¿Qué se puede hacer con el semen?

El sexo no puede ser concebido sin flujos. El sexo es saliva y también sudor. El sexo son jugos vaginales. El sexo es semen. Éste, al poseer una coloración que lo hace muy identificable, se convierte en un elemento capital en la relación sexual. Tanto, que el qué se hace con el semen determina en gran medida el desarrollo de una relación sexual y el cómo interactúan los miembros de la pareja.

El cómo actuar con el semen cuando éste aflora marca líneas de separación entre las diferentes maneras que tienen las personas de disfrutar de su sexualidad. Para muchas mujeres, ese líquido pegajoso y ardiente no es sino un fluido repugnante. Para otras, una especie de elixir del que hay que gozar como sea, de un modo u otro. Estas últimas convierten los juegos con el semen en una práctica especialmente atrayente y excitante. De hecho, hay estudios que apuntan a que las hormonas contenidas en el semen pueden ser absorbidas tanto por vía vaginal como por vía anal como por vía oral. Esas hormonas provocarían en la mujer una embriagante sensación de felicidad.

En los juegos con semen participan diversos factores. Esos factores son los siguientes:

  • Sabor. El sabor del semen depende fundamentalmente de la alimentación. Ella determinará, en gran parte, la mayor o menor intensidad de su sabor.
  • Cantidad de semen. Qué duda cabe de que cuanta mayor sea la cantidad de semen eyaculado mayores serán las posibilidades de disfrutar de los juegos con semen. Existen algunos complementos alimenticios indicados para aumentar la cantidad de semen. En cualquier caso, no hay que obsesionarse respecto a este asunto. Para ello, nada mejor que no comparar la propia eyaculación con las que, a menudo, muestra el cine porno. Hay que tener siempre presente que el cine, cine es. Y que en él adquieren una importancia capital eso que se llaman “efectos especiales”. En el caso de las eyaculaciones, esos “efectos especiales” consisten en la utilización, en algunos planos, de ciertos líquidos de apariencia similar a la del semen.
  • Olor. Como acostumbra a decirse con los colores, lo de olor es cuestión de gustos. Por eso unas personas prefieren unos perfumes a otros. En el caso de este fluido sexual, la mayor o menor sensibilidad a su olor determinará si será posible realizar un juego con semen o no y sí, en caso de resultar que sí, el tipo de juego que pueda llegar a realizarse.

Una vez tenidos en cuenta todos estos factores, vamos a ver qué tipos de juegos con semen existen.

Juegos con semen en la boca

Una vez finalizada una felación en la boca, ¿qué puede hacerse con el semen? Se pueden hacer gárgaras. Se pueden hacer burbujas. Se puede juguetear escupiéndolo sobre la mano, mostrándolo a la pareja y volviéndolo a succionar. Se puede escupir sobre el vientre o el pecho de la pareja para, a continuación, lamerlo. Se puede escupir sobre el pene del compañero para que, en caso de que éste pueda “recargar la pistola” en poco tiempo, sirva de lubricante para una nueva felación.

Besos blancos

Con el nombre de beso blanco se conoce una práctica sexual consistente en, una vez finalizada la felación y permaneciendo el semen en la boca de la mujer, fundirse en un beso que permita que los dos miembros de la pareja participen del sabor y la textura del semen.

Esta práctica recibe el nombre de “cum swapping” cuando el semen va de boca a boca. Cuando, mediante el uso de la saliva, se aumenta el volumen del semen, la práctica recibe el nombre de “snowballing”.

Eyaculación facial o corporal

Ésta es la manera más habitual de jugar con el semen, la de eyacular sobre el cuerpo o el rostro de la mujer. Una vez que se haya eyaculado, el semen puede ser extendido sobre el cuerpo. Para ello, el hombre puede servirse de sus dedos, de la lengua, del pene o, incluso, del mismo cuerpo.

Una modalidad especial de esta eyaculación facial o corporal es la de eyacular sobre el cabello.

Eyacular sobre la ropa

El juego con semen consistente en eyacular sobre la ropa o sobre algún complemento determinado tiene un marcado componente fetichista. Entre los juegos con semen fetichistas, los de eyacular sobre los pantys o sobre los zapatos son los más habituales.

Creampie

Con el nombre de creampie se conoce aquella práctica sexual en la que el hombre eyacula dentro de la mujer y, a continuación, deja que su semen acabe goteando al exterior. Tras esa eyaculación, se pude jugar con el semen insertando los dedos dentro de la vagina de ella o, por ejemplo, realizándole un cunnilingus. En este caso, el hombre lame su propio semen mezclado con los fluidos de ella. Esta práctica recibe el nombre de “creampie eating”.

Felching

Este término, que viene directamente del universo homosexual, hace referencia a un juego con semen consistente en beber el semen directamente del ano de la mujer como guinda a una sesión de sexo final. Los más sofisticados pueden servirse, en este caso, de un modelo de pajitas especialmente diseñadas para ello.

Mezclarlo con la comida

Las personas que no tienen reparos a la hora de jugar con semen y no le hacen ascos a su sabor llegan al extremo de introducir el semen como un ingrediente más de sus comidas. Sin llegar al extremo del chef Paul “Fotie” Photenhauner (que elaboró un libro de recetas culinarias de platos que incluían el semen entre sus ingredientes), el semen puede servir para echarlo al café con leche, para mezclarlo con la nata montada o para usarlo como nata sobre un pastel.