Presiona ESC para cerrar

felacion

Duración de las relaciones sexuales: virtudes del sexo rápido

Es normal que el ritmo de vida actual te oblige a hacer malabarismos con la familia, el trabajo o los estudios, y te resulte muy complicado dedicar la atención necesaria a tu vida sexual. Diversas encuentas recientes, dirigidas por terapeutas sexuales, lo demuestran, y confirman que el sexo rápido nos gusta. La solución es que cambies el concepto de “follar”, que eligas la calidad a la cantidad, el sexo salvaje y frenético, sexo de alta velocidad.

Dos parejas muy bien avenidas

-Sí, sí, sí, lléname el culo, rómpemelo, métemela hasta dentro- me dice Edurne, y esa voz pespunteada de gemidos que suplica la sodomía, que la implora, que la exige, compaginada con el gesto obsceno que se dibuja en el rostro de mi mujer me lleva al borde mismo de un orgasmo que no puedo reprimir, que me puede, que me empuja a sacarla del culo de Edurne y a derramarme sobre sus nalgas y su espalda mientras Víctor, con la polla ya fuera de la boca de mi mujer, vacía su lechada sobre el pecho de ésta.

La confesión de la maestra (V)

La primera vez que toqué la polla de R parecía un pajarillo asustado. Le hice venir a mi despacho para comentarle un trabajo que yo misma había encargado, maliciosamente, sobre el David de Miguel Ángel. Me costó poco llevar la conversación hacia donde me interesaba: hacia el tamaño de los genitales del bello macho que Miguel Ángel había esculpido sirviéndose de un impresionante bloque de mármol de Carrara.

Sexo en la vejez

El fuego es el fuego y las brasas son las brasas, pero ambas cosas sirven para calentarse. ¿Qué queremos decir con eso? Que el sexo no tiene por qué desaparecer con la edad. Es más: se puede mantener una vida sexual activa más allá de la barrera de los 60, los 70 e incluso los 80 años. Los estudios y las encuestas lo demuestran. Sumar años no tiene por qué suponer la obligación de renunciar a los placeres del sexo.

Juegos con semen

El sexo no puede ser concebido sin flujos. El sexo es saliva y también sudor. El sexo son jugos vaginales. El sexo es semen. Éste, al poseer una coloración que lo hace muy identificable, se convierte en un elemento capital en la relación sexual. Tanto, que el qué se hace con el semen determina en gran medida el desarrollo de una relación sexual y el cómo interactúan los miembros de la pareja.

Muebles eróticos para posturas sexuales

Adoptar según qué acrobáticas posturas para hacer el amor entraña sus riesgos. La mayor parte de nosotros somos apasionados del sexo, pero no de la preparación física ni del entrenamiento de la flexibilidad. Esto hace que muchas posturas se conviertan, como decimos, en una actividad de riesgo. Para minimizar éste es fundamental, en ocasiones, disfrutar de una pequeña ayuda que haga más llevaderas esas posturas. Esa pequeña (o gran) ayuda es la que puede prestar lo que se conoce como mobiliario erótico.

Posturas eróticas para gozar de la felación

Los consejos que queremos darte en este post hacen referencia no ya a los movimientos que una lengua debe realizar para hacer temblar de placer a un pene erecto ni a cómo los labios deben comportarse para proporcionar a un glande la estimulación que, in crescendo, llevará a ese pene a escupir al exterior una ráfaga de semen.Los consejos que aquí queremos darte son, más que nada, sugerencias para que experimentes con las diferentes posturas para la felación que puedes elegir para disfrutar de esta maravillosa práctica sexual.

Posturas para gozar del cunnilingus

¿Hay alguien que a estas alturas pueda concebir el sexo sin otorgar a la práctica del sexo oral un papel estelar? Si hablamos con hombres y mujeres, muy seguramente ninguno de ellos abjurará de los placeres otorgados y obtenidos a través de prácticas tan excitantes como son el cunnilingus o la felación. En este artículo te vamos a proponer un ramillete de posturas eróticas que favorecerán la práctica del cunnilingus.

Sexo en el barrio ( y III)

El barrio era eso: hombres hechos y derechos mirando el culo de las adolescentes desde la barra del bar mientras soñaban polvos imposibles, parejas magreándose en un banco del parque y follando en los coches cuando caía la noche, bocas devorando pollas en la oscuridad de los rincones de las porterías… El barrio era un sitio en el que, definitivamente, el despertar al sexo tenía lugar temprano.

Sexo en el barrio (II)

Estábamos a finales de curso y aquel profesor de Química me llamó al despacho para comentar un examen que, al decir de él, no me había salido todo lo bien que podría salirme. “Tú puedes dar mucho más de sí, Sandrita”, me dijo. Así que fui al despacho. Cuando estábamos allí, y tras comentar el examen, me dijo que podía recuperar la nota fácilmente y llegar al aprobado, sin tener que estudiar y sin necesidad de presentarme a los exámenes de recuperación. “Basta, Sandrita, con que me hagas una felación”.

Sexo en el barrio (I)

Nunca necesité que nadie me explicara cómo hacer una paja a un tío. En el barrio, esas cosas se aprendían sin necesidad de que nadie te dijera cómo hacerlas. Bastaba con abrir los ojos y mirar. Tarde o temprano veías a algún tío cascándosela en el parque, escondido entre los árboles; o llegabas a casa y te encontrabas a tu hermano sentado en la taza del wáter, con los ojos en blanco, dándole a la zambomba con un Penthause repleto de salpicaduras blancas apoyado en el bidet.