Las mujeres también sueñan
De la misma manera que la masturbación no es sólo cosa de hombres, tampoco son ellos los únicos que tienen derecho a fantasear sexualmente. Las mujeres también tienen sus propias fantasías eróticas. Y éstas suelen repetirse en muchas de ellas. Emily Dubberly, escritora y periodista inglesa especialista en libros de sexo, escribió en el libro Garden of Desires que las fantasías eróticas de las mujeres pueden agruparse en cinco grupos: fantasías de sumisión, de dominio, de exhibicionismo/voyeurismo, de sexo grupal y de fantasías de parejas. Entre las fantasías eróticas femeninas más recurrentes podemos encontrar las siguientes:
- Entregarse a un hombre dominante. Después de todo, el éxito de Cincuenta sombras de Grey no nace de la nada. Brota sobre terreno abonado. Y es que una de las fantasías eróticas femeninas más extendidas es la de aceptar la sumisión sexual. Recibir órdenes de un hombre dominante y “macho” figura entre las fantasías eróticas preferidas de las mujeres.
- Del mismo modo que la mujer puede fantasear eróticamente con la posibilidad de ser sumisa, también puede fantasear con la de ser dominante. Tener un hombre a su exclusivo servicio, un esclavo erótico, puede ser, también, una de las fantasías eróticas femeninas más habituales.
- Aunque pueda crear ciertos reparos a primera vista, la de la violación es otra de las fantasías eróticas femeninas bastante habituales. Hay estudios que hablan de que un 62% de mujeres han tenido alguna vez esta fantasía. En el fondo psicológico de esta fantasía erótica no anida el deseo de que esa realidad se haga fantasía. El trasfondo psicológico de la fantasía erótica de la violación apunta al hecho de que la mujer se sienta admirada y sea objeto del deseo de un hombre que no puede controlar sus instintos.
- El exhibicionismo y el voyeurismo son, tal y como hemos visto que apunta Emily Dubberly, dos de las fantasías eróticas femeninas más comunes. El imaginar que son vistas mientras practican sexo o el mirar cómo lo hacen otras personas pone mucho a la mayor parte de las mujeres. La fantasía de ser grabadas también las excita bastante.
- Otra de las fantasías eróticas femeninas más recurrentes guarda directa relación con el hecho de ser estimulada en diversos lugares a la vez. Para ello, nada mejor que contar con la colaboración de varias personas que participen en dicha estimulación. El imaginar que se está practicando sexo en grupo puede resultar muy excitante para la mujer. Un ejemplo: que un hombre la penetre vaginalmente mientras otro mordisquea sus pechos o lame su ano o introduce su pene en su boca. Imagina todas las combinaciones posibles que pueden realizarse con dos, tres o cuatro hombres participando al unísono en la tarea estimuladora.
- ¿Tú has soñado alguna vez con hacértelo con alguien como Scarlett Johansson, Adriana Lima o Charlize Theron? Pues ellas también tienen sus propias fantasías eróticas en las que intervienen famosos. Brad Pitt, George Clooney, Mario Casas, Leonardo DiCaprio, David Beckham, Rubén Cortada… la lista puede ser tan larga como mujeres hay en el mundo.
- Muchas son las mujeres que han reconocido entre sus fantasías eróticas más habituales las de contenido lésbico. Como sucede con las que fantasías eróticas femeninas sobre la violación, en ésta no existe (en principio) deseo alguno de que se hagan realidad. En la mayor parte de los casos es la curiosidad y el interés que despierta lo desconocido lo que activa el mecanismo de funcionamiento de estas fantasías eróticas femeninas.
- Otra fantasía erótica femenina, muy común también en el hombre, es la que se eleva sobre el recuerdo. Recordar una situación vivida y revivirla con la imaginación es un gran instrumento a la hora de activar el deseo e incentivar la libido. Aquel encuentro apasionado con un ex puede servir para convertir un encuentro sexual actual en una hoguera abrasadora y muy, muy satisfactoria. Revivir aquel cunnilingus sobre la mesa de la oficina con aquel antiguo compañero de trabajo el día que se quedaron solos en la oficina o aquel polvo apresurado en un lavabo público con aquel compañero de universidad pueden servir para echar gasolina al fuego de la pasión que en ese momento se esté viviendo.
- La anterior fantasía erótica femenina, la que nace del recuerdo de una antigua relación sexual, adquiere más poder y resulta más efectiva cuando ese recuerdo guarda relación directa con la pareja actual. Dicen que el mejor afrodisíaco es el amor. Por eso imaginar fantasías eróticas protagonizadas o en las que intervengan la pareja es, para muchas mujeres, el mejor estimulante sexual.
Otras fantasías eróticas femeninas
Si eres mujer, ¿reconoces alguna de las fantasías eróticas femeninas anteriores como una de tus fantasías más comunes? ¿Tienes otras? ¿Te parecen extrañas las fantasías que tienes? No te asustes. Las fantasías son, como ya te hemos dicho, un magnífico método para activar y mejorar tus mecanismos de placer y hacer que éste sea más intenso. Además: seguro que encuentras fantasías más extravagantes o llamativas que las tuyas. Algunas puedes encontrarla en un magnífico trabajo de la conocida sexóloga, escritora e investigadora francesa Valérie Tasso. A ese trabajo, titulado Confesiones sin vergüenza, ya dedicamos un artículo en esta misma sección con anterioridad.
Piensa por tanto en que no eres la primera mujer que tiene fantasías eróticas ni tampoco serás la última. Si preguntas a tu madre y ella se sincera contigo, seguramente te contará que ella también tenía fantasías eróticas con Paul Newman. “Es que era tan guapo…”, te dirá. Y tu padre, escuchándola, sonreirá recordando cómo cada vez que daban una de Newman en la tele él notaba a tu madre mucho más receptiva y lujuriosa. Y es que, después de todo, las fantasías eróticas son un excelente instrumento para activar el deseo y para alcanzar una más alta intensidad sexual. No reniegues de ellas. Y no las desaproveches.