Reducir el sexo a la práctica de la penetración podría considerarse algo así como reducir el concepto gastronomía española al acto de preparar y comer una paella. La paella está buena, sí, nadie lo duda; ¿pero no lo está también el gazpacho, el cocido, la fabada, el pulpo a feira, el bacalao al pilpil, los callos o las faves amb botifarra? Si un viajero recién llegado a nuestro país para pasar quince días se limitara, durante esos quince días, a comer paella, ¿no lo consideraríamos un pecado de ignorancia? Pues limitar el gozo sexual a la práctica de la penetración implica, también, pecar de ignorancia, y, por encima de todo, perder la oportunidad de disfrutar de un amplio abanico de posibilidades de gozo.

Que el imaginario colectivo se haya impuesto la penetración como forma estelar de disfrutar del sexo tiene sin duda mucho que ver con el carácter patriarcal de nuestra cultura y también con el
modelo de relación sexual que, de alguna manera, ha ido imponiendo el porno en nuestras vidas. Por otro lado, la priorización del coito a la hora de plantear los encuentros heterosexuales y la práctica limitación de la práctica sexual a la penetración ha hecho que, históricamente, muchas mujeres se hayan quedado sin experimentar el gozo del orgasmo. Y es que, no lo olvidemos, el porcentaje de mujeres que alcanzan el orgasmo única y exclusivamente gracias a la estimulación vaginal que se produce durante el coito es muy reducido en contraste con el porcentaje de mujeres para quienes la estimulación del clítoris es el camino más directo hacia aquél.

Y del mismo modo que hay que tener en cuenta que la inmensa mayoría de las mujeres no pueden alcanzar el orgasmo gracias a la estimulación que proporciona la penetración, no hay que olvidar tampoco que cada vez son más los hombres que, en mayor o menor grado, sufren algún tipo de disfunción eréctil. Todo lo que sea limitar el gozo sexual y la práctica del sexo al acto en sí de la penetración implica, en cierta medida, acomplejar a esos hombres que tienen problemas para alcanzar o mantener una erección y que, acomplejados, pueden renunciar a la práctica sexual y a los beneficios que sin duda comporta ésta.

Para evitar que eso pueda suceder y para ampliar el abanico de posibilidades que una pareja tiene a su alcance para disfrutar de su sexualidad, vamos a proponer una serie de formas de practicar el sexo sin penetración que, sin duda, van a resultar muy estimulantes y muy placenteras para todas aquellas parejas que se aventuren (si no lo hacen ya) a experimentarlas.

Frote o Petting

Practicar el frote, petting o frottage implica, en cierto modo, regresar a las primeras experiencias sexuales, ésas que tienen lugar cuando, deseando preservar la virginidad (especialmente en el caso de las mujeres) y ansiando experimentar el placer del orgasmo, las parejas de adolescentes o preadolescentes se dedican a “hacer el amor con ropa”, es decir, a frotarse, una contra otra y sin desnudarse, sus mutuas regiones pélvicas. Practicar el petting o frote como forma de practicar sexo sin penetración puede resultar muy estimulante y placentero. De hecho, tanto los hombres como las mujeres pueden llegar al orgasmo de este modo.

Masturbación mutua

Con demasiada frecuencia se concibe la masturbación (en solitario o mutua) como una forma de gozar del sexo a la que única y exclusivamente se recurre cuando no se puede gozar de lo que se concibe como “sexo completo”. Con demasiada frecuencia la masturbación es vista como una sustitución “obligada” de la penetración. Cuando no puede existir penetración, se piensa comúnmente, se recurre a la masturbación. Indudablemente, pensar así implica incurrir en un gran error y ser muy injusto con la masturbación, tanto si ésta la practica en solitario como si lo hace con su pareja, ya que la masturbación puede ser (y de hecho lo es) una práctica tan saludable como proporcionadora de placeres.

Denigrar la masturbación es denigrar el sexo y sus placeres. Si la masturbación es placentera (en especial cuando es compartida con la pareja), ¿por qué denigrarla? Esta forma de practicar el sexo sin penetración puede resultar muy excitante. Cuando la pareja está obligada a permanecer separada, el Skype puede ser de gran ayuda para dar a esta forma de practicar sexo sin penetración un toque especial y para gozar del sexo a distancia.

Masajes eróticos

Una excelente manera de practicar sexo sin penetración es la de ofrendarse, mutuamente, masajes eróticos. El masaje erótico es una inestimable fuente de placer. Entre otras cosas, sirve para descubrir en nuestra pareja sus diferentes zonas erógenas y para estrechar los lazos de unión entre los miembros de la misma. Entre los beneficios principales del masaje erótico podemos encontrar:

  • Relaja y actúa contra el estrés de la vida cotidiana.
  • Mejorar la irrigación sanguínea de la zona masajeada y, al hacerlo, aumenta su sensibilidad, volviendo dicha zona más receptiva a los estímulos.
  • Estimula, como hemos dicho, las zonas erógenas, predisponiendo al cuerpo para la llegada del orgasmo.
  • Incrementa el deseo de tener sexo.
  • Inyecta creatividad en la relación sexual, sacándola de la monotonía y obligándola a buscar nuevos caminos.

Más allá de estos beneficios, esta forma de practicar sexo sin penetración tiene también una serie de beneficios secundarios tanto para la piel como para los músculos, la circulación o el sistema nervioso.

Sexo oral

Quienes no han practicado nunca sexo oral no saben lo que se pierden. El uso de la boca, traviesa y juguetona, para estimular las diferentes partes del cuerpo de la pareja en general y los genitales en concreto, es una excelente y casi inmejorable manera de practicar sexo sin penetración.

Dejar que la boca se aventure por el cuerpo de la pareja es una excelente manera de “honrar” dicho cuerpo y, al mismo tiempo, de proporcionarle un fantástico placer. La mujer, con la excitante combinación de boca, lengua y, siempre que se haga con cuidado, dientes, puede estimular los testículos y las diferentes partes del pene del hombre (glande, frenillo, tronco, prepucio). El hombre, por su parte, puede estimular oralmente (y esa será una excelente forma de practicar sexo sin penetración y de conducir a la mujer hasta el orgasmo), tanto los labios mayores y menores de la mujer, como la entrada de su vagina o su clítoris. Hombre y mujer, al unísono, pueden estimular oralmente tanto el perineo de su pareja (la zona que se encuentra entre el ano y los testículos o el ano y la vulva) como el ano propiamente dicho.

Uso de juguetes eróticos no penetrativos

La industria del juguete erótico ha creado un amplio catálogo de juguetes sexuales para enriquecer la vida sexual tanto de las personas tomadas de una en una y de forma individual como de las parejas. De entre los juguetes para adultos creados por dicha industria, hay muchos que se han diseñado especialmente para practicar sexo sin penetración. Por otro lado, introducir juguetes eróticos en la vida de pareja es una excelente manera de fomentar una comunicación más efectiva en la relación y de estrechar los lazos de unión potenciando la confianza mutua. Al igual que sucede cuando somos niños, el juego sirve para estrechar lazos y crear relaciones más fuertes. Jugar con juguetes eróticos al practicar sexo sin penetración es, pues, una buena manera de traer a la edad adulta los beneficios de lo lúdico.

Esperamos que alguna de estas formas de practicar sexo sin penetración (o todas ellas) te sirven para ampliar tu abanico de posibilidades a la hora de gozar de tu sexualidad.