Más allá de la técnica mamadora
No hace falta que nos lo digas. Lo sabemos. Eres un apasionado de la felación
. Sabemos que pocas cosas te gustan más que sentir cómo tu pareja abarca tu pene con su boca para regalarte un tiempo de maravilloso placer. Intuimos también que tu pareja disfruta igualmente practicando el amor al estilo francés y podemos dar por seguro que, a base de experiencia y deseando ante todo hacerte feliz, ha acabado dominando las mejores técnicas para, así, regalarte las mejores y más placenteras mamadas. Intuimos que tu pareja sabe cómo pasear adecuadamente su lengua por el tronco de tu pene, que conoce la importancia de estimular el escroto, que no ignora la sensibilidad especial del frenillo y que percibe todo el escalofrío de placer que te recorre cuando su boca se cierra sobre tu glande mientras uno de sus dedos acaricia tu ano. Intuimos todo eso y sabemos que tu pene está en buenas manos (¿o quizás debiéramos decir en buena boca?). Pero, no obstante, vamos a proporcionarte aquí una serie de consejos que van a mejorar, sin duda, vuestra experiencia felatriz.
Los consejos que queremos darte en este post hacen referencia no ya a los movimientos que una lengua debe realizar para hacer temblar de placer a un pene erecto ni a cómo los labios deben comportarse para proporcionar a un glande la estimulación que, in crescendo, llevará a ese pene a escupir al exterior una ráfaga de semen. Tampoco vamos a darte aquí consejos sobre cómo introducir juguetes eróticos en la práctica de la felación. Los consejos que aquí queremos darte son, más que nada, sugerencias para que experimentes con las diferentes posturas para la felación que puedes elegir para disfrutar de esta maravillosa práctica sexual.
Posturas para mamadas
Dependiendo de la experiencia que se tenga a la hora de practicar la mamada, felación, francés o blowjob (algún día dedicaremos un post a todos los nombres con los que puede nombrarse esta práctica erótica), podrás elegir una u otra postura para felación.
Cuando la experiencia es poca, lo mejor es buscar una postura para felación que permita a la persona que realiza la mamada el tener el control sobre la acción para, así, evitar que el pene se introduzca en exceso en la garganta de la pareja. Realizar la felación de rodillas es, en este sentido, una buena postura para felación para aquellas personas que no están demasiado habituadas a practicarla. La posición de rodillas, además, introduce un aspecto psicológico de dominación que puede resultar muy placentero para quien siente en su pene las caricias orales de su pareja.
Dos buenas posturas para felación para personas poco expertas en el arte de la felación son, también, aquéllas en las que el hombre está sentado en una silla, butaca, sillón, etc. o en la que está tumbado sobre una cama, camilla, sofá… Estas posturas para felación permiten también que la persona que realiza la felación controle el desarrollo de ésta y el grado de penetración del pene en su boca.
Para personas algo más experimentadas y que, por tanto, no necesiten tanto control de la acción ni tanta comodidad para ejecutar la mamada, hay dos posturas para felación muy indicadas. Una de ellas es la de sentarse uno junto al otro e inclinarse sobre el pene erecto de la pareja para mamarlo como si se estuviera en el cine y se decidiera regalar a la pareja un instante de incomparable y morboso placer. La otra, la de recostar la cabeza sobre la cadera de la pareja para, así, meterse su pene en la boca.
Las personas muy experimentadas pueden escoger, sin embargo, otra serie de posturas para felación en las que el control de la acción se deja en manos de la persona cuyo pene está siendo objeto de la atención oral de su pareja. Una postura de este tipo sería, por ejemplo, aquélla en la que la persona que realiza la felación permanece tumbada mientras el hombre realiza una penetración oral sin que las manos de su pareja intervengan para nada en su estimulación. Qué duda cabe de que en esta postura para felación es el hombre quien determina el ritmo de la felación y, sobre todo, el grado de penetración de la misma. Después de todo y en puridad, no es lo mismo una felación que la práctica de lo que se conoce como “garganta profunda”. La primera puede ser practicada (mejor o peor) por cualquiera. La segunda, sólo por personas que posean una cierta experiencia practicando la felación.