Sado, Ama y Bondage
La primera vez que te atan en el sexo es una revelación. Experimentarás una sensación de pérdida del control sobre la situación, de abandono. Si, además, creas el ambiente ideal con luz tenue, el éxito es total. Si te atrae la idea del sado erótico, no creas que eres diferente al resto de la gente, son muchos los hombres y mujeres a los que les gusta ser en ocasiones dominados en el sexo. Una de las fantasías eróticas femeninas más populares es la que implica ser forzada o sometida por un hombre, ya sea atándola o simplemente manteniendo sujetos sus brazos por encima de la cabeza. Seguro que te suena haber oído historias sobre hombres poderosos cuyos gustos sexuales incluyen sesiones de sado con junto a una ama. Son muchos los hombres que fantasean también con la sumisión en el sexo y disfrutan con el dolor. Por supuesto no hablamos de dolor agudo o maltrato, sino de ser azotado con un látigo, recibir unas bofetadas o ser atado con cuerdas. Hay algo excitante en la sensación que produce la mezcla de placer y dolor. Además, ten en cuenta que los hombres, encuentran a las mujeres con un látigo sexualmente muy atractivas. Imagina sorprender a tu chico con un vestido de látex negro y ceñido, unas botas de cuero de tacón alto y un antifaz, o unas esposas o cualquier otro complemento de lencería erótica… No tardarás nada en tenerlo gimiendo a tus pies. Puedes crear tu propia silla de esclavitud, sentando a tu pareja en ella y sujetándola firmemente al respaldo con los brazos atados detrás de cuerpo y con los ojos vendados. Si queréis algo más profesional, siempre puedes comprar arneses, columpios, esposas, cuerdas o artículos de bondage, a través de internet en un sex shop en online. Si optas por una opción más casera, puedes utilizar una corbata o el cinturón de un vestido o una bata para atar a tu amante y disfrutar de una deliciosa travesura sexual adentrándote en el mundo del sado y la sumisión.
La sumisión en el sexo
Antes de empezar a llenar el armario de esposas, cuerdas o látigos, puedes descubrir el placer de la sumisión con una de las posturas sexuales que desde siempre ha estado asociada al poder de quien la ejerce, el sexo anal. Son muchas las parejas que en los inicios de su relación, alimentados por la lujuria, juegan con follar por detrás pero luego tienden a olvidarse de ello. Si lo has probado ya, es el momento ideal para volver a experimentarlo y si no lo has hecho nunca, aprovecha para darle el impulso definitivo a tu vida sexual. Pero antes de empezar, tienes que ser consciente de los riesgos del sexo anal, para practicar siempre sexo seguro. Recuerda que la higiene es fundamental, así que estimulas el ano con la lengua, los dedos, un vibrador o un consolador, no pases nunca a la zona vaginal sin procurar antes una buena higiene. Las bacterias del ano, pueden producir una temida infección vaginal. Si no quieres parar durante el sexo, utiliza guantes de látex y preservativo, que podrás retirar sin necesidad de parar para ir al baño. A los hombres, el sexo anal, no sólo les resulta excitante cuando son ellos los que someten a su pareja penetrándola por el culo, también ser penetrados les produce placer por la fricción que la polla o el consolador, ejerce en la glándula prostática para estimularla. Pero, ¿qué pasa con las mujeres? Pues que la penetración supone el estiramiento de los músculos del área y provoca una sensación de llenado excelente para la mayoría de las chicas. El sexo anal puede impulsaros a los dos al sexo salvaje. Antes de empezar, como juego preliminar, daros una ducha juntos, que es siempre una buena idea antes del sexo. Y no olvides que necesitarás una gran cantidad de lubricante íntimo. Si eres principiante, olvida la penetración, tendrás que practicar todavía algún tiempo hasta poder disfrutar de ella, pero no te preocupes porque para descubrir la excitante sensación de sumisión, de placer y dolor, basta con jugar con la lengua y los dedos de la mano para hacer que tu pareja pierda el control y se rinda a ti.