Los efectos del parto

Sólo las mujeres pueden imaginar hasta qué punto un parto vaginal es una experiencia dolorosa. Recuperarse de él no es cuestión de dos días. Por eso se recomienda guardar escrupulosamente la llamada cuarentena, esas seis semanas que, tras el alumbramiento, quedan vedadas por el médico para la penetración sexual. Que finalicen esas seis semanas no quiere decir, ni mucho menos, que las relaciones sexuales puedan reanudarse como si tal cosa. La región perineal queda lastimada o sensible incluso cuando no se ha producido un desgarro ni se ha realizado una episiotomía (corte quirúrgico que se realiza en el perineo para ampliar la abertura vaginal y facilitar la salida del recién nacido). Si ésta se ha producido, lo lógico es esperar a que ya no existan puntos de sutura para reiniciar las relaciones sexuales tras el parto.

Dando por sentado que ya no existen esos puntos y que el suelo pélvico se encuentra mínimamente recuperado, ¿se puede considerar que ha llegado el momento de reanudar las relaciones sexuales con penetración? No necesariamente. Es más: es muy probable que, en muchos casos, la mujer no desee reincorporarse de inmediato a la vida sexual activa.

El sexo tras el parto se ve afectado por el cansancio físico y emocional derivado del cuidado del bebé. También se ve afectado por el estado anímico de la mujer. Sin llegar al extremo de la depresión post-parto, hay muchas mujeres que se sienten incómodas con su cuerpo tras haber dado a luz. Al no sentirse sexys esquivan la posibilidad de mantener relaciones sexuales. Se sienten a disgusto con su cuerpo y no quieren mostrarse desnudas ante su pareja.

En estos casos puede producirse un choque de deseos. Lo fundamental en este caso es mantener abiertos los puentes del diálogo y comunicarse las necesidades, los miedos, las ansias y cualquier tipo de sentimiento. La comprensión, en ese punto de la relación de pareja, es fundamental para que surja que problema que, enquistado, puede acabar conduciendo a la ruptura de la misma.

Este puede ser un buen momento para explorar al máximo las posibilidades de prácticas sexuales tan placenteras como el petting. Caricias, besos, mimos, juego oral, masturbación… Seguramente estas prácticas servirán para aliviar la falta de relaciones sexuales completas y para no guardar en el cajón de lo imposible el sexo tras el parto.

El petting, alternativa a la penetración

El petting, además, ayudará a la mujer a volver a reconciliarse con su cuerpo. Eso será más sencillo cuando se recuperen las viejas sensaciones que se creían olvidadas.

Una vez que se decida mantener relaciones sexuales completas tras el parto puede resultar muy apropiado el uso de algún tipo de lubricante. Hay que tener en cuenta que, tras el parto, las mujeres pueden pasar por una etapa de sequedad vaginal que haga necesario el uso de lubricantes vaginales. Éstos, además, ayudarán a aliviar las posibles molestias que la zona perineal sufra durante el coito.

Buscar un horario en el que el cansancio de la mujer sea menor es fundamental a la hora de convertir las relaciones sexuales en algo deseable para ella. El mediodía puede ser un buen momento.

También es fundamental, a la hora de disfrutar del sexo tras el parto, escoger una postura erótica que no exija demasiada presión sobre el suelo pélvico. Para reducir el dolor o las molestias en esta zona es fundamental recuperar el tono muscular de toda esa zona. Para ello nada mejor que los ejercicios de Kegel.

Radiofrecuencia vaginal

Esa afectación de la zona del suelo pélvico puede ir acompañada de una mayor laxitud vaginal. Al hacerse la vagina más laxa, la mujer puede perder sensaciones durante el coito, lo que convertiría a éste en un acto algo menos deseable. Para mejorar la laxitud vaginal hay muchos especialistas que recomiendan recurrir a lo que se conoce como radiofrecuencia vaginal. La radiofrecuencia vaginal sirve para devolver a la musculatura del suelo pélvico y a los músculos vaginales el tono necesario para que funcionen con normalidad y conviertan las relaciones sexuales en algo más placentero. En los casos de laxitud severa, la radiofrecuencia vaginal deberá combinarse con ejercicios de Kegel o con las famosas y utilísimas bolas chinas.

La radiofrecuencia vaginal es un tratamiento consistente en combinar el calor y el frío en el interior de la vagina. Puede aplicarse cuando ha pasado seis meses del parto y no requiere preparación previa. Lo que se pretende con la radiofrecuencia vaginal es que el organismo vuelva a producir colágeno por sí mismo.

En cualquier caso, lo fundamental que hay que tener en cuenta cuando se habla de sexo tras el parto es que resulta capital estrechar los lazos de la pareja, incrementar los niveles de comunicación y sinceridad y, por supuesto, dar tiempo al tiempo. Será él quien nos irá devolviendo, poco a poco, el sexo con nuestra pareja.