O-Shot y P-Shot
O-Shot. Éste es el nombre que se le ha dado a una práctica que está poniéndose de moda en Estados Unidos y en Reino Unido y que persigue un doble objetivo: facilitar el orgasmo femenino y lograr que la vagina luzca más bella y joven. ¿En qué consiste el O-Shot? Básicamente, el O-Shot consiste en extraerse sangre para inyectársela en el clítoris. ¿Qué cantidad? Entre 20 y 50 mililitros de sangre. Una vez extraída esa sangre, se coloca en una centrifugadora que servirá para separar plaquetas y hematíes. Separadas las plaquetas y los hematíes, el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) se inyecta en tres dosis de cinco mililitros en el clítoris. Antes de proceder a la inyección del Plasma Rico en Plaquetas se habrá aplicado una crema anestésica y se habrá inyectado una anestesia local.
El creador de este sistema de rejuvenecimiento del clítoris es Charles Runels, un polémico médico del estado norteamericano de Alabama. Runels había utilizado el plasma rico en plaquetas para rejuvenecer caras y pechos en su clínica de cirugía estética. Un día, Runels decidió probar dicha técnica con su propio pene y, en vista de los satisfactorios resultados que, según dijo, obtuvo, creó lo que se conoce como P-Shot. Así, el O-Shot es una práctica derivada de otras prácticas.
Lo que se consigue inyectando Plasma Rico en Plaquetas es generar nuevos vasos sanguíneos y, con ello, rejuvenecer las zonas en las que se ha inyectado el plasma. Las plaquetas, una vez inyectadas, atraen a las células madre y son éstas las encargadas de crear nuevos tejidos (arterias, venas, nervios…). Gracias a eso, y según afirman algunas mujeres que han experimentado este tratamiento, los genitales femeninos se ven más jóvenes, la lubricación aumenta y los orgasmos se vuelven más intensos.
Ciertamente, no existen estudios científicos sólidos que garanticen los resultados del O-Shot. Por eso no son demasiados los ginecólogos que hablen positivamente de la misma, aunque lo cierto es que tampoco son demasiados los que optan por criticar abiertamente esta técnica rejuvenecedora de los genitales femeninos. Lo cierto es que sí existen estudios (bastantes) que hablan de los efectos beneficiosos de esta técnica a la hora de mejorar las articulaciones, rejuvenecer ciertos puntos del rostro y facilitar y hacer más efectiva la cirugía dental, pero no existen estudios que garanticen el efecto beneficioso de las inyecciones de PRP en el clítoris y la zona genital femenina del mismo modo que no existen estudios que garanticen el efecto positivo de las mismas en el pene.
Sea como sea, lo cierto es que ni la asociación europea ni la asociación americana de urología la recomiendan. A pesar de ello, Charles Runels ha creado un fructífero negocio a partir de las patentes tanto del P-Shot como del O-Shot. Un bufete de abogados se encarga específicamente de rastrear por todo el mundo las clínicas ginecológicas y los métodos empleados por otros ginecólogos para evitar que ningún ginecólogo ni ninguna empresa pueda aplicar esta técnica sin la autorización previa de Runels. En España, sin ir más lejos, de entre el amplio número de ginecólogos existentes sólo está autorizado para utilizar las técnicas creadas por Charles Runels el ginecólogo Fernando Aznar.
El PRP y la disfunción eréctil
Quien también utiliza esta técnica para resolver problemas de disfunción eréctil es el doctor italiano Alessandro Oliverio. Oliverio defiende el uso del Plasma Rico en Plaquetas tanto en casos de disfunción eréctil como en casos de pene curvo. Oliverio dice haber tratado ya, junto a tres colegas, un total de 10.000 varones de España, Italia y Estados Unidos. El tratamiento propuesto por el Dr. Oliverio consiste en la realización de varios pinchazos con Plasma Rico en Plaquetas y cuesta entre 1.600 y los 2.500 euros. Con él lo que se pretende, al igual que en el caso del O-Shot (que resulta más económico, “sólo” cuesta entre 800 y 1.000 euros, y que debe repetirse cada dos años), es regenerar los tejidos atrofiados y estimular el crecimiento de los vasos sanguíneos.
Otros urólogos y especialistas potencian los resultados del P-Shot con el soporte proporcionado con bombas de vacío para el pene, medicina tradicional o algunas dosis, mínimas, de pastillas.
Contra el tratamiento del Dr. Oliverio se alzan aquéllos que argumentan que todas las disfunciones eréctiles tienen una explicación y una motivación física. Estos especialistas críticos con la técnica del Plasma Rico en Plaquetas lanzan una pregunta al aire: ¿qué utilidad tendría la técnica del PRP en aquellos casos en los que la disfunción eréctil es debida a un problema psicológico? Ciertamente, no parece que en esos casos el PRP tuviese ninguna utilidad.
En lo que sí parece que todos los analistas coinciden es en que la técnica del Plasma Rico en Plaquetas puede no proporcionar resultados positivos, pero en caso alguno debe suponer un problema para la salud como sí podrían suponerlo, en su caso, las inyecciones de ácido hialurónico en el punto P.