Fantasías sexuales
Las fantasías sexuales o eróticas se han considerado durante mucho tiempo un tabú. Hoy en día los amantes liberados, dan rienda suelta a sus deseos más excitantes y aquí te damos unos cuantos ejemplos.
Fantasía del casting porno
Una buena manera de introducir un aliciente especialmente picante en la relación de pareja es grabarse practicando sexo. El convertirse por un día en la intimidad del hogar o en una habitación de hotel reservada para el caso en protagonistas estelares de una película porno acostumbra a actuar en la mentalidad de hombres y mujeres como un afrodisíaco de primer orden. Una de las escenas habituales en muchas películas XXX es aquélla en la que un productor o director realiza los castings destinados a escoger a la protagonista femenina de su próximo film.
Sexo en el jardín
Una noche de verano: calor, un cielo cuajado de estrellas, los grillos cantando y los aspersores llenando el aire de diminutas y refrescantes gotas de agua. Sin duda, un ambiente que invita a la sensualidad y a entregarse al placer de un magnífico e intenso tiempo de sexo rápido. Diez minutos pueden bastar para gozar de un intenso encuentro erótico.
Fantasía erótica de la geisha
¿No has soñado nunca con que tu pareja es una geisha a tu servicio? ¿No te ha resultado siempre especialmente seductora la imagen exquisita y refinada de las geishas? Si es así, en este post puedes encontrar algunas sugerencias para que, junto a tu pareja, puedas convertir esta fantasía sexual en una realidad. La sensualidad será la piedra angular que permita sostener toda la construcción de la escena en la que esta fantasía erótica se haga realidad.
Sexo en el campo de golf
¿Has probado a tener sexo sobre la magnífica alfombra de hierba de un campo de golf? Piensa en la suavidad de la hierba, en la fragancia a naturaleza que invadirá vuestro olfato, en la suave brisa del viento acariciándoos mientras hacéis el amor de una manera rápida e intensa antes de que otros jugadores lleguen a vuestro hoyo o a esa parte del campo en el que habéis decidido brindaros un tiempo de sexo fugaz y concentrado.
Fantasía de la violación
Fantasear con ser violada. El sólo exponer este enunciado produce escalofríos de incomprensión. ¿Cómo puede ser posible que una mujer fantasee con un acto de violencia de tal magnitud sobre ella? Y, sin embargo, esto es más habitual de lo que podemos creer. Hay estudios dedicados a la fantasía de la violación y estos estudios hablan de un porcentaje de entre el 30 y el 60% de mujeres que, en alguna ocasión en su vida, han fantaseado con la posibilidad de ser obligadas por un hombre o grupo de hombres a realizar determinados actos sexuales contra su voluntad.
Sexo en el ascensor
El ascensor puede convertirse en un excelente escenario sexual para un encuentro de sexo fugaz. Seguramente será difícil completar en el ascensor la relación, pero este espacio que sube y baja puede ser muy propicio a esos instantes en que la pasión se sale de su cauce y se desborda y se atreve a flirtear con lo sorpresivo y lo imprevisto.
Fantasía del ladrón y la víctima
Hay un juego de rol erótico ideal para empujar un poco más allá los límites de tu vida sexual. Ese juego de rol es el del ladrón y la víctima. Para jugarlo, hay que tener absoluta confianza con el compañero de juego. Después de todo, en este juego de rol sexual puede intervenir de manera más o menos intensa un cierto nivel de violencia. Dónde se sitúa la línea de marca los límites de dicha violencia es algo que deben pactar y que debe de quedar muy claro entre los participantes del juego.
Sexo en la cocina
La cocina puede convertirse en un excelente escenario sexual para un encuentro de sexo fugaz. Como demostraron Jack Nicholson y Jessica Lange en El cartero siempre llama dos veces, la mesa de la cocina puede ser un sitio ideal para pegar un polvo rápido y urgente. Después de todo, cuando la pasión se nos desborda son los lugares los que nos escogen a nosotros, y no al revés.
Fantasía del policía y la delincuente
Los uniformes dan mucho juego a la hora de escenificar las fantasías sexuales. El uniforme de policía no es una excepción. El concepto de autoridad implícito en él va bien a la hora de escenificar fantasías eróticas en las que deban intervenir acciones de castigo. Un uniforme, unas esposas y un consolador extra grande pueden bastar para llevar a la realidad esta fantasía erótica.
Un polvo en el callejón
Los apretones sexuales no tienen horario. Vienen cuando vienen y vienen exigiendo satisfacción. Un callejón oscuro no es un cuarto de hotel, pero puede ser un lugar perfecto para un polvo rápido. El miedo a ser sorprendidos puede servir de acicate y elemento estimulador. En el fondo del callejón, podéis jugar al juego del cliente y la prostituta. El sexo rápido también tiene sus encantos.
Fantasía de la masajista y el cliente
No es difícil dejarse llevar por el encanto de esta fantasía erótica, sobre todo cuando tienes a tu pareja masajeándote dulcemente la espalda. ¿Qué mejor manera de decir “te amo” que regalar un masaje? El masaje es algo que se hace para que la otra persona se sienta bien y relajada. No te preocupes en absoluto si no tienes conocimientos como masajista. Una vez que coloques las manos sobre la piel de tu pareja, sabrás exactamente qué hacer con tus manos para realizar ese masaje.