El placer y el dolor en el sexo

Experimentar en el sexo puede llevarte a descubrir nuevos límites y a abrir tu mente a nuevas experiencias. Si decides ir “más allá”, es muy importante, que antes de empezar, fijes los límites con tu pareja, por ejemplo el lugar, los roles que adoptaréis cada uno, y cuando experimentes con el placer y la sumisión, las actividades concretas que haréis, es decir, qué puede y qué no puede pasar. También tienes que pactar lo que llamamos la “palabra segura”, es decir, una palabra clave que utilizaréis para que el otro pare cuando tú se lo pidas. Este paso previo es muy importante pues, aunque seas una persona que haya fantaseado durante mucho tiempo con este tipo de juegos sexuales, no sabrás cómo te sientes hasta que lo experimentes de verdad. Cuando hayas establecido todas las reglas ya puedes empezar con excitantes juegos eróticos, unos “preliminares” antes de culminar la relación sexual, pero con muchas más opciones.

Puedes experimentar con tu pareja la sumisión light, atándola, con esposas o pañuelos, cosquilleando, con mano o una pluma, acariciando, poco a poco, y si os excita la idea del dolor, puedes probar con palmadas o azotes. El sometimiento es uno de los elementos más comunes en las fantasías eróticas tanto de hombres como de mujeres. Sobre todo, ten siempre en cuenta que la cautela es muy importante, recuerda con que algo tan inofensivo como un pañuelo, se puede llegar a hacer daño si cae en las manos equivocadas. Acolcha siempre las partes que vais a atar.

La próxima vez que estés en medio de los “preliminares”, antes del sexo, prueba con el juego de la sumisión, pide a tu pareja que sus manos detrás de su cabeza y cierre sus ojos mientras tú cosquilleas su cuerpo con algo suave y sedoso. Como en cualquier momento podrá abrir los ojos o soltar sus manos, no hay presión. Si este juego te pone, y complacer a tu pareja, puedes adentrarte en juegos más excitantes. ¿Te has preguntado alguna vez porqué añadir un poco de dolor en el sexo> resulta tan excitante? La respuesta al placer del dolor es porque aumentamos la producción de endorfinas, las hormonas del placer. Su liberación nos provoca una gran sensación de bienestar, la misma consigues cuando haces ejercicio. Sin embargo, mucho puede provocar el efecto contrario al deseado. El límite sólo depende de ti y de tu pareja, pues cada persona tiene un umbral del dolor diferente. Si nunca has realizado ninguna práctica con dolor y sumisión, comienza con juegos sencillos y a medida que el placer aumente, pruebas con cosas más difíciles. Cuando experimentes con azotes o palmadas, hazlo primero en las nalgas y piernas antes de hacerlo en las tetas y pezones.

En la sumisión, tienes que establecer los roles de cada uno, quién es el dominador o dominadora y quién el sumiso o sumisa. Aunque en principio puede parecer que ser quien domina es más excitante, ten en cuenta que también es quien hace todo el “trabajo”. Si haces el rol de dominador o dominadora, serás quien decida todo lo que vais a hacer y cuando, puedes someter a tu pareja a utilizar la boca o la polla para follarte. La idea es que crees un juego sexual donde tú inventes tus propias reglas. ¡Libérate de convencionalismos y descubre lo que verdaderamente te provoca placer y te excita!.

Las posiciones sexuales más creativas

Para disfrutar del sexo, no hace falta que te aprendas el Kamasutra de memoria. Es difícil que en el día a día, puedas llevar a cabo la mayoría de las posturas sexuales que se describen el manual de sexo… La vida de sexual de las parejas suele ser más realista ¿verdad? En el fondo el Kamasutra presenta cuatro o cinco posturas de sexo diferentes y todo lo demás son simplemente variaciones sobre las mismas. Tú puedes hacer lo mismo, la mayoría de las parejas tienen una o dos posiciones sexuales favoritas y le son fieles porque saben que tienen el éxito garantizado. Para que no caigas en la rutina, lo que te proponemos, es efectuar alguna modificación sobre ellas para hacerlas aún mejor. Aquí tienes tres ideas: de casados encuentran a uno o dos favoritos y son fieles a estos porque efectúan la entrega. Algunas modificaciones simples pueden hacer ésta incluso mejor. Aquí tienes algunas ideas:

  • El Misionero:El misionero es una gran posición sexual que ha sido muy denostada. En esta alternativa, los dos podéis estar abajo. Tu chica se encuentra con su pierna izquierda extendida sobre la cama y la de la derecha doblada a la altura de la rodilla, puede apoyar sus codos en las almohadas. Tú te colocas tumbado a su lado, enfrente de ella, con tu brazo izquierdo apoyado, mientras pasas tu pierna por encima de ella. La forma más sencilla y efectiva modificación de la posición del misionero es una antigua técnica oriental que consiste en poner un par de almohadas debajo de la cadera para elevar su pelvis lo suficiente para que puedes penetrarla y mejorar la estimulación del clítoris. Lo único malo de esta postura sexual es que el movimiento es limitado, pero es una buena posición para cuando estás perezoso.
  • Ella arriba: Esta posición sexual es una de las más populares. Dile a tu chica que se ponga encima de ti haciendo una “sentadilla”, pero en vez de que estéis ambos de cara, pídele a tu pareja que gire lentamente y te dé la espalda. Para ello puede que tenga que inclinarse hacia delante un poco y a utilizar sus tobillos y muslos para sujetarse a ti. Con esta variación tú tendrás una excelente vista de su culo y espalda, a diferencia de ver sus tetas. Además, durante el coito, cuando ella se levante, podrás ver como tu polla la penetra, probablemente la vista más vista más parecida a una escena de película porno que puedas tener. Seguro que esto es una de tus grandes fantasías eróticas. Tal vez sea esta la razón por la que muchos hombres, como tú, la votaron como la mejor posición sexual en una encuesta realizada por una prestigiosa revista de actualidad.
  • El 69: En teoría esta es una de las posiciones sexuales más divertidas, pero en la práctica es una de las más complicadas para conseguir el orgasmo puesto que lo más frecuente es que te centres más en dar placer. Otro de los inconvenientes es si uno de los dos perdéis la concentración todo se acaba. Seguramente esta es la razón por la que la mayoría de las parejas deja de hacer el 69 pasados los primeros meses de relación. Prueba a practicarlo estando los dos tumbados, pero uno enfrente del otro, en vez de encima y abajo, de esta manera podrás apoyar tu cabeza en su muslo y ella en el tuyo, en una posición mucho más cómoda. También puedes sorprender a tu pareja con el uso de un vibrador, de esta manera si uno de los pierde el ritmo o llega antes al orgasmo, el otro puede seguir gozando hasta alcanzar el clímax también.