Más de 128.000 páginas repartidas entre más de 770 obras. Éstas son las cifras que hablan de la descomunal importancia en la historia del manga del dibujante japonés Ishinomori Shôtarô. Nacido en 1938 y fallecido en 1998, apenas tres días después de cumplir los 60 años, Ishinomori Shôtarô fue el artista más productivo de la historia del cómic. Con un talento precoz (a los 16 años ya publicaba mangas en revistas), no tardó en llamar la atención de uno de los grandes referentes de la historia del cómic en Japón, Osamu Tezuka, que decidió contratarlo como ayudante.
En sus inicios, y al igual que hicieron muchos ‘mangakas’ (dibujantes de manga) de su tiempo, Ishinomori empezó dibujando ‘shôjo’ (un tipo de manga para chicas) e ilustrando alguna adaptación de relatos de Conan Doyle y de Poe. Años después, cuando fuera ya un dibujante reconocido internacionalmente, Ishinomori Shôtarô ilustraría la obra de George Orswell Rebelión en la granja.
El primer gran éxito como mangaka de Ishinomori Shôtarô fue, sin duda, Cyborg 009, una creación que se adaptó al anime y que abrió a Ishinomori la puerta a un tiempo de estrecha colaboración con el medio televisivo. Fruto de esa colaboración fueron obras como Okashina ano ko, que en su versión televisiva tomó el título de Sarutobi Ecchan.
Durante los años 60, Ishinomori Shôtarô empezó a ser conocido como el Rey del Manga (Tezuka, así, pasó a ser el Dios) y, llegados los setenta, experimentó con todas las posibilidades narrativas y gráficas del género firmando obras como Musashi, Hokusai, Relatos de Sabu e Ichi o The Legend of Zelda: a Link to the Past.
Mi vida sexual y otros relatos eróticos
Pero si hemos decidido dedicar un artículo a Ishinomori Shôtarô en nuestra web no es por su innegable y, sin duda, valiosísima aportación al mundo del manga, sino por ser el autor de una pequeña joya que, por suerte, puede leerse en español (y es que, pese a su ingente producción, no son muchas las obras del Ishinomori que han sido publicadas en nuestro país). Esa joya de la que hablamos es Mi vida sexual y otros relatos eróticos, un tomo en el que se recogen 15 historias que el dibujante japonés había publicado entre 1968 y 1975.
En las historias eróticas contenidas en Mi vida sexual y otros relatos eróticos destaca la capacidad de Ishinomori Shôtarô para narrar sirviéndose en muchas ocasiones solo de la imagen y también para combinar lo eminentemente erótico con ingredientes propios de otros géneros. Así, en las historias narradas en Mi vida sexual y otros relatos eróticos, Ishinomori Shôtarô combina lo erótico con lo dramático, con lo humorístico y, sobre todo, con elementos propios de la ciencia ficción, revelándose en todo momento como un autor de una imaginación y una creatividad desbordante que demuestra una calidad excepcional al jugar continuamente, viñeta tras viñeta e historia tras historia, con los diferentes personajes, con las filias y fobias de éstos, así como con la manera de encuadrar lo dibujado o de utilizar diferentes perspectivas para realizar las distintas viñetas.
En Mi vida sexual y otros relatos eróticos, el erotismo (un erotismo nada morboso y para nada explícito) es el hilo conductor entre unas historias de diferentes géneros que, en lugar de ser ordenadas siguiendo el orden cronológico de su creación, lo han sido según su temática. Así, Mi vida sexual y otros relatos eróticos se inicia con relatos propios del universo de la ciencia-ficción y en los que el sexo puede parecer, incluso, gratuito. Estos primeros relatos pueden parecer un tanto ingenuos e, incluso, naïfs, pero Ishinomori Shôtarô no tarda en mostrarse más serio y profundo. Es entonces cuando se aventura por los caminos del costumbrismo y cuando el sexo puede servir incluso de excusa para, a partir de él, hablar de la deriva moral del Japón o para meditar sobre ciertas perversiones.
En las historias eróticas de Mi vida sexual y otros relatos eróticos hay parejas de novios que bregan a destiempo con sus mutuos deseos sexuales, chicas que son conejitas, encuentros sexuales que parecen dominados por los efectos psicodélicos del LSD, hombres que dan rienda suelta a su imaginación y satisfacen sus necesidades sexuales estrechando entre sus brazos a una muñeca realista, especies alienígenas que copulan entre ellas, niños que descubren el sexo viendo cómo su padre veja a su madre, jóvenes que pese a su juventud rememoran sus aventuras sexuales, dibujantes de historias eróticas que dirigen locales en los que se practica el sadomasoquismo… En las historias eróticas de esta obra de Ishinomori Shôtarô se habla, entre otros muchos temas, de conceptos como narcisismo, zoofilia y homosexualidad, y aparecen referencias tanto a la cultura popular como a la cultura llamémosle “con mayúsculas”. Así, en las páginas de Mi vida sexual y otros relatos eróticos tienen cabida tanto Yukio Mishima como Gregory Peck. Y tanto en un caso como el otro, la originalidad, la elegancia y la calidad de la obra de Ishinomori Shôtarô pervive al paso del tiempo.
Mi vida sexual y otros relatos eróticos fue editada hace ahora algo más de un año por Satori Ediciones, una editorial especializada en cultura y literatura japonesa. Realizada con materiales de buena calidad (buen papel, buena portada en rústica, una cuidada impresión…), este volumen de 392 páginas y formato A5 se puede adquirir en las librerías especializadas y, por supuesto, en esa tienda on line que, dicen, se está cargando buena parte del entramado comercial de proximidad de muchas ciudades del mundo.