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sexo en pareja

Valérie Tasso nos ofrece un amplio catálogo de fantasías eróticas

Confesiones sin vergüenza es la última obra de Valérie Tasso. La sexóloga francesa ha preguntado a amigas, pacientes, usuarias de redes sociales y a mujeres de todas las edades y orientaciones sexuales para conocer cuáles eran sus fantasías sexuales más secretas. De entre todos los testimonios, Tasso ha elegido un total de 66 para confeccionar este nuevo libro que no es otra cosa que la recolección de los “relatos puros” de las fantasías eróticas esas 66 mujeres.

El último WhatsApp (Tercera Parte)

Hasta que él ya no pudo soportar aquel silencio. Aquellos whatsapps, en cierto modo, le habían devuelto al tiempo del imperio de una libido que ya creía perdida. Los sueños eróticos más incendiarios volvían a poblar sus noches y su despertar siempre le planteaba el dilema de si empezar el día marcándose una paja o no. La duda solía resolverse de manera afirmativa.

La fantasía erótica del cura y la feligresa

Hay algunas fantasías eróticas que siempre aparecen teñidas con el tinte de lo especialmente irrespetuoso. La moral pesa mucho y la educación recibida, también. Quizás es eso (el tufillo a prohibido, el aroma a pecado) lo que hace a estas fantasías de la que queremos hablar unas fantasías especialmente excitantes. Que el hombre o la mujer que participan en esta fantasía (o ambos a la vez) puedan ser un personaje religioso añade a la misma un toque especialmente provocativo.

El último WhatsApp (Segunda Parte)

Quizás había sido aquella misma declaración de principios la que le había animado a romper su propia coraza y a empezar a expresar en voz alta (tan alta y clara como puede llegar a ser un mensaje escrito o enviado por móvil) sus aficiones sexuales más ocultas, aquéllas que nunca se había confesado ni a sí mismo: “me gustaría mucho que me la chuparas mientras me metes un dedo en el culo”, “quiero que te metas mis huevos en la boca y los saborees como si fueran dos caramelitos de menta”, “he soñado que te tenía a cuatro patas y que te separaba las nalgas…”

Jugando a médicos

Quien más quien menos alguna vez, cuando era niño, jugó a médicos. Pudo ser con una vecina, una prima, la hija de unos amigos de los papis, etc. La inocencia y el pulso acelerado marcaban lo que en el fondo era una manera inocente de asomarse al universo de la sexualidad. Se descubrían diferencias y se comenzaba a saber algo más sobre el funcionamiento del propio cuerpo. Escenificar uno de aquellos juegos puede ser una buena manera de introducir un preliminar divertido, entrañable y muy excitante en nuestras relaciones sexuales.

Fantasía del señorito y la criada

Todos hemos visto alguna imagen semejante en alguna película más o menos costumbrista. La escena tiene pocas variantes. Hay una criada de buen ver y un joven que, hijo de los dueños de la casa, está descubriendo la pulsión sexual. La criada apenas tiene tres años más que el señorito de la casa. El señorito, de momento, lo único que conoce del sexo es ese ardor dulce y cosquilleante que le sube piernas arriba cuando se masturba. Lo hace a menudo. Cómo no hacerlo cuando tiene que enfrentarse a diario con esa visión demoníaca y tentadora de los muslos de la criada.

Tomar el control con inspiración oriental

Una famosa leyenda japonesa cuenta que un joven barquero fue secuestrado y hecho prisionero por una señora y sus tres doncellas. Encarcelado en las mazmorras de su castillo, la dama lo convirtió en su esclavo sexual y lo usó según su voluntad para atender todas sus necesidades eróticas. Esta leyenda puede convertirse en el punto de partida para un juego de rol excitante en el que el hombre se convierta en el esclavo sexual de su pareja.

Fantasía del casting porno

Una buena manera de introducir un aliciente especialmente picante en la relación de pareja es grabarse practicando sexo. El convertirse por un día en la intimidad del hogar o en una habitación de hotel reservada para el caso en protagonistas estelares de una película porno acostumbra a actuar en la mentalidad de hombres y mujeres como un afrodisíaco de primer orden. Una de las escenas habituales en muchas películas XXX es aquélla en la que un productor o director realiza los castings destinados a escoger a la protagonista femenina de su próximo film.

Reforzando la sensualidad

A veces nos preocupamos demasiado de lo evidentemente sexual y nos olvidamos de lo sensual. Obsesionados por el fin, nos despreocupamos del camino olvidándonos de todas las maravillas que podemos encontrar y disfrutar en él. La sensualidad es uno de los motores más potentes de la sexualidad.

Sexo breve y dos veces bueno

Si el tiempo es oro, el sexo es vida. Aprovecha cada momento del día para mantener relaciones sexuales con tu pareja. Si te lo propones, descubrirás que el follar es compatible con muchas de las actividades cotidianas que realizas. Sorprende a tu pareja y rompe la rutina de vida sexual. Gana tiempo al reloj y aprovecha cada segundo para mantener relaciones sexuales.