Sexo sin compromiso

Sexo sin compromiso. Ése es el sueño de muchos hombres: poder tener un encuentro sexual intento y tórrido y que ello no tenga por qué significar nada más que eso, un mero intercambio de flujos, un derroche de pasión y deseo, una manera de pasarlo bien disfrutando de los propios cuerpos y de sus maneras de entender y disfrutar la sexualidad sin tener que contar con pisos de alquiler compartidos o proyectos de vida en común. Sexo y sólo sexo. Como desahogo o como diversión. Como experimentación o como aventura. El razonamiento no importa. Importa que no exista más implicación emocional que la necesaria para desnudarse y compartir sexo con otra persona. Ahora bien, ¿hasta dónde llega esa implicación emocional precisa para el sexo casual y sin compromiso? ¿Es igual en el hombre y la mujer? ¿Hombre y mujer valoran el sexo casual de la misma manera?

Al parecer, y según comentan muchos psicólogos, para el hombre es mucho más sencillo concebir el sexo libre de adherencias emocionales. Para la mujer, por el contrario (y generalizando), la relación sexual debe sostenerse sobre una cierta apoyatura emocional. Factores de tipo sociocultural y la propia biología femenina parecen incapacitar a la mujer para perseguir o disfrutar del mismo modo que lo hace el hombre del sexo casual.

La mujer ante el sexo casual

Cuando hablamos de causas biológicas, ¿de qué estamos hablando? Fundamentalmente, de esa hormona que se llama oxitocina y que el hipotálamo femenino no cesa de segregar cuando se siente excitada sexualmente. La segregación de la oxitocina se inicia en el mismo momento en que se inician los besos y las caricias y es responsable de que vayan apareciendo vínculos emocionales y de empatía. Los vínculos emocionales aparecerían como un componente muy valorado por la mujer a la hora de escoger compañero de cama.

Otro factor eminentemente biológico (aunque con connotaciones psicológicas) es la de la predisposición de la mujer a alcanzar el orgasmo con mayor facilidad cuando la relación sexual se mantiene en el seno de una relación estable.

Al mismo tiempo, la educación recibida y la influencia cultural de una sociedad tendenciosamente machista hace que muchas mujeres, y tras haber disfrutado de la experiencia de una sesión de sexo casual, se sientan torturadas por un hondo sentimiento de culpa. Sentirse una especie de objeto sexual suele pesar anímicamente sobre muchas mujeres que en un momento dado han dado el paso de abandonarse a la delicia de gozar de una ración de sexo casual.

Otro factor eminentemente cultural que puede pesar sobre la conciencia de la mujer y le puede impedir disfrutar del sexo casual es el de la necesidad de ser vista como una mujer ideal con la que casarse. Lo peor del lento sirimiri del machismo es que acaba empapando mentalmente tanto a hombres como a mujeres. Sí, las mujeres que han crecido en un ambiente machista también pueden acabar mirando el mundo desde una perspectiva machista. Eso hará que ellas mismas coarten su posibilidad de disfrutar de la propia sexualidad. No ser vistas como mujeres excesivamente libres o fáciles puede convertirse en alguna obsesión para algunas mujeres que, así, se autocensurarán toda posibilidad de acceso a una experiencia de sexo casual.

Pese a todo eso, cada vez son más las mujeres que miran con buenos ojos el poder disfrutar de un tiempo de sexo casual y sin compromiso. Mujeres con profesiones liberales y de entre 25 y 35 años y usuarias de alguna página web de contacto parecen ser las más proclives a mantener relaciones sexuales casuales. ¿Qué encuentran en ellas? Más allá de la clara respuesta del placer casi siempre implícita en la práctica del sexo, la mujer puede encontrar en estas relaciones sexuales casuales una inyección de autoestima, bienestar físico y una autonomía amorosa muy difícil de conseguir por otros caminos.

Consejos para practicar sexo casual

Los hombres y mujeres que quieran aventurarse y gozar del placer de una experiencia de sexo casual deben tener en cuenta una serie de consejos que detallamos a continuación:

  • No hacerlo en la casa de ninguno de los dos. Buscar un hotel o una habitación por horas.
  • Dejar aviso a alguien de confianza de con quien se está.
  • Utilizar imperativamente preservativo.
  • No tomar decisión alguna bajo los efectos del alcohol o de algún estupefaciente.
  • No enamorarse ni hacerse ilusiones de que la otra persona vaya a querer repetir alguna vez.