Las tetas, material sensible

Una buena manera de introducir un punto hard en el encuentro sexual entre el hombre y la mujer que redunde en el nivel de excitación alcanzado en el mismo es incluir en la relación la posibilidad de azotar de manera moderada los pechos de la mujer. Para ello es imprescindible no olvidar algo: los senos no son un músculo. Los senos están formados de grasa, lóbulos y conductos galactóforos encargados de llevar la leche, en las mujeres lactantes, de los lóbulos mamarios al pezón. Esto hace que sean especialmente sensibles a los golpes que puedan recibir.

Todo azote de los pechos, para que resulte estimulante a nivel sexual y en ningún caso doloroso, debe ser realizado de manera prudencial. Prudencialmente quiere decir que los efectos del azote deben limitarse única y exclusivamente a las capas más externas de la dermis. ¿Cómo conseguir que los azotes en los pechos sean así? Golpeando de manera lenta y suave y con objetos que no tengan una gran masa. La velocidad y la masa son conceptos físicos y el efecto que un azote tenga sobre el pecho dependerá exclusivamente de la combinación de estos dos conceptos.

Otro concepto a tener en cuenta cuando se azota una teta es la superficie de la misma que es golpeada. La misma fuerza causa distinta sensación y tiene distinto efecto si se ejerce sobre un punto muy concreto que si lo hace sobre una superficie más amplia. Por eso es importante cómo sea el objeto. A igual fuerza de golpeo, causará menos impacto una pala que una vara. La pala actuará más sobre la superficie; la vara, más sobre lo interno.

La flexibilidad del instrumento también influirá directamente en los efectos del golpe. El cómo rebote, cómo se deforme o la libertad que tenga de movimientos son factores que, combinados, determinan el efecto del golpeo.

El mejor instrumento para azotar las tetas

Teniendo en cuenta todos estos factores, debemos entender que el mejor instrumento para azotar las tetas debe reunir las siguientes características:

  • La parte del instrumento que impacta sobre el cuerpo debe tener la menor masa posible. Es decir: para azotar las tetas deben utilizarse instrumentos de poco peso.
  • El instrumento utilizado debe permitir que se pueda ejercer un buen control de la velocidad y que, al mismo tiempo, pueda controlarse la puntería a la hora de realizar el golpe. Para ello, nada mejor que utilizar un instrumento rígido.
  • El instrumento idóneo para azotar las tetas debe permitir repartir la fuerza del impacto en la mayor superficie posible. Para ello son idóneos los floggers y los gatos. Una pala permite, también, ejercer el golpe sobre una superficie mayor, pero presenta el inconveniente de poseer más masa.
  • Que el instrumento absorba la mayor cantidad posible de fuerza del impacto. Para ello, nada mejor que los instrumentos flexibles como los látigos de múltiples colas.
  • El instrumento no debe ser demasiado largo. Cuanto más alejado del centro de nuestra mano esté la parte del instrumento con la que golpeamos al realizar un movimiento circular, mayor será la fuerza del golpe. En los instrumentos flexibles, la distancia debe medirse desde el punto de unión de los elementos flexibles del látigo con el mango.

Teniendo en cuenta todos estos aspectos, los floggers o látigos de cola son, como puedes imaginar, los mejores y más seguros instrumentos para azotar las tetas.

¿Cómo azotar las tetas?

El azote de las tetas, sin embargo, debe realizarse con sumo cuidado. Es necesario poseer una cierta experiencia y unos ciertos conocimientos. No sólo el instrumento es importante, también lo es la técnica. Para usar ese instrumento es necesario familiarizarse con él, conocer su peso y el modo de emplearlo. Cada uno de estos látigos o floggers se usará de una manera determinada según sea su forma y el material del que esté hecho. De látex, de cuero, de cuerda, de crin de caballo… son muchos los materiales de los que pueden estar hechos estos floggers. También pueden estar hechos de cadenas. No hace falta decir que las cadenas deben quedar absolutamente vedadas en este juego.

Las colas de los látigos destinados al azote BDSM pueden se anchas o estrechas, largas o cortas, más pesadas o más ligeras. Cada una de ellos reclamará un uso distinto por eso ensayar con el instrumento con el que se vayan a azotar las tetas es absolutamente necesario. Un mayor peso del instrumento exigirá una aplicación a menor velocidad. Uno de menos peso permitirá una mayor velocidad, aunque siempre habrá que tener en cuenta que, si las colas son muy finas, una mayor velocidad de aplicación puede rasgar la piel. Una buena manera de ejercitarse en el azote y controlar la fuerza necesaria con la que aplicar el instrumento es hacerlo sobre los propios antebrazos o sobre los muslos.

Antes de aplicar este tipo de castigo es necesario calentar las tetas. Unos suaves cachetes con la mano deben servir para calentar esas tetas sobre las que primero habrá que pasear el flogger.

Cuando éste se aplique, habrá que asegurarse de que el rostro está retirado. Los primeros azotes en las tetas deben ser extremadamente suaves y deben estar espaciados en el tiempo. Una vez que la piel haya enrojecido y la persona azotada se haya ido acostumbrando a los azotes, deberá incrementarse la velocidad y el ritmo de golpeo.

Los pechos pueden ser azotados de distintas maneras:

  • De arriba hacia abajo. Describiendo un semicírculo más o menos vertical hasta impactar con ella. Una vez haya impactado, se recogen las colas con la otra mano y se repite.
  • De lado a lado. Esta vez el semicírculo se dibuja en el plano horizontal.
  • De molinillo. Esta manera de azotar es semejante al azote “de arriba hacia abajo”, pero nos colocamos de perfil y pasamos de una teta a otra. Esta forma de azotar es idónea para aquellos momentos en los que las tetas ya están calientes.
  • En forma de ocho. Esta manera de azotar se aplica desde la parte frontal y consiste en ir dibujando, según la cadencia escogida, un ocho tumbado.
  • Impacto directo. Cogiendo las colas con la mano libre y tensando dichas cuerdas, descargar con un golpe directo sobre las tetas.

Sea cual sea la forma escogida para azotar (o combinándose varias), lo importante al azotar las tetas es conseguir que los azotes “piquen” y no duelan. El objetivo es enrojecer los pechos, no provocar la aparición de hematomas en ellos.

Una vez azotadas, las tetas deben ser tratadas con una crema protectora hidratante.