La fantasía erótica del jefe y la secretaria

Seguro que la idea de la sumisión está presente en tus fantasías eróticas. En el sexo hay un componente de poder que excita mucho a los hombres, así que ¿por qué no ceder a los deseos de tu pareja, convirtiéndote en la mujer sumisa que espera por una noche? Además piensa que cuanto más hagas por él más agradecido se sentirá y después querrá complacerte. Es la erótica del poder.

En esta fantasía erótica, los roles sexuales son los del jefe y la secretaria. Él es un poderoso hombre de negocios, un ejecutivo agresivo, un triunfador. Ella es una joven secretaria, sin experiencia, que admira profundamente a su jefe. Como en cualquier fantasía erótica, la ropa es muy importante. Vístete de manera formal, una falta y una blusa elegante, la ropa interior, tiene que ser lencería muy sexy, un liguero, unas medias de seda con costura en la parte posterior de las piernas y algo más importante, unos zapatos de tacón de aguja. Él debe vestir un buen traje y prestar especial atención a los complementos como la corbata, el reloj, unos tirantes y como no, unos zapatos de piel brillantes. Su imagen tiene que ser la de un verdadero triunfador. El escenario ideal para la fantasía erótica del jefe y la secretaria es la propia oficina, si alguno tiene llaves y puede entrar por la noche o durante el fin de semana. Pero si no te quieres arriesgar, también puedes hacerlo en cualquier habitación de tu casa, basta con tener una mesa o un escritorio y una silla.

La situación es la siguiente: tu jefe está muy enfadado contigo porque has vuelto tarde de la hora del almuerzo. El jefe tiene que castigar tu falta de disciplina y decide que una felación es el castigo perfecto. Tu jefe te llama a su oficina y te dice que está muy decepcionado por tu falta de profesionalidad, así que espera una garganta profunda que le haga cambiar de opinión. Te pide que vayas detrás su escritorio y que te arrodilles delante de él. Entonces mete su polla en tu boca y te pide que la tomes toda. Entonces empezará a sacarla y meterla suavemente hasta que tus músculos se acostumbren al movimiento, será como si se follase tu cara. Mientras lo hace, si os pone, le puedes decir que use un lenguaje sexual autoritario, algo como lo bien que lo haces o preguntar si te gusta tener la polla de tu jefe en la boca. Haz sentir a tu “secretaria” cono tu pequeño juguete sexual. Dile que vaya delante del escritorio y que se desnude lentamente ante ti. Cuando esté en lencería y tacones, dile que se acerque a ti. Entonces, acaricia todo su cuerpo, con las dos manos, el vientre, la cintura, las caderas, sus pechos, sus piernas, su culo, su coño, siente cómo se estremece de placer al sentirse tu objeto de deseo. Ve detrás de ella, besa su cuello y mete tus dedos en sus bragas, juega con su clítoris pero no dejes que se corra todavía. Entonces susurra en su oído:¿quieres que tu jefe te folle”. Ella asiente mientras tú pellizcas sus pezones. ”Sí, quiero que mi jefe me folle” responde. Inclina a tu chica sobre el escritorio, coloca sus palmas sobre la mesa y frota tu polla dura en su culo y en sus bragas sintiendo como ella está cada vez más y más húmeda, gimiendo, tan excitada como un cachorro que no tiene permitido saltar a la cama de su amo.

La fantasía erótica del señor y la criada

Esta es una de las fantasías eróticas más típicas. La imagen de una mujer sexy, con curvas, que lleva como uniforme un mini vestido negro tan corto, que cuando se inclina puedes ver sus bragas, es muy sexual para los hombres, así que puedes introducir este juego en tu vida sexual. Además del disfraz de criada, con delantal y cofia incluidos, tendrás que llevar lencería erótica y zapatos de tacón. En la fantasía del jefe y la criada la motivación de la erótica del poder está clara, en los roles del dominante y la sumisa. El escenario perfecto es: el jefe vuelve desde la oficina para recoger unos documentos que ha olvidado y se encuentra a solas en casa con una sexy y obediente criada. Tú estás quitando el polvo distraídamente y finges no darte cuenta de su presencia. Te inclinas delante de la mesa para limpiarla, permitiendo que él disfrute de la vista de tu lencería erótica. Entonces él se acerca sigilosamente detrás de ti y te coge por las caderas. Te das la vuelta, fingiendo sorpresa y le pregunta qué hace en casa. Él acaricia tu sexo y responde que ha venido a recoger unos papeles, que desde que te contrató su mujer ha deseado tener tu culo entre sus manos.Tú le agradeces el cumplido al “señor” y te dejas hacer mientras sus caricias van hacia tus muslos y te levanta la falta dejando a la vista tu liguero y las bragas de encaje. Como en todas las fantasías sexuales, la imaginación es lo más importante, puedes follar como más te ponga, asaltarla en el sótano, mientras friega el suelo arrodillada mientras te excitas con la vista de su culo.

Si te gusta la idea, pero prefieres al más original, en vez del típico disfraz de criada, espera a tu pareja en bikini o con un conjunto de lencería, un delantal y unos zapatos de tacón. Nada más. Ten preparada su copa favorita y cuando llegue a casa le recibes diciendo: “bienvenido a casa, hoy seré tu criada, estaré encantada de complacerte” La situación aún será más excitante si le ofreces un baño. Bañar a tu pareja es un acto de amor, adoración y sumisión. Debes tener el baño preparado con algunas velas eróticas y algo de música ambiental. De rodillas ante la bañera, frota su espalda mientras él acaba la copa. Mete tu mano en el agua y mastúrbalo. Luego únete a él en la bañera. Habla con él suave y dulcemente, preguntándole lo que le gusta y cómo le excita más. Desnuda tus tetas y permite que él te los pezones. Pídele a tu “señor” que se levante para que puedas lavar su cuerpo. Enjabona todo su cuerpo, sus nalgas, su polla. Acláralo después con agua tibia. Luego, desnúdate por completo y ofrécele tu coño por detrás. Follar en la bañera es bastante fácil. Para el sexo anal simplemente ponte de puntillas, con las piernas separadas y las manos en alto contra la pared de la ducha y deja que entre en ti.