¿Cuántas parejas no se han roto porque la rutina y la monotonía en las relaciones sexuales se ha instalado en su día a día? Para evitarlo, hay una fórmula que funciona a la perfección: los juegos de roles sexuales.
Existen multitud de ideas y fantasías que puedes llevar a cabo para insuflar nuevas energía a tu vida de pareja. Lo principal, ante todo, es que lo que se haga (aquí te vamos a dar una serie de ideas) debe cumplir con el objetivo principal de este tipo de actividades. Y ese objetivo no es otro que acabar con la rutina, la monotonía y el aburrimiento que, en un momento dado, puede aparecer en la vida sexual de una pareja.
Misterio y sorpresa son dos conceptos que le van muy pero que muy bien a una pareja sexual. Misterio y sorpresa, entrelazados y aplicados al sexo, se convierten en pasión.
Buscar juegos y actividades que incluyan elementos que tengan que ver con la imaginación y el misterio y que, de alguna manera, puedan sorprender y serprendernos, será fundamental si queremos que la rutina sexual sea una cosa que les pasa a los otros.
Los juegos de rol sexuales participan de todos esos elementos. Son picantes. Son divertidos. Beben de nuestra imaginación, la estimulan y abren la puerta a la sorpresa. Al hacerlo, reavivan nuestra pasión y la capacidad de excitarnos aumenta. Y el sexo, de nuevo, vuelve a volverse tan apasionante y divertido como lo era en los primeros días de nuestra relación.
Beneficios de los juegos de rol sexuales
Además de romper con la monotonía sexual que en ocasiones se apodera de las palabras, este tipo de juegos tienen los siguientes efectos positivos:
- Incrementa los niveles de comunicación dentro de la pareja.
- Aporta innovación y/o experimentación, lo que permite descubrir nuevas sensaciones.
- Ayuda a ampliar el conocimiento que tenemos de nosotros mismos y de nuestra pareja.
- Incrementan la confianza en nuestra sexualidad.
Para llevar a cabo con éxito y sacar el máximo partido y disfrute a este tipo de prácticas debemos ser honestos con nosotros mismos y, al mismo tiempo, debemos perseguir una comunicación honesta y asertiva con nuestra pareja.
Ser honesto con uno mismo implica saber qué roles podemos ocupar, con cuáles de ellos nos sentimos más cómodos y cuáles son los que, por un motivo u otro, nos incomodan. En este último caso, lo ideal sería siempre descubrir cuál es el motivo que hace que un rol determinado nos resulte incómodo. Dicho descubrimiento ampliaría nuestro conocimiento sobre nosotros mismos y sobre nuestra forma de concebir el sexo.
Vistos los múltiples beneficios del role-playing, vamos a ver cuáles son algunos de los juegos de rol sexual más comunes.
Juegos de roles sexuales en pareja
La idea básica sobre la que giran los juegos de rol sexual es muy sencilla: cada miembro de la pareja debe interpretar un personaje. Entre los roles más comunes adoptados por chicos y chicas en este tipo de prácticas podemos destacar los siguientes:
- El chico es un bombero y ella está en peligro. ¿Qué mejor que una buena manguera para apagar un fuego?
- La sirvienta. La chica es la sirvienta y el chico, el dueño de la casa que acaba pidiendo un “trabajito” un tanto especial.
- El fontanero, lampista, etc. que viene a realizar una reparación en casa.
- El profesor o la profesora.
- Hacerse los extraños en un bar. Se puede ir a un bar de moda y compartirse como el ligón ocasional que desea seducir a la chica.
- El sexo rápido con un taxista en el mismo coche o apoyados sobre él en un lugar apartado.
- El/la masajista. Se empieza por un masaje relajante y se acaba por…
- El pintor y su musa. No hace falta ser Leonardo ni Picasso para intentar este juego de rol. Se empieza usando un pincel y se acaba utilizando otro.
- El productor o director cinematográfico y la actriz novata que busca un papel. ¿Qué puede llegar a pedir un director o un productor para descubrir si ésa es la chica que necesita para su película.
- El voyeur. Una videollamada, ir cada uno a un espacio distinto, masturbarse ante los ojos del otro… Este juego de rol sexual puede resultar muy excitante.
- El poli y la delincuente. Una detención con esposas puede dar pie a situaciones muy morbosas y calientes.
- El ciego o la ciega. Este juego de rol sexual consiste básicamente en vendarle los ojos al otro antes de mantener relaciones sexuales. La situación de indefensión que puede experimentar la persona que tiene los ojos vendados puede ponerle las pulsaciones a mil.
- El doctor y la enfermera.
- El jefe y la empleada.
- El doctor o la enfermera y el paciente.
- La prostituta y el cliente.
Juegos de rol sexual y BDSM
En todas las propuestas recogidas en el apartado anterior hay un elemento común que es el que “engrasa” todos los mecanismos del juego. Ese elemento no es otro que la imaginación. Es ella la que da sentido a un rol determinado.
Para que el juego funcione hay que creer en el papel interpretado. A ello ayuda, sin duda, disfrazarse. Un disfraz sexy de enfermera le da un plus al juego de la ATS y el paciente. Una minifalta hipercorta hace más deseable a una secretaria. El lampista que viene a arreglar una avería casera da más el pego cuando va vestido con un mono de faena. Una sotana puede ayudar a interpretar mucho mejor (y puede añadir mucho morbo) una escena de seducción sacerdotal.
Otro elemento muy común en este tipo de juegos es el binomio que se da entre Dominación/sumisión. El contexto BDSM no falta en muchos de estas prácticas. Los roles muchas veces tienen que ver con personajes que actúan como Dominantes o, en su defecto, como sumisos.
Lógicamente, y al igual que toda práctica sexual que tenga que ver con el Bondage, el Sadomaso o los juegos D/s, estas prácticas deben sostenerse sobre el consenso y el pacto. No se hará nunca nada que no deseen los dos miembros de la pareja ni se traspasarán límites que uno de ellos no quiera traspasar.
Finalmente, una práctica que puede resultar muy excitante cuando se realizan juegos sexuales de rol es la del intercambio de roles. ¿A qué nos referimos con esto? A que la chica haga de chico y viceversa. Es decir: a que la chica, armada con un arnés sexual, penetre al chico.
Esta práctica de sexo anal en la que la parte femenina adopta el rol activo y la masculina la pasiva recibe el nombre de pegging y solo es apta para hombres de mentalidad muy abierta. Después de todo, para muchos hombres la asunción del rol pasivo en el sexo anal es una práctica que, mentalmente, relacionan directamente con la homosexualidad.
Vencer ese tabú sexual no es sencillo, pero lo cierto es que la combinación del pegging y los juegos de rol sexuales puede resultar explosiva y muy gratificante. ¿Imaginas a la chica haciendo de jefe y al chico de secretaria?
Cualquiera de estas prácticas puede enriquecerse, lógicamente, utilizando alguno de los muchos juguetes sexuales que pueden encontrarse en un sexshop tanto físico como online.