En el sexo cabe todo
En la práctica del sexo cabe casi todo. En el sexo caben, por supuesto, los besos. Y caben los lamidos. Y las caricias. Y eso que se llama el mordisco erótico y que puede tener unos efectos tan excitantes cuando se practica sobre determinadas zonas de la anatomía humana tal y como ya se explicaba en un texto mítico en la historia de la sexología, el Ananga Ranga.
En el sexo de verdad, ése que va más allá de la simple procreación y que se concibe como algo lúdico y destinado a enriquecer y mejorar nuestra experiencia vital, cabe la práctica de todo tipo de posturas eróticas y el uso de un maravilloso catálogo de juguetes eróticos que, cuidadosamente seleccionados, sirvan para multiplicar e intensificar las sensaciones experimentadas. Dildos, vibradores, plugs y anillos para el pene pueden enriquecer una relación sexual y convertirla en un terreno abonado a la experimentación, una aventura diaria en la que pueden acabar encontrando acomodo instrumentos propios del BDSM como pueden ser las pinzas para pezón, los electro-estimuladores, los floggers o las palas.
Y es que, por caber, en el sexo caben hasta los golpes. En algún lugar hemos hablado del efecto estimulador que pueden tener los azotes. También hemos hablado, en alguna ocasión, de cómo los golpes en las tetas pueden formar parte de las prácticas sexuales de una pareja. Llegados a este punto podemos preguntarnos: si los golpes son efectivos eróticamente cuando se realizan sobre las nalgas o el pecho, ¿lo serán también cuando se efectúen sobre una zona marcadamente erótica como es la vulva? La respuesta es clara: por supuesto.
Factores que influyen en los golpes en la vulva
Los golpes en la vulva pueden resultar muy excitantes. Bien dados, claro. No hay que olvidar que la vulva y los labios vaginales son zonas especialmente sensibles de la anatomía femenina y, por tanto, deben ser tratadas con cuidado y teniendo siempre presente que no todas las personas tenemos el umbral del dolor situados en el mismo punto.
Antes de introducir los golpes en la vulva entre las prácticas sexuales de la pareja hay que valorar una serie de factores que determinarán el nivel de dolor que pueda experimentar la mujer cuya vulva es golpeada con finalidad erótica. Estos factores son los siguientes:
- Dónde se dan los golpes.
- Cómo se dan los golpes.
- Del momento del ciclo menstrual en que se encuentre la mujer. Los golpes en la vulva pueden resultar especialmente dolorosos cuando la mujer está menstruando.
- Del nivel de excitación de la mujer a la que se le propinan golpes en la vulva.
- Del nivel de cansancio físico y psicológico de la mujer.
- De si la persona que propina los golpes en la vulva tiene las uñas cortadas o no. Una manicura perfecta sería la mejor garantía a la hora de impedir que una uña cause algún tipo de herida tanto en la vulva como en la cara interior de los muslos.
La finalidad de propinar golpes en la vulva es, además de la de introducir una excitante sensación de estar practicando sexo duro, la de volverla más sensible. Al golpear la vulva estamos provocando que exista una mayor afluencia de sangre a la zona y, por tanto, la estamos volviendo más sensible.
A la hora de dar golpes en la vulva hay que buscar una postura erótica adecuada que nos permita el acceso a ella. Si el clítoris es demasiado sensible es posible que los golpes en la vulva resulten demasiado molestos para la mujer. En este caso, lo ideal es que la mujer se coloque boca abajo. Como pueden comprenderse, cuando se está boca arriba el clítoris está más expuesto y, por tanto, es más sencillo que pueda padecer el impacto de algún golpe no deseado.
Golpes en la vulva con las manos
Para golpear la vulva nada mejor que emplear las manos. La cara interior de los dedos es la mejor zona para proporcionar golpes en la vulva. Para empezar, nada mejor que golpear suavemente la vulva con el dedo índice. Tras dar tres o cuatro golpes ligeros hacemos una pausa y, a continuación, volvemos a golpear la vulva.
Comprobar que la mujer recibe estos golpes en la vulva con placer es fundamental para incrementar la intensidad de los golpes o variar su forma de ejecución. Si se comprueba que la mujer está excitándose y que disfruta de los golpes, volveremos a golpear la vulva utilizando esta vez dos dedos, el índice y el medio.
Si la excitación de la mujer sigue en aumento seguiremos incrementando la frecuencia y la frecuencia de los golpes o, incluso, añadiendo más dedos para que la superficie de impacto en el golpe en la vulva sea mayor.
Este tipo de estimulación de la vulva puede prestarse a la realización de muchos juegos de ritmos y a muchos cambios de fuerza de los golpes para, de ese modo, tener a la mujer tensionada y excitada por la incertidumbre de no saber cómo va a ser el próximo golpe. Lo ideal, sin embargo, es ir incrementando la intensidad poco a poco. Para ello puede servir el proporcionar los primeros golpes en la vulva con la ropa todavía puesta. El efecto amortiguador de la misma hará que dichos golpes sean muy suaves y el incremento de la excitación podrá hacerse muy paulatino.
Golpes en la vulva con objetos
Otra opción a la hora de incluir los golpes en la vulva entre los juegos eróticos propios de la pareja es la de optar por el uso de diferentes objetos. ¿Qué objetos pueden ser éstos? Un trozo de tela gruesa o una corbata, por ejemplo. Frotar con ella la vulva puede resultar muy excitante. Para ello se puede utilizar, también, un cinturón. El cinturón, además, introduce un factor hard que puede funcionar muy bien a la hora de incrementar la temperatura del encuentro. El cinturón, sin duda, puede ser un magnífico objeto a la hora de dar golpes en la vulva.
Los juguetes eróticos, sobre todo si son flexibles, pueden resultar también muy útiles a la hora de dar golpes en la vulva. Aunque quizás el objeto más excitante a la hora de golpear la vulva sea algo que todo hombre lleva consigo: el propio pene. Golpear la vulva con el pene puede resultar muy excitante para el hombre como para la mujer.
¿Os animáis a introducir los golpes en la vulva entre vuestras prácticas sexuales? Ya sabéis: bien realizados pueden resultar un magnífico estímulo a la hora de gozar.