Si te gustó la postura sexual de Un buen apretón, la postura sexual Banana Split seguro que te gusta también, sobre todo si eres hombre.
¿Por qué? Porque son posturas muy similares. En ambas la chica se coloca boca abajo y eso implica algo muy excitante para el hombre: que su pareja exhibe su culito bien abierto y en pompa. ¿Y a qué macho no le gusta eso?
Para realizar esta postura erótica, la mujer se tiene que acostar boca abajo en la cama y apoyarse sobre los codos. Tener cerca un par de almohadas es algo que a la mujer le puede ir muy bien cuando llegue al orgasmo. Agarrarse a esas almohadas puede ser una buena manera de hacer aflorar toda la pasión que se experimenta en momentos así.
Una vez colocada así, el hombre se debe posar sobre ella y debe introducir su pene erecto en la vagina de su amante. Cuando la mujer siente el pene dentro de ella, abrirá las piernas lo máximo que pueda.
Lógicamente, la intensidad del placer experimentado por el hombre dependerá en buena medida del grado de flexibilidad de su pareja. Practicar la postura erótica Banana Split con una gimnasia o una contorsionista puede ser, sin duda, un flipe sexual para un hombre.
En el caso de una mujer no tan flexible ésta tiene que abrir las piernas todo lo que pueda y, en cualquier caso, lo más cerca posible de colocarlas perpendiculares a su tronco.
Él, mientras tanto, puede quedar más arriba, manteniéndose con los brazos extendidos, o puede bajar hasta posarse encima de sus codos para añadir a las sensaciones experimentadas la del contacto adicional con el cuerpo de su pareja. La chica, así, notará sobre su espalda el torso de su hombre.
De todas formas en este último caso tenemos que tener en cuenta el peso del hombre sobre la mujer y que a ella no le suponga demasiado peso ya que si se siente aplastada no disfrutará con el sexo. Tiene que estar cómoda para que sólo tenga en su cabeza el placer.
Una vez acoplados los dos, tan sólo queda el vaivén de la polla dentro de la vagina. La velocidad ya dependerá de los amantes y de cómo vaya aumentando la pasión.
Sensaciones de la postura Banana Split para la mujer
La penetración extra profunda y la sensación de fricción en el hueso púbico pueden enviar una sacudida a todo lo largo del cuerpo de la mujer, que sentirá cómo su punto G y el clítoris son estimulados si la postura se realiza correctamente.
Para favorecer el que eso suceda es conveniente realizar previamente un masaje erótico mutuo, con aceites esenciales, antes de hacer maniobras en esta posición. El aceite impregnado en los cuerpos proveerá sensaciones dulces y escurridizas que agrandarán el sentimiento de placer.
En esta postura sexual tumbada boca abajo, a no ser que se disponga de espejo, la mujer no verá nada de su amante por lo puede estar imaginando que está follando con cualquiera que le dé morbo (no se trata de infidelidad ni falta de respeto al amante sino de experimentar con sentimientos y fantasías).
Si se tiene espejo, la chica podrá mirar en él su cara de placer, la de su amante, observar como la están follando… En estas circunstancias, la chica debe disfrutar sí o sí de las vistas, pues tiene el mejor asiento de la película.
Sensaciones de esta postura sexual para el hombre
Banana Split es una postura de sexo que permite al hombre meterla muy profundamente, follar muy hondo dando así a su amante mucho más placer.
Durante el acto, el hombre debe procurar mirar a su amante. Haciéndolo, descubrirá una vista sorprendente de su culo abierto y se sentirá excitad por el poder que infiere estar encima de ella.
Si el chico es lo suficientemente fuerte como para poder sujetarse con un solo brazo mientras penetra a su chica, puede explorar con la otra mano su trasero y su ano.
Si a ella le gusta o le atrae la estimulación anal, meterle el dedo en el ano (lubricado mucho mejor) servirá para incrmentar tanto la excitación como el placer. Follársela con la polla en la vagina y con un dedo o dos por el ano (doble penetración) puede ser muy placentero para la mujer.
Al hombre, por su parte, esta práctica le resultará también muy excitante, pues cosas son tan afrodisíacas como escuchar los gemidos de placer de la pareja. Y es casi seguro que la mujer, sintiéndose penetrada doblemente por su chico, gemirá hasta quedarse afónica.