que, volviendo a su casa, empieza a sentir cómo su mayordomo o su sirvienta se ocupan de satisfacer sus necesidades.
Otro aspecto a tener en cuenta cuando se tiene que preparar la escenificación de la fantasía de la porno-chacha es el de la ambientación. Velas, música, flores… todo ello puede servir, pero no es absolutamente necesario para escenificar esta fantasía erótica. Eso sí: si la persona que va a actuar como porno-chacha o como porno-mayordomo es amante de los juegos de dominación y sumisión, puede colocarse algún tipo de elemento (collar, esposas, etc.) que demuestre que se está dispuesto o dispuesta a ser dominado/a.
La escena con la porno-chacha
Preparado todo esto, quien desee escenificar la fantasía erótica de la porno-chacha (o del porno-mayordomo) deberá servirse del factor sorpresa para impactar a su pareja. Para ello, por ejemplo, cuando llegue a casa, se puede saludar a la pareja con un “buenas noches, señor/a”. Tras ello hay que ayudar a la pareja a quitarse la chaqueta o el abrigo o, también, cogerle el maletín. Después se la puede conducir al sillón y decirle algo así como “siéntese mientras le traigo algo”. Será entonces cuando se servirá al señor o señora la bebida que se ha preparado para la ocasión y que se recomienda que sea algo más glamouroso que una cerveza. Una copa de vino podría ser, en este sentido, una buena opción. Al servir esta copa, la porno-chacha o porno-mayordomo debería empezar a emitir algún tipo de señales más o menos provocativas, más o menos excitantes, más o menos lascivas.
Mientras el señor de la casa toma su copa, la porno-chacha puede continuar con la escenificación de esta fantasía sexual limpiando algún mueble con un plumero mientras adopta posturas claramente provocativas. Agacharse para mostrar el tanga (en el caso de la porno-chacha) o mostrarse muy erguido para así marcar paquete (en el del porno-mayordomo) son buenas ideas para ir incrementando la temperatura en este juego de escenificación de la fantasía sexual de la porno-chacha o el porno-mayordomo.
Tras haber provocado así a su pareja, la porno-chacha o el porno-mayordomo podrá acercarse a su señor o señora y, con el aire más provocativo y lascivo que se pueda, deberá decirle algo así como “señor/a: puede solicitar todo aquello que desee, absolutamente todo”. Si al señor o señora no se le ocurre nada en ese momento, siempre se podrá proponer un masaje. Un masaje erótico siempre es una buena puerta de entrada para llegar “a mayores”. Sea como sea, el señor o señora debe tener absolutamente claro desde los primeros compases de la escenificación de esta fantasía erótica de la porno-chacha o del porno-mayordomo que, llegado a cierto punto del juego de rol, es él o ella quien debe llevar el control de la acción. Después de todo, la porno-chacha o el porno-mayordomo sólo son sirvientes. Y los sirvientes, como dice el propio nombre, están para servir.