Testículos y erección
A pesar del riesgo que siempre entraña generalizar, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que las principales preocupaciones del hombre respecto a la práctica del sexo son dos: el tamaño del pene y el buen funcionamiento del mismo. Asumido a base de resignación el tamaño que a cada cual le ha tocado en la rifa (no asumirlo implica aventurarse por todo un camino de probaturas de todo tipo de productos que prometen el poder tener un pene mayor y que no siempre cumplen lo que prometen), el hombre centra todas sus preocupaciones sexuales en el hecho de poder alejar a la mayor distancia posible el fantasma de la disfunción eréctil.
El hombre teme al gatillazo como el cordero al lobo y, atenazado por el miedo, empieza a pensar que gran parte del misterio de la disfunción eréctil reside en esa especie de colgajo que, llenándose de sangre, tiende a endurecerse y a aumentar de tamaño. Sin duda, si quitáramos toda responsabilidad al pene en lo que hace referencia a la disfunción eréctil pecaríamos de generosos e ingenuos. Pero nuestro pecado sería de injusticia si optáramos por lo contrario, es decir, por hacer recaer toda la responsabilidad sobre él.
Fijamos demasiado nuestra atención en el pene y olvidamos que junto a él existen dos compañeros que desempeñan una función muy importante en las relaciones sexuales: los testículos.
Se suele hablar de los testículos como de las gónadas encargadas de producir los espermatozoides, pero los testículos no sólo producen semen; también producen la testosterona, una hormona fundamental en la vida sexual masculina. La testosterona es la hormona que, entre otras funciones, ayuda a mantener el impulso sexual y a producir esperma.
La baja producción de testosterona se ha asociado tradicionalmente a la obesidad, la diabetes, la hipertensión y los procesos depresivos. La baja producción de testosterona es, por otro lado, una de las responsables directas de la disfunción eréctil. O sea: que una parte importante de la responsabilidad de la disfunción eréctil no radica en el pene sino en los testículos. Si éstos no funcionan del todo bien, la producción de testosterona y la de esperma disminuye y, por tanto, las relaciones sexuales se resienten. Unos testículos que funcionen correctamente pueden generar hasta 7 mg de testosterona al día. Unos testículos que no cumplen como deben su función producen apenas un miligramo al día.
¿Cómo podemos aumentar la cantidad de testosterona producida por nuestros testículos? Estimulándolos convenientemente. Estimular los testículos es importante. Gracias a su estimulación conseguiremos aumentar su producción de testosterona, lo que se traducirá en una erección más potente. Al mismo tiempo, la estimulación testicular mediante masajes ayuda a aumentar el conteo de esperma y a incrementar el volumen de la eyaculación. Los masajes de los testículos servirán, también, para aumentar la fertilidad masculina.
Instrucciones para realizar un masaje de testículos
Si deseas realizar un masaje de testículos que sirva para estimularlos y, así, aumentar su producción de esperma y de testosterona, sigue los siguientes pasos:
- Toma un paño y humedécelo con agua caliente.
- Exprime el paño y aplícalo sobre tus testículos durante un par de minutos. Lo que consigues con ello es dilatar los vasos sanguíneos de la zona. Con ello conseguirás que aumente la circulación sanguínea hacia tus testículos.
- Cuando el paño se haya enfriado completamente, remuévelo y empieza a masajear tus testículos.
- Con el pulgar y el índice, toma la base de tu escroto y, formando un anillo con ellos, apresa tus testículos y tira de ellos hacia abajo, con suavidad, como si desearas separarlos del cuerpo.
- Una vez hayas sujetado los testículos así, masajea tus testículos con la palma de la mano realizando movimientos circulares aplicando la presión adecuada. Al mismo tiempo tira hacia abajo de tus testículos y empújalos hacia arriba alternativamente.
Una vez hayas pasado varios minutos realizando este masaje comprobarás que los testículos parecen un poco más llenos y se encuentran un poco más debajo de lo habitual. Cuando los testículos presentan ese aspecto más hinchado y descendido es por un motivo: porque se ha incrementado el flujo sanguíneo en los mismos.
Quienes deseen utilizar este masaje de los testículos para fortalecer la erección masculina podrá practicarlo una vez al día o día sí, día no.
Otra forma de realizar el masaje testicular consiste en seguir los siguientes pasos:
- Coge cada testículo con el pulgar y el índice de una mano.
- Cogidos así, masajea ambos testículos, con firmeza pero suavemente, durante un minutos o dos.
- Eleva el pene con las manos para separarlo de los testículos. Cuando lo hayas hecho, golpea los testículos de manera suave con el dedo corazón y durante dos minutos.
Este masaje de los testículos te servirá para dar vigor a los testículos y aumentar el esperma producido en ellos. Gracias a este masaje testicular se incrementará también tu producción de testosterona y, con ello, aumentará la potencia de tus erecciones.