Sexo sin eyaculación

Hay canciones que hablan de ello. Hacer el amor durante toda la noche figura en un lugar destacado entre los sueños eróticos de todo amante. Ese sueño viene desde tiempos inmemoriales. Un ejemplo: los sabios taoístas recomiendan en sus textos períodos prolongados de hacer el amor para que ambos amantes tengan la oportunidad de experimentar oleadas de éxtasis antes de llegar al clímax.

¿Cómo se puede llegar a alcanzar ese sueño del sexo prolongado? Sin lugar a dudas, aprendiendo una serie de técnicas dilatorias que sirvan para posponer el momento del clímax. Controlar el orgasmo es fundamental para conseguir alcanzar ese sueño de estar toda la noche haciendo el amor.

Hacer el amor sin eyacular es una condición sine qua non para conseguir ese tiempo de sexo prolongado. La no eyaculación permite que el hombre no tenga que preocuparse de su erección. Algunos sabios taoístas han llegado a decir que un hombre que consigue controlar su eyaculación y evitarla puede satisfacer sin problemas a diez mujeres en una noche.

Técnicas para retrasar la eyaculación

Ahora bien, ¿cómo evitar la eyaculación? Los maestros del taoísmo enseñaban en sus textos algunas técnicas que sirven para retrasar la eyaculación y, en algunos casos, evitarla. Estos que señalamos a continuación son algunos de esos métodos:

  • Método de bloqueo. Para poner en práctica este método es fundamental adquirir un dominio adecuado de la respiración durante el mantenimiento de relaciones sexuales. Respirar profundamente y de manera constante sirve para mantener mente y cuerpo centrados. Hay que evitar en cualquier caso el jadeo rápido. Ese tipo de respiración va asociada directamente al estallido del orgasmo y por eso hay que procurar no caer en ella. Si sientes que puedes perder el control y que vas a deslizarte por la cuesta abajo de la eyaculación, centra toda tu atención en la respiración, retira algo el pene, deja de moverte y contrae los músculos del suelo pélvico como si estuvieras tratando de detener el flujo de orina. Cuando tus niveles de excitación haya bajado, empuja de nuevo. El secreto de esta práctica reside en escoger el momento adecuado para ponerla en práctica. Si sobrepasas esa frontera que señala un punto de no retorno, serás incapaz de detener la eyaculación. A este respecto hay que atenerse a lo que señalan los antiguos maestros chinos. “Es mejor retirarse demasiado pronto que demasiado tarde”.
  • Método de la presión. Este método requiere de la ayuda de la pareja. La coordinación de los dos miembros de la misma es, pues, fundamental para conseguir una buena sesión de sexo prolongado. Hay que conocer los puntos de excitación de cada cual y actuar con decisión. Cuando la excitación comienza a hacerse más intensa y el orgasmo se acerca, él debe inclinarse hacia delante para permitir que ella pueda presionar con sus dedos en el perineo, a medio camino entre el ano y los testículos. Si esa presión se combina con una respiración adecuada, al hombre le resultará factible controlar su orgasmo e impedir la eyaculación. Lo que consigue esa presión en el perineo es reconducir la excitación hasta llevarla de nuevo a un nivel controlable.
  • Método de la ruta lenta. Si constatas que estás llegando demasiado aceleradamente al orgasmo, puedes tomarte un descanso saliendo del cuerpo de tu amante, deslizándote por él, hacia abajo, para besar su vientre, la parte interna de los muslos y, por supuesto, su vagina. Mientras la estimulas oralmente, tú podrás retrasar el orgasmo mientras conduces a tu pareja hasta el clímax. Esta acción será muy valorada por tu pareja, que comprobará de ese modo cómo te importa su placer y cómo lo valoras.

Todas estas técnicas señaladas deberían ir acompañadas de otra serie de acciones que nunca deberíamos de dejar de poner en práctica si deseamos llevar a cabo una sesión de sexo prolongado. Esas acciones son las siguientes:

  • Prolongar el juego previo.
  • Emplear correctamente los dedos para estimular y penetrar.
  • Utilizar los besos y las caricias para mantener e incentivar el deseo femenino.
  • Cambiar de postura erótica cada cierto tiempo. Estos cambios no sólo servirán para evitar el cansancio por mantener una postura durante mucho tiempo. También servirán para hacer de la práctica sexual algo variado y para evitar de lo rutinario. La rutina, ya sabes, acaba afectando al sexo. Por eso hay que huir de ella.