El método anticonceptivo más popular es, sin duda, el preservativo. Pese a no ser el más eficaz para evitar un embarazo no deseado (el más fiable, según las estadísticas, es el de la píldora anticonceptiva), sí es el más utilizado por las parejas. Y, no hay que olvidarlo, también es el más eficaz a la hora de protegernos del contagio de enfermedades de transmisión sexual. Esto, que está estudiado y demostrado, no impide que todavía persista un número bastante amplio de personas que sean reticentes a su uso.

Los motivos que esgrimen estas personas para rechazar el uso del preservativo son varios (hay hombres que dicen que pierden la erección y mujeres y hombres que aseguran que el hecho de ponérselo corta, de alguna manera, el ritmo de la relación y su in crescendo de excitación) pero todos giran alrededor de un argumento capital: el condón, dicen, reduce la sensibilidad y, por tanto, disminuye de manera significativa la calidad de las relaciones. ¿Es eso cierto? En este artículo vamos a intentar rebatir los argumentos de quienes sostienen que el uso del preservativo afecta a las relaciones sexuales.

Lo primero que hay que tener en cuenta al hablar de este tema es que lo que se nos haya contado antes sobre ello va a influir ineludiblemente en nuestro pensamiento. Así, si hemos oído una y mil veces que la barrera de látex que supone el condón implica una limitación de nuestro placer, vamos a iniciar la relación sexual pensando que el uso del preservativo, en verdad, va a hacer que dicha relación resulte menos placentera. Este fenómeno está estudiado desde el terreno de la Psicología. De hecho, ésta nos dice que, habitualmente y por regla general, lo que se nos dice de una experiencia (de cualquier tipo de experiencia) influye en el modo en el nos vamos a enfrentar a ella.

El mito de la pérdida de sensibilidad

Que se nos diga que la experiencia sexual cambia radicalmente cuando para gozar de ella se utiliza el preservativo no se corresponde con la realidad. De hecho, se han hecho estudios al respecto. Algunos de esos estudios demuestran que, con los ojos vendados, no son tantas las personas capaces de diferenciar una caricia hecha con piel de otra hecha a través de un preservativo.

Uno de los aspectos que ha de tenerse en cuenta a la hora de acabar con el mito de que las relaciones sexuales pierden calidad debido al uso del preservativo es el que tiene que ver con las variables que intervienen en una relación erótica. En ésta intervienen bastantes variables y muchas de ellas tienen que ver con el estado fisiológico y psicológico de quienes mantienen esa relación o las prácticas sexuales en las que se basa la misma. De hecho, según un estudio realizado por la Universidad de Indiana sobre la experiencia de 1875 participantes y publicado por el Journal of Sexual Medicine, dichas variables pesaban más a la hora de valorar una experiencia erótica que el hecho de que en la misma se usara el preservativo.

Por otro lado, teniendo en cuenta que el uso del preservativo no implica una pérdida sustancial de sensibilidad (a excepción de los preservativos que reciben el calificativo de retardante y que, por tanto, y mediante el empleo en su fabricación de sustancias como la benzocaína o la lidocaína, persiguen una cierta reducción de la sensibilidad para, así, retardar la eyaculación), ¿por qué hay hombres que experimentan una cierta pérdida de erección al ponerse un condón normal? Por un motivo que se resume en una sola palabra: auto-observación.

El hombre, de alguna manera, no puede dejar de estar pendiente, psicológicamente, de su pene. Y el hecho de ponerse el preservativo hace que dicha atención se incremente aún más. Este incremento casi malsano de la atención hacia el pene produce un incremento de la ansiedad que no juega precisamente a favor de la erección. Al interrumpir la estimulación erótica y, al mismo tiempo, tener que prestar atención al pene en el acto de colocarse el preservativo, el hombre ve incrementarse su ansiedad y eso, en definitiva, puede acabar afectando negativamente a su erección justo en el momento en que necesita que ésta sea total, es decir, en el instante justo anterior a la penetración. Si, además, anteriormente ha existido una pérdida repentina de erección o una disminución de la calidad de la misma, es muy probable que esa sensación de ansiedad se haga mayor y, por tanto, las posibilidades de que esa pérdida de erección se produzca se incrementan.

En estos casos, la experiencia del ritual de colocarse el preservativo se vive como algo negativo. Y el vivirlo de ese modo e, incluso, el vivirlo como una imposición o una obligación, puede empujar a muchas personas a espaciar el ritmo de sus relaciones sexuales, lo que acaba afectando negativamente a su vida sexual.

Consejos para no perder la libido usando condón

Para evitar que eso suceda y para acabar de una vez por todas con el mito de que el uso del preservativo afecta de manera significativa a la respuesta sexual vamos a dar una serie de consejos para no perder el nivel de excitación ni experimentar un descenso de la libido cuando se usa preservativo.

Esos consejos son los siguientes:

  • Convierte los preparativos para usar el condón en algo divertido. Hay muchos tipos de preservativos y muchas posibilidades de elección y, por supuesto, de experimentación. Escoger los tipos de preservativos que se van a utilizar en la relación (con estrías, de sabores, etc.) entre los dos miembros de la pareja y experimentar con ellos es una buena manera de erotizar el condón y, al mismo tiempo, de normalizar su uso en nuestras relaciones eróticas.
  • Tenerlos siempre a mano. ¿Por qué? Porque ir a buscarlos sí que puede cortar el rollo. Los condones, una vez iniciada la relación, deben estar en un lugar completamente accesible y, por supuesto, al lado mismo de lugar (cama, encimera, alfombra, sofá…) en el que se está manteniendo la relación sexual. Si en la misma se utilizan juguetes sexuales (algo que recomendamos a todas las parejas), la cajita en que se guarden dichos juguetes es un buen lugar para tener los preservativos.
  • Elige el momento adecuado para colocarlo teniendo en cuenta que el preservativo debe estar presente durante toda la relación sexual. Lo mejor, sin duda, es colocar el condón cuando el pene está completamente en erección para que, así, se ajuste perfectamente a él.
  • Convierte la colocación del condón en algo lúdico. El juego, lo hemos dicho más de una vez en este blog, le sienta fenomenal al sexo: lo hace más divertido y, a la vez, más excitante. Que ella prosiga con la estimulación de otras partes del cuerpo de él mientras él se coloca el preservativo (¿por qué no aprovechar este momento para prestar atención a las tantas y tan injustamente olvidados testículos?) puede ser una buena manera de introducir un toque lúdico al hecho de colocarse el condón. Que ella se lo ponga a él directamente con la boca, presionando lentamente con los labios pero sin tocar el condón con los dientes para que, así, éste no resulte dañado, otra.

Esperamos que todos estos consejos que te hemos dado aquí sirvan para acabar con el mito de que el uso del condón afecta negativamente a la respuesta sexual. El preservativo, recuérdalo siempre, no es un enemigo a la hora de gozar de las relaciones sexuales. De hecho, es nuestro mejor amigo.