Postura “Siéntate encima y gira”
Esta es una postura ideal para la experimentación y para buscar variaciones. Eso sí: no es una postura sencilla para la mujer. El hombre se coloca tumbado boca arriba mientras la mujer, lentamente, se pone en cuclillas encima de su pene erecto, colocando sus pies cerca de las caderas y conservando la inclinación de sus piernas.
Un consejo para la mujer: ¡procura no aplicar todo tu peso de inmediato! Los ritmos son importantes y, como siempre decimos, las prisas no son buenas en esto del sexo. Cualquier apresuramiento puede implicar una pérdida de matices de placer y posibilidades de gozo. Controla, pues, mujer, toda la acción, y muévete lentamente de arriba abajo. Intercala estos movimientos con otros que sean igualmente suaves y dulces, meciéndote hacia delante y hacia atrás o haciendo rotar tus caderas alrededor del eje duro y tieso de la polla de tu pareja.
Tras realizar estos movimientos, ha llegado la hora de realizar el movimiento que acaba de dar el nombre a esta postura. La mujer debe girar lentamente hacia un lado y servirse de sus pies y sus manos para mantener la estabilidad. El objetivo es girar 180 grados y conseguir que sea la espalda de la mujer lo que el hombre tumbado vea. Ella puede, entonces, volver a realizar los movimientos de émbolo, mecedora o coctelera para conseguir que el hombre eyacule en esta posición, o puede realizar otro giro de 180 grados para volver a mostrar sus pechos al hombre y, desde esta posición, cabalgarlo hasta llegar al éxtasis.
Sensaciones de la postura para la mujer
En esta posición la mujer es quien lleva la voz cantante y quien decide el ritmo que se imprime a todo movimiento y a toda acción. Si eres una mujer decidida, aventurera y a la que le gusta llevar la iniciativa, esta es una postura ideal para ti. La penetración es profunda, pero de ti depende que los preparativos garanticen una buena estimulación de tu clítoris. Esa estimulación, ya lo sabes, acercará la posibilidad del orgasmo y lo pondrá al alcance de tu capricho y voluntad.
Hay que tener en cuenta también que el giro de 360 grados alrededor del eje del pene permite estimular las diferentes áreas de la vagina. Si realizas el movimiento con la debida lentitud, podrás prestar atención a las diferentes sensaciones que llenan tu coño cuando el cipote de tu pareja toque y acaricia internamente una parte determinada de él. Así descubrirás qué teclas hay que tocar dentro de ti para llevarte al éxtasis.
Si la idea de girar alrededor de la verga de tu pareja te produce mareo, puedes hacer rotar tus caderas. Ese movimiento, menos atrevido físicamente y más fácil de realizar, permite también que el pene de tu pareja roce convenientemente cada una de las paredes internas de tu vagina.
Sensaciones de la postura para el hombre
Para el hombre esta postura resulta muy cómoda. Puede estar casi “a verlas venir”. Puede recostarse y limitarse a disfrutar del espectáculo, pero aconsejamos una participación más activa por parte del hombre. Sus manos libres deberían entrar en acción. No estaría mal que exploraran, acariciaran, pellizcaran, magrearan, las diferentes partes del cuerpo de la mujer. Un adecuado tocamiento de las tetas de ella (mientras ella esté orientada cara a él) servirá para aumentar la excitación de la mujer y, seguramente, también la del hombre, que, sobreexcitado por la rotación de la mujer alrededor de su polla y por los movimientos de émbolo o mecedora que ella realice sobre su pene erecto, alcanzará un orgasmo de nota.