Hay una ley no escrita sobre el orgasmo femenino que podría resumirse con la siguiente frase: la presión de la pelvis es inversamente proporcional a la facilidad de alcanzar el orgasmo y a la intensidad del mismo. Es decir: cuanto mayor presión se siente en la pelvis, más difícil resulta alcanzar el orgasmo y menos intenso es éste. Por eso es muy recomendable liberar la pelvis de esa presión que, en gran medida, resulta una presión potencialmente castradora.

Cuando las mujeres hablan del orgasmo y de su capacidad o de su mayor o menor facilidad para alcanzarlo acostumbran a hablar de cómo les resulta más fácil alcanzar ese orgasmo. Algunas muestran su preferencia por la estimulación del clítoris y conciben el orgasmo como algo a lo que solamente se puede llegar si existe dicha estimulación. Otras, por su parte, se declaran fanáticas del sexo oral. Es la del cunnilingus, afirman estas mujeres, la técnica que más rápidamente las conduce al éxtasis. Para otras, seguramente las menos, el orgasmo no es concebible si no existe penetración.

La presión de la pelvis y el orgasmo

Todas estas mujeres, al declararse partidarias de uno u otro método para llegar al orgasmo, olvidan algo que no puede pasar inadvertido y ese algo es por qué en ocasiones la técnica preferida falla. Es decir: ¿por qué a veces, pese a haber empleado la técnica adecuada y contrastada como exitosa, el orgasmo no llega o, si llega, lo hace de un modo débil y apagado? La respuesta a esta pregunta está en la pelvis. O, mejor dicho: en la presión pélvica. Porque existía demasiada presión en la pelvis.

De lo dicho anteriormente se deduce que liberar a la pelvis de esa presión nos servirá para facilitar el orgasmo y hacerlo más intenso. ¿Y cómo liberar a la pelvis de dicha presión? O, lo que es lo mismo: ¿cómo liberar a la pelvis o a la zona pélvica de esa especie de contractura que le impide funcionar correctamente? La respuesta es sencilla: del mismo modo que intentaríamos liberar a un músculo de una contractura. Con un masaje.

Para liberar a la pelvis femenina de la presión que le impide posibilitar la existencia de un orgasmo rápido e intenso hay que masajearla. ¿Cómo? Empleando la técnica conocida como Masaje del 4, una técnica recomendada por algunos sexólogos entre los que destaca la escritora mexicana y comunicadora especialista en relaciones de pareja y educación de la sexualidad Elsy Reyes. Según Elsy Reyes, esta técnica sirve para expandir el potencial multiorgásmico o, lo que viene a ser lo mismo, para posibilitar que el sueño del multiorgasmo se haga realidad. Para ello es necesario dar un nuevo sentido a los preliminares y convertir a éstos, en buena medida, en una práctica destinada a liberar de tensiones a la pelvis.

La técnica del masaje del 4

¿Cómo se realiza el Masaje del 4? Siguiendo los siguientes pasos:

  1. Túmbate en la cama a poder ser de manera total, sin almohada de ningún tipo. En caso de que te sintieras incómoda sin almohada, coge una pero que sea lo plana posible para que, de ese modo, estés en una postura lo más cercana que puedas a la completa horizontalidad, ya que lo que se pretende con ello es liberar a la espalda de tensiones y permitir que la información sensitiva entre el cerebro (que es, no lo olvidemos nunca, el primer órgano sexual) y todas las partes del cuerpo fluya con absoluta libertad y de la mejor manera posible.
  2. Estira las piernas y, una vez la hayas estirado, dobla lateralmente una de ellas dejándola caer de lado y de manera que coloques el talón del pie de esa pierna apoyado en la pantorrilla de la pierna que continúa completamente estirada. Si te das cuenta, al adoptar esa postura estás adoptando la forma de un 4. El adaptar esta postura debe hacerse de un modo absolutamente relajado, sin que exista tensión y sin realizar fuerza alguna. Al colocarte así, vences cualquier tipo de resistencia pélvica y, sin estar abierta de piernas completamente, das un poco de apertura para, con dicha apertura, permitir el acceso a los labios mayores.
  3. Colocada así, quien vaya a realizar el masaje (puedes ser tú o puede ser tu pareja) deberá colocarse en los dedos unas gotas de lubricante con base al agua. Una vez lubricados los dedos, desliza los pulgares, unidos, partiendo del ombligo y llevándolos, poco a poco, hacia el monte de Venus. Cuando llegues al punto de unión de los labios mayores, separa ligeramente los dos dedos pulgares y deslízalos a través de los labios mayores y hasta llegar al perineo. Cuando llegues a él, vuelve a subir hacia arriba y repite el movimiento.
  4. Haz varias veces el movimiento anterior y, una de las veces que estén en el punto de arriba, es decir, en el punto en que se unen los labios mayores, intenta localizar el punto en que se encuentra el clítoris. Cuando lo hayas hecho, estimúlalo pero sin sacarlo de su “capuchón”, o sea, manteniéndolo cubierto o medio cubierto con los propios labios mayores.

¿Cómo debe realizarse esta estimulación del clítoris a través de los labios mayores que se propone para realizar el masaje del 4? Según las propias palabras de Elsy Reyes, “como si exprimieras un grano”. Es decir: presionando con cada dedo uno de los labios mayores en esa parte superior y haciéndolo hacia dentro y hacia arriba. ¿Qué se consigue con eso? Masajear el clítoris, tan importante en el orgasmo femenino, de un modo indirecto que resulta muy efectivo.

Lo que se consigue al realizar el masaje del 4 es ir despertando poco a poco todas las terminaciones nerviosas del clítoris que, de ese modo, estará preparado para todo lo que pueda venir y listo para proporcionar uno de esos orgasmos que quedan para el recuerdo.