Sexo fugaz en lugar no muy cómodo
Sin duda no es el lugar más cómodo del mundo. Tampoco es el más limpio. ¿Quiere eso decir que queda incapacitado como lugar en el que disfrutar de una maravillosa sesión de sexo fugaz? Ni muchísimo menos. De hecho, es muy probable que más de uno y más de una hayan perdido la virginidad tras los “muros” de nylon de una tienda de campaña.
Que los autores de los manuales “boy scout” rechazaran completamente la idea de las relaciones sexuales en sus excursiones (por ejemplo, llegaron a escribir párrafos furibundos contra la masturbación) no quiere decir que éstas no tuvieran lugar. Seguro que más de una pareja recuerda todavía cómo los cimientos de su relación fueron excavados en una noche de otoño en una tienda de campaña. Seguramente no tiene el glamour de una habitación de hotel y tampoco la esterilla extendida en el suelo ofrece la comodidad de un buen colchón de látex, pero la tienda de campaña es un lugar magnífico y, en cierto modo, muy morboso (sobre todo cuando se viaja en grupo) para mantener una fugaz relación sexual.
Para ello, la tienda de campaña debe cumplir unas mínimas condiciones que posibiliten la realización de lo que en ella tengamos previsto hacer. Una de esas condiciones debe ser la de tener un tamaño mínimo que permita a dos personas moverse en el interior de ella con una mínima comodidad. Conociendo los estándares de fabricación de las tiendas de campaña, lo mejor es escoger una de cuatro plazas cuando sean dos las personas que deban usarla como “nidito de amor”. La tienda de campaña, además, debe tener una cierta altura para que la pareja pueda ensayar alguna postura erótica que vaya más allá de la del simple misionero.
La segunda condición que debe cumplirse a la hora de practicar sexo en una tienda de campaña es la de que ésta esté colocada sobre un terreno lo más llano posible. Una piedra, una rama o una raíz clavándose en los riñones puede arruinar el momento sexual más intenso para dar paso a una pertinaz y dolorosa lumbalgia.
Escogido ese terreno llano, y buscando ante todo la máxima comodidad, es prioritario buscar un “lecho” que garantice o al menos posibilite mínimamente dicha comodidad. Una esterilla que permita que dos personas puedan estar acostadas al mismo tiempo sobre ella o una colchoneta hinchable son las mejores opciones para convertirse en el “lecho nupcial” de quien desee disfrutar de una relación sexual en una tienda de campaña. Para ese lecho, y teniendo en cuenta la decoración general, nada mejor que unos sacos de dormir que puedan unirse entre ellos para convertirse en un gran edredón que, en caso de que el acto sexual pueda prolongarse y vaya más allá del alivio momentáneo y urgente, den calor a los cuerpos desnudos que se hayan entregado a su tiempo de placer.
Silencio, penumbra y limpieza
Otro aspecto que hay que tener en cuenta al hacer el amor en una tienda de campaña es dónde está ubicada la tienda. ¿Está en una parcela de un camping? ¿Está en una explanada junto a otras tiendas de campaña? ¿Está completamente aislada, en mitad de la montaña? Si se da el caso de esta última opción, siempre se podrá realizar un exceso de sonido o luz. Si no es ése el caso, habrá que medir cuidadosamente lo que se dice, se gime o se suspira para no convertir nuestras expresiones sonoras de placer en un espectáculo para aquellas personas que ocupen las tiendas de campaña que rodeen la nuestra.
Para no convertirnos tampoco en un espectáculo visual para los que rodeen nuestra tienda de campaña, y siempre que recurramos a utilizar algún tipo de iluminación, será de capital importancia el determinar en qué lugar de la tienda vamos a colocar esa luz. Lo recomendable en este caso es, siempre, colocar una luz tenue en la parte alta de la tienda para que, así, vierta su luz sobre los cuerpos. Si dicha luz la colocamos en el suelo convertiremos las paredes de la tienda de campaña en fantásticas pantallas de proyección en la que nuestros vecinos podrán visionar alguna que otra postura del Kama Sutra.
La última recomendación que hay que hacer tiene que ver con algo que siempre adquiere suma importancia cuando hablamos de sexo: la higiene. Asumiendo que una tienda de campaña no es una habitación de hotel, hay que procurar que la tienda esté lo más limpia posible. Ello será bueno para los cuerpos y, por supuesto, para aquellos juguetes eróticos que vayan a utilizarse en el interior de la tienda de campaña. Seguro que en la mochila encontramos un hueco para llevar nuestro vibrador, nuestro dildo, nuestro anillo para el pene o nuestro plug anal favorito.