Postura Placeres de almohada
El plan para llevar a cabo esta postura es muy simple. Asegúrate de que tienes dos o tres almohadas a mano. Te serán, como verás, de gran utilidad para favorecer la postura de tu chica.
Ella tiene que colocarse de pie e inclinarse sobre la cama, apoyando sus tetas sobre las almohadas. Cuando esté así colocada y desnuda, contémplala. No me digas que no te entran ganas de follártela porque no te creeré. Estás viendo su espalda, sus hombros, la forma de su cintura y, por supuesto, su culo y su coño. El primero, en pompa. El segundo, ofreciéndose como una tentación irresistible.
Colócate tras ella (sé que lo estás deseando) y, abriendo tus piernas un poco más que las suyas, penétrala. Puedes escoger el destino que desees. Puedes penetrar su coño o puedes entrar, previa lubricación, en su culo.
Sensaciones de la postura para la mujer
Esta postura te permite acariciar su espalda, su abdomen y, por supuesto, su clítoris. Esto, ella, te lo agradecerá cumplidamente. Después de todo, la gran parte de los orgasmos femeninos son debidos a la correcta estimulación de ese botoncito maravilloso que las mujeres tienen en la parte superior de sus órganos genitales y, de entre todas, las posturas en las que se penetra desde atrás son las más idóneas para estimularlo. Claro que, si con la simple acción de tu polla y tus dedos no basta para realizar dicha estimulación, siempre puedes recurrir a la ayuda de algún vibrador. Los hay de muchos tipos en el mercado y una inversión en la compra de uno siempre es una inversión con réditos garantizados.
Por otro lado, esta postura también te permite realizar dos acciones que pueden resultar sumamente excitantes. La primera, que puedas dar a pareja alguna nalgada. Quizá ese cachete en el culo le haga sentir una excitación adicional. La segunda acción es la que consiste en que, colocado así, a su grupo, podrás agarrar su pelo mientras la cabalgas. ¿No te apetece sentirte jinete enloquecido de tan apasionada grupa? Puede que los gemidos de placer de tu pareja se escuchen en toda la escalera. Quizás ella, en un arrebato de vergüenza, desee hundir su rostro en alguna de las almohadas que has colocado para, así, ahogar el gemido de su garganta cuando su coño se derrita de placer.
Sensaciones de la postura para el hombre
Esta postura te permitirá especialmente dominante y viril. Ella te proporciona la sensación de ser tú quien posees el control absoluto de la acción erótica. El jinete domina al caballo y lo doma estirando de sus crines. Con los pies plantados firmemente en el suelo te será fácil marcar el ritmo y la profundidad de las penetraciones. Si te colocas un poco de puntillas, tus pelotas golpearán contra las nalgas de tu pareja cada vez que empujes. Esto puede resultarte muy excitante y puede acelerar un orgasmo que, a buen seguro, será intenso y copioso.
Escoge tu propia aventura erótica
A esta maravillosa postura que te estamos proponiendo puedes introducirle diferentes variantes.
Puedes, por ejemplo, recostarte en su espalda y susurrar a su oído, mientras besas y acaricias su cuello, mientras masajeas sus hombros, todo tipo de palabras, cariñosas o sucias.
Puedes, por ejemplo, disponer de un espejo en el que veros reflejados de perfil.
Puedes, si ambos estáis de acuerdo y asumís los riesgos de una posible futura ruptura que os deje a merced de la venganza de vuestra pareja, grabaros en vídeo para visionarlo en otro momento y recordar el placer sentido, haciendo, de nuevo, que el deseo brotase en vuestros cuerpos.
Puedes, si la estás penetrando vaginalmente, utilizar un juguete anal para que nada quede sin rellenar en su popa. La utilización de juguetes eróticos en pareja es algo que siempre añade nuevos placeres y sensaciones al coito. El objetivo siempre es convertir el follar en algo todavía mejor de lo que es.
O finalmente puedes, si sois lo suficientemente liberales, invitar a un tercero o tercera para sumarse a la fiesta. ¿No te excitaría ver cómo tu pareja se la mama a alguien de confianza mientras tú la estás cabalgado por detrás y, cogiéndola del cabello, estás marcando el rito de su mamada? ¿ O no te excitaría ver cómo, abierta de piernas ante tu pareja, está su mejor amiga, que está disfrutando del cunnilingus que tu chica le hace mientras tú, desde atrás, sigues penetrándola de manera inmisericorde por el coño mientras, con el dedo pulgar convenientemente lubricado, entras y sales de su ano? Después de todo, casi todo está inventado desde los tiempos del Marqués de Sade. Sólo hace falta que des el paso y lo lleves a la práctica.