Pasión contra el estrés
Primal Scream. Ésa es la clave para reactivar tu vida de pareja o para vivir un encuentro sexualmente inolvidable junto a tu amante ocasional. El Primal Scream te permitirá sacar al animal sexual que habita en tu interior, a esa parte primitiva que todos llevamos dentro y a la que a diario encadenamos y reprimimos para cumplir así con lo que entendemos que son mandamientos socio-morales.
Decir Primal Scream es, en cierto modo, una manera de decir “sexo desbocado”, sexo para volverse loco, “sexo duro”, sexo para desinhibirse por completo y dejarse ir. Una buena manera, sin duda, de eliminar el estrés que llevamos dentro y de reducir la ansiedad. Al menos eso es lo que se deduce de un estudio realizado por el Departamento de Psicología y el Instituto de Neurociencia de la Universidad de Princeton.
Los investigadores decidieron fundamentar su estudio en los siguientes pasos:
- Escogieron a 24 hombres y 22 mujeres.
- Solicitaron a estos hombres y mujeres que registraran su actividad sexual diaria.
- Se pidió a los participantes en el estudio que realizaran ejercicios de aritmética.
- Se pidió a los participantes en el estudio que hablaran frente a un elevado número de personas.
¿Cuáles fueron los resultados de este estudio? Que se pudo comprobar que aquellas personas que habían confesado tener una vida sexual más activa tenían una menor presión sanguínea cuando realizaban tareas estresantes.
La terapia propuesta por los autores del mencionado estudio, esa terapia de sexo desbocado o sexo salvaje para luchar contra el estrés, es la que recibe el nombre de Primal Scream. Para llevar a la práctica esta terapia de sexo desbocado que tiene nombre de grupo de rock alternativo escocés de los años ochenta hay que escoger las posturas eróticas adecuadas para dejarse ir y dejarse arrebatar por la pasión. No en vano, la traducción de la expresión anglófona “primal scream” es “grito primario”.
Al hablar de “grito primario” estamos hablando de dejar salir de nuestro interior a nuestro yo más primario, a aquél que aún no había adquirido el don de las palabras y que se expresaba de manera rústica, con gemidos, gritos y también, ¿por qué no?, con golpes. Los golpes, siempre consentidos, siempre pactados, siempre suaves, tienen cabida en el Primal Scream al igual que lo tienen los insultos y el hablar sucio. El dirty talking o hablar sucio, bien practicado, incorpora a toda práctica sexual un puntito picante que se traduce habitualmente en un aumento de la pasión y el desenfreno. Y más desenfreno sexual, ya lo hemos visto, implica una mayor reducción del estrés.
Posturas “Primal Scream”
¿Cuáles son las más adecuadas posturas eróticas para practicar el Primal Scream? Fundamentalmente cuatro: la postura del exprimidor, la del perro profundo, la del caballo o la de hacérselo de pie. Veamos cómo se ejecutan estas cuatro posturas eróticas.
El exprimidor
Para ejecutar esta postura erótica para Primal Scream, el hombre debe estar tumbado boca arriba y la mujer debe colocarse encima de él y dándole la espalda. Colocada así, la mujer debe inclinarse para, con sus manos, apoyarse sobre las piernas del hombre. Colocada así, la mujer hace más amplia la amplitud de sus caderas, lo que siempre facilita la penetración. La visión que el hombre contempla desde esta postura es muy sugerente, lo que potencia la erección.
Gracias a esta postura erótica para Primal Screem la mujer, al sentirse dominante y poder marcar en todo momento el ritmo del coito y la profundidad de la penetración, podrá liberarse de grandes dosis de estrés.
Postura erótica de “el perro profundo”
Esta postura erótica para Primal Screem es una variación de la postura del perrito. En la tradicional postura del perrito, la mujer tiene las piernas en ángulo recto. En ésta, las extremidades femeninas forman un ángulo de 140 grados. Es decir, la cara de la mujer está prácticamente en contacto con la superficie horizontal en la que hombre y mujer están practicando su coito.
Colocados así, el hombre, que también está colocado de rodillas, puede presionar el rostro de la mujer para evitar que se levante. Colocada así, la mujer tiene sus posaderas en pompa, y sus genitales están completamente ofrecidos al envite del hombre, que la penetrará desde atrás.
Esta postura erótica permite un acceso fácil y profundo del pene. El hombre, para aumentar la intensidad de la penetración, podrá agarrarse a las caderas y, agarrado así, podrá empujar con más fuerza y potencia. Al hacerlo, podrá liberar mayores cantidades de estrés. Para añadir intensidad al acto, el hombre podrá cachetear las nalgas de su pareja, añadiendo un toque BDSM al acto sexual.
Postura de “el caballo”
Esta postura erótica para Primal Screem se parece a la del perrito pero tiene unos componentes algo más “salvajes” y “animales”.
La principal diferencia entre las dos posturas radica en el hecho de que en ésta el hombre permanece de pie y es estando de pie como penetra a la mujer, que se coloca en postura de cuadrúpedo o, lo que es lo mismo, a cuatro patas.
La penetración es, en esta postura, una penetración profunda que se puede ejecutar tanto sobre la cama como sobre el sofá. Para aumentar la penetración de la misma la mujer puede peinarse su cabello formando una trenza o una cola que el hombre cogerá desde atrás para, de ese modo, simular una cabalgada desenfrenada sobre una yegua que, paciente, recibe todos los envites de un caballero que iniciará la cabalgada al paso para acabarla, sañudo, al puro galope.
Postura de pie
Si hay una postura que permite la aplicación de ese plus de “fiereza” que caracteriza a la terapia del Primal Screem ésa es la de hacerlo de pie contra un escritorio, contra la pared, contra un armario, sobre la encimera de la cocina, etc.
Esta postura erótica para Primal Screem permite dos variantes: que hombre y mujer estén cara a cara o que la mujer le dé la espalda al hombre. Esta postura resulta muy liberadora, explosiva y concede mucho margen para la improvisación, lo que la convierte en una postura erótica muy interesante para practicar sexo salvaje.