Palabra de poeta

El gran poeta español que fue Ángel González escribió un famoso poema titulado “Inventario de lugares propicios al amor”. En dicho poema, Ángel González inventariaba algunos de esos lugares y apuntaba su idoneidad o no para las cosas del Eros según la estación del año en que tuvieran que ser utilizados. Así, los “quicios de las puertas orientadas al norte”, las “orillas de los ríos” y los “bancos públicos” quedaban eliminados de entre los lugares propicios al amor por el invierno. La estación del frío, sin embargo, no inutiliza los “contrafuertes exteriores de las viejas iglesias”. Éstos, escribe González, “dejan a veces huecos utilizables aunque caiga nieve”.

En su poema, el poeta asturiano declaraba que los lugares propicios al amor son pocos, en parte porque la adversa climatología invernal los inutiliza como tales y en parte porque las ordenanzas que “proscriben la caricia” se alían con “los ojos bizcos”, las “córneas torturadas”, las “implacables pupilas” y las “retinas reticentes” que “vigilan, desconfían, amenazan” para crear un “tiempo hostil, propicio al odio”.

El amor, pues, parecía para Ángel González condenado a los ritmos no siempre apasionantes de lo previsible. La sociedad que dibujaba el autor de “Inventario de lugares propicios al amor” en su poema era una sociedad castrante, una sociedad que no parecía favorecer el encuentro rápido y furtivo de lo que nosotros, aquí, venimos llamando sexo rápido o sexo fugaz.

Para el verdadero amante del sexo no hay momentos propicios y momentos no propicios al amor. Ya hemos visto en más de uno de nuestros posts cómo cualquier lugar puede servir para una apasionada sesión de sexo fugaz. En una tienda de campaña, junto al fregadero, en un ascensor o en un callejón de nuestra ciudad, cualquier rincón puede figurar en un hipotético inventario de lugares propicios al sexo fugaz. Lo verdaderamente importante es querer aprovechar el más mínimo hueco de nuestro tiempo para consagrarlo al placer.

Momentos para sexo rápido

La revista Men’s Health, que se autodefine como “la mayor revista masculina del mundo” (de hecho está presente en 65 países y lanza al mercado 41 ediciones internacionales), ha recogido un listado de lo que serían los siete momentos ideales para echar un quickie. Esos seis momentos propicios para una sesión de sexo fugaz serían los siguientes:

  • Antes de tener que vivir una situación estresante. Al fin y al cabo, ¿conoces actividad más relajante que la práctica sexual? Hay estudios que lo certifican: el sexo calma los nervios, baja la presión arterial y reduce los niveles de estrés. Una excelente opción, pues, para conseguir ese estado de relajación óptimo para presentar un proyecto en la empresa, realizar una entrevista de trabajo o contestar a las preguntas de un test o de un examen oral en la Universidad. Aunque, claro, si lo que deseas es, única y exclusivamente, relajarte, siempre puedes optar por el Yoga y las técnicas de meditación y relajación oriental, pero… sinceramente, creemos no es lo mismo el extender la esterilla para adoptar la postura del loto que, en un visto y no visto, ejecutar alguna de las múltiples posturas del Kama Sutra. Sin desmerecer las virtudes del Yoga, nosotros siempre defenderemos desde aquí las virtudes y placeres de la coyunda, por acelerada que sea.
  • Por la mañana. Men’s Health certifica lo que nosotros ya tratamos en uno de nuestros posts. El inicio del día es uno de esos momentos propicios para el sexo fugaz. Uno de los más propicios, de hecho. ¿Qué mejor manera de empezar el día que disfrutando de un rapidito? Él hará que se eleve en nosotros los niveles de oxitocina. La subida de los niveles de esta hormona gracias a la práctica del sexo nos permitirá mostrarnos más energéticos durante el día y también lucir una mayor y más sincera sonrisa.
  • Para cortar la aparición de un catarro. Seguro que los has notado a veces. Son los síntomas de un catarro que, poco a poco, se nos va acercando. Los virus están ahí, haciendo mella en nuestra salud, y nosotros tenemos un arma a nuestra disposición para luchar contra ellos sin necesidad de recurrir a tipo alguno de medicina. Esa medicina es el sexo. El sexo desbocado y rápido. También está comprobado científicamente: el orgasmo incrementa la actividad del sistema nervioso, el número de leucocitos y la concentración de adrenalina. Tres efectos que, no sobrepasando los límites normales, son sin duda beneficiosos para nuestro estado de salud. El sexo, pues, es convierte en un magnífico aliado del sistema inmune. Esos días que preceden al catarro son, pues, excelentes momentos propicios para el sexo fugaz.
  • Otro momento propicio para el sexo fugaz es aquél en que se cumplen dos semanas justas desde que la mujer tuvo la menstruación.
  • Hay un momento ideal para el sexo fugaz que guarda relación directa con los cuidados que, habitualmente, dedicamos a nuestro cuerpo. Ese momento del que hablamos es el de después de finalizar nuestra sesión en el gym. El ejercicio físico actúa como una especie de afrodisíaco. Tras el ejercicio, el flujo de sangre hacia los genitales aumenta casi un 169% y éstos, así, se vuelven más sensibles y más proclives a experimentar grandes dosis de placer. Al mismo tiempo, el ejercicio físico hace aumentar los niveles de testosterona, una hormona que, como sabemos, tiene influencia directa en la respuesta sexual.
  • Antes hemos dicho que el inicio del día es un momento propicio para el sexo fugaz. Pues bien: el final del día también lo es, en especial cuando el día no ha sido lo que se dice un día “feliz” y “placentero”. Si se ha tenido un mal día, ¿qué mejor manera de hacer un borrón y cuenta nueva del mismo abandonándose a los placeres del sexo?, ¿qué mejor manera de enmendarlo?, ¿qué mejor manera de borrar de un plumazo el mal humor que aprovechándose de las múltiples virtudes del quickie?

Como ves, del mismo modo que no faltan lugares propicios al amor tampoco faltan momentos propicios al sexo fugaz. Intenta aprovecharlos. Tu salud física y, por supuesto, mental lo agradecerá.