No todas las personas tenemos la misma capacidad para construir fantasías eróticas. No todos los seres humanos tenemos la misma capacidad imaginativa. No todos disponemos de las mismas facultades a la hora de fabular sexualmente. Hay personas a las que les basta muy poco para filmar en su imaginación ardientes y desenfrenadas películas porno. Otras, por el contrario, carecen de esa capacidad fabuladora e imaginativa de la que hablamos. Es a estas últimas a quienes va dedicado este artículo. En él queremos proporcionar una serie de consejos básicos para que cualquier persona sepa construir sus propias fantasías sexuales.
Beneficios de las fantasías eróticas
Y es que tener fantasías eróticas es muy beneficioso para la salud. En nuestro artículo “Los beneficios de las fantasías eróticas” hablamos largo y tendido de ello pero aquí queremos destacar una vez más cuáles son esos beneficios.
El primero de ellos es que son completamente seguras. Al suceder única y exclusivamente en la mente de cada cual, las fantasías eróticas carecen de riesgos. En las fantasías sexuales no se dan embarazos no deseados. Tampoco se contagian enfermedades de transmisión sexual. Estas construcciones mentales que nos excitan y erotizan están libres también del riesgo emocional que siempre implica el relacionarse de una forma íntima con otras personas. En nuestras fantasías siempre follamos genial y siempre somos muy valorados en ese aspecto por la persona con la que fantaseamos. La historia, por decirlo de algún modo, sigue los derroteros que nuestro deseo le va marcando y nunca nos lleva hacia el territorio del fracaso o la frustración.
Libertad de imaginación
Otro de los grandes beneficios de las fantasías eróticas es la íntima relación que éstas guardan con el concepto de libertad. Nunca somos tan libres como cuando imaginamos. El acto de fantasear carece de límites y de reglas que los impongan. ¿Quién nos puede impedir fantasear con que tenemos sexo anal con, por ejemplo, Scarlett Johansson? ¿Quién puede sacar nuestro pene de la boca de Irina Shayk si nuestra imaginación lo ha colocado ahí? Nadie. Nadie nos puede impedir fantasear con eso porque en el territorio de la fantasía todo vale.
Una de las grandes ventajas de las fantasías sexuales es que resultan muy saludables. Al estimular la mente (así como el cuerpo), las fantasías sexuales provocan la liberación de endorfinas, lo que incrementa nuestra sensación de bienestar y de felicidad. Al mismo tiempo, las fantasías de carácter sexual estimulan eróticamente nuestra mente, la erotizan, y al hacerlo ayudan a mantener viva y a prolongar nuestra vida sexual. Una persona que tiene la capacidad de fabular eróticamente es una persona que desea y la persona que desea ya ha dado el primer paso para conseguir gozar de una relación sexual satisfactoria. Si deseamos, nos mostraremos receptivos para el sexo y estaremos abiertos a la posibilidad de disfrutar de relaciones sexuales.
La última de las ventajas de las fantasías eróticas que queremos destacar en este artículo es la falta de exigencia de las fantasías. Ellas no nos piden que las hagamos realidad. Ellas no nos exigen, siguiendo con el ejemplo anterior, que enculemos de verdad a la Johansson. Ellas no nos piden que la Shayk nos la chupe. Se bastan a sí mismas para resultar placenteras y para proporcionarnos todos los beneficios de los que hemos hablado.
Consejos para tener una fantasía erótica
La capacidad de fantasear es algo así como un músculo. Cuanto más lo ejercitemos, mejor funcionará. Quien no lo ha ejercitado nunca tendrá menos capacidad para usarlo que aquella persona para quien fantasear sea un hábito. Para ésta, el tener fantasías sexuales es como el respirar: algo natural. La otra, por el contrario, deberá ejercitarse para conseguir hacerlo. ¿Cómo? Siguiendo los consejos para tener una fantasía erótica que vamos a dar a continuación.
El primero de ellos, capital, es el de liberar la mente de ataduras. La mente debe fluir libremente. Sin trabas. Sin normas. Sin censuras. Una vez hayas fijado una idea en tu mente, deja que sea ella la que te lleve por donde ella desee.
El segundo consejo tiene que ver con la construcción de argumentos. Muchas personas se rinden a la hora de tener fantasías eróticas porque no se ven capaces de construir una línea argumental lineal, una historia. Si quieres tener una fantasía erótica, olvídate del argumento. Este tipo de fantasías no tiene por qué tener un planteamiento, un nudo y un desenlace. Si tienes que construir una historia sobre en qué lugar conoces a Scarlett Johansson, cómo contactáis y de qué modo os vais la cama es posible que te rindas antes de imaginarte enculándola. Sin duda, te será más sencillo imaginarla a cuatro patas y recibiéndote por detrás que imaginar todo lo demás. Muchas fantasías eróticas, de hecho, están estructuradas alrededor de una serie de escenas inconexas entre sí.
Ni te juzgues ni te frustres
Una vez hayas empezado a fantasear eróticamente hay algo que nunca debes hacer: no juzgues lo que estás imaginando. Si te apetece imaginar que follas con la mujer de tu mejor amigo, hazlo. No entres en juicios ni disquisiciones morales. Las fantasías eróticas no entienden de moral. Su libertad es absolutamente total. Ya dijimos que no hay norma que las ate. No impongas tú, pues, dichas normas. Deja que tu imaginación vuele. Que ella te lleve por los caminos que determinen tus gustos y tu deseo.
No te sientas frustrado si tu mente te lleva a un lugar no sexual. Es normal que la imaginación se aleje de lo erótico, sobre todo si no se está acostumbrado a fantasear eróticamente. No te exijas demasiado ni seas demasiado duro contigo mismo.
Leer y escribir fantasías eróticas
Una buena manera de tener fantasías sexuales es buscar inspiración en los demás. Es decir: conocer las fantasías de otras personas. Leer relatos eróticos es una buena manera de estimular la imaginación para que ella cree sus propias fantasías. Leyendo libros eróticos encontrarás ideas que servirán para nutrir tus propias fantasías. Tu imaginación encontrará en esos libros los nutrientes necesarios para alimentarse y fortalecerse. Tras leer títulos como Las edades de Lulú, Justine o los infortunios de la virtud o Historia de O (por citar solo tres clásicos de la literatura erótica) será difícil que tu imaginación erótica no se ponga en marcha.
Gracias a la inspiración obtenida de la lectura de libros de contenido erótico puede ser que te animes a escribir tus propios relatos eróticos. Nosotros te animamos a hacerlo. Ésa es, también, una excelente manera de estimular la imaginación erótica y de activar tu capacidad de fantasear sexualmente. Aquí sí puedes (e, incluso, debes) emplear la estructura de planteamiento, nudo y desenlace. Para escribir un relato de este tipo te será de mucha utilidad el describir el ambiente y el dar detalles sobre las personas. Eso te ayudará a ponerte en situación y te facilitará la tarea de construir tu propia fantasía erótica.
Antes de finalizar este artículo solo queremos resaltar algo que debes tener siempre presente: no hay ni un espacio ni un tiempo propicio para tener una fantasía erótica. O, mejor dicho: todos los momentos y todos los lugares valen. ¿Por qué no fantasear imaginando un polvo bestial con la chica que se ha sentado delante tuyo en el metro? Poder fantasear ahí, en el mismo vagón de metro, te activará sexualmente y te predispondrá, tal y como hemos señalado anteriormente, para un encuentro sexual.