La influencia del sobrepeso en la sexualidad de la mujer

No. No es sólo que los vestidos no luzcan tan bien como lucen sobre el maniquí de la boutique y que las camisas muestren una tendencia exagerada a mostrarse abombadas en la zona abdominal. No es sólo que aumente nuestra incomodidad al ir sentados en uno de esos estrechos asientos de los vagones de metro ni que tengamos ciertas dificultades para subir varios peldaños o para cruzar a la carrera la calle porque el semáforo está a punto de cambiar de color. No. No es sólo en estos casos cuando nuestro sobrepeso se nos hace evidente. También es en la práctica sexual cuando notamos que los cambios experimentados por nuestro organismo a la hora de ganar peso tienen un efecto que va más allá de la necesidad de cambiar nuestra talla de ropa para poder embutírnosla.

El sobrepeso afecta a nuestra sexualidad y lo hace de manera negativa. En el caso de la mujer, por ejemplo, puede provocar que la irrigación sanguínea en la vagina no se realice correctamente. Esto tiene un efecto directo negativo sobre la lubricación natural, que se ve mermada. Con menor lubricación, el coito se hace más molesto.

Otro de los efectos negativos que el sobrepeso tiene sobre la sexualidad femenina es el de afectar a la musculatura pélvica. Sometido a mayor presión, el suelo pélvico de la mujer con sobrepeso se resiente ocasionando una serie de problemas que pueden ir desde la incontinencia urinaria hasta una serie de problemas exclusivamente sexuales como pueden ser la pérdida de intensidad de los orgasmos y el incremento de las dificultades para excitarse.

Junto a estas secuelas físicas hay una serie de secuelas psicológicas que pueden hacer que el deseo sexual disminuya. La mujer con sobrepeso contempla disgustada su cuerpo y se siente incómoda con él. Esto puede hacer que no desee verse ni mostrarse desnuda, lo que acaba afectando muy negativamente a su vida sexual.

La influencia del sobrepeso en la sexualidad del hombre

El hombre, lógicamente, no queda exento de padecer negativamente los efectos del sobrepeso y de sentir cómo éste empobrece su vida sexual. Para empezar, el sobrepeso y la obesidad guardan relación íntima con la arterioesclerosis. La arterioesclerosis tiene dos efectos que, finalmente, resultarán letales sobre la respuesta masculina a la excitación sexual. Uno de ellos es el empeoramiento de la circulación sanguínea. El otro, la reducción de la testosterona. La testosterona y la circulación sanguínea son los dos factores que, de una manera directa, intervienen en el proceso de la erección. Si esos dos factores no se comportan de una manera adecuada el resultado tiene un nombre nada agradable para los hombres: disfunción eréctil. De hecho, no es extraño que muchos hombres obesos padezcan disfunción eréctil de carácter orgánico.

En el caso del hombre, al igual que le sucede a la mujer (aunque en menor medida), el hombre con sobrepeso u obeso tiende a no sentirse a gusto con su cuerpo y, por tanto, a evitar mostrarlo desnudo. Dando por sentado que resulta difícil mantener relaciones sexuales sin quitarse la ropa, el hombre con sobrepeso que tenga problemas a la hora de mostrarse desnudo verá reducida (y, por tanto, empobrecida) de manera importante su vida sexual.

Por otro lado, el hecho de que la disfunción eréctil acabe convirtiéndose en una presencia amenazadora para el hombre con sobrepeso convierte la relación sexual para él en una experiencia angustiosa. La ansiedad y la frustración que el hombre con sobrepeso puede asociar al acto sexual actúan como inhibidores de la libido.

Otro de los efectos del sobrepeso sobre la sexualidad de las personas es el de la notable reducción del abanico de posturas eróticas que se pueden practicar una vez iniciada la relación sexual. Rodillas o brazos pueden tener dificultades para sostener el peso de un cuerpo obeso y la respiración resultará más ardua, lo que reducirá las posibilidades posturales a un sexo practicado de lado y, en algunos casos, en busca de unas posibilidades eróticas que eludan la práctica de la penetración. En cualquier caso, si no se quiere renunciar a ella siempre se puede optar por una postura erótica idónea para personas con sobrepeso. En su momento ya dedicamos un post a posturas eróticas para gorditas y gorditos.

Lógicamente, y eso hay que tenerlo siempre presente, no se puede generalizar en nada que tenga que ver con las personas. Generalizar sobre las personas es el camino más corto hacia el error. Como suele decirse, cada persona es un mundo y cada una puede erigirse en excepción a la norma. Por eso hay que destacar que, más allá de los efectos negativos que pueda tener el sobrepeso sobre la vida sexual de un hombre o una mujer, no hay que olvidar que hay muchísimas personas con sobrepeso u obesas que se encuentran perfectamente a gusto con su cuerpo, que poseen una alta libido y que disfrutan magníficamente del sexo.