El arte de besar
El acto de besarse es uno de los actos más eróticos que pueden realizar dos personas. El beso aumenta la excitación de la pareja e incrementa la conexión entre los miembros de la misma. Un beso bien dado, ardiente, puede, de inmediato, establecer en la pareja el estado de ánimo justo e ideal para aventurarse por los placenteros y gratificantes territorios del sexo. No en vano, los labios son partes del organismo extraordinariamente sensibles y, por lo tanto, muy estimulables.
Apretar con la vagina
La vagina tiene su musculatura y esa musculatura tiene un papel a desempeñar durante la penetración vaginal. Si se sabe utilizar correctamente la musculatura vaginal, la mujer puede, con ella, apretar sobre el pene, aumentando así la fricción del mismo sobre las paredes vaginales. El primer efecto derivado de dicha fricción es el aumento del placer que experimenta el hombre. El segundo, la intensificación del orgasmo de la mujer.
La belleza sentada
Una de las grandes virtudes que la postura erótica de “La belleza sentada” ofrece a quienes la practican es su versatilidad. Esta postura sexual ofrece múltiples posibilidades de variación. Todas ellas girarán, sin embargo, en torno de un principio que irá repitiéndose en todas esas variaciones: la extraordinaria visión del cuerpo de la mujer que el hombre tendrá mientras la practica.
Fantasía erótica de la geisha
¿No has soñado nunca con que tu pareja es una geisha a tu servicio? ¿No te ha resultado siempre especialmente seductora la imagen exquisita y refinada de las geishas? Si es así, en este post puedes encontrar algunas sugerencias para que, junto a tu pareja, puedas convertir esta fantasía sexual en una realidad. La sensualidad será la piedra angular que permita sostener toda la construcción de la escena en la que esta fantasía erótica se haga realidad.
Una chica de pueblo (III) – Relato erótico
Yo acepté por deseo (¡qué ganas tenía de sentir cómo su polla reventaba de placer entre mis piernas!) pero también porque Jorge era una puerta de salida, la manera más rápida, directa y sencilla de marchar del pueblo. Por aquel tiempo, yo estaba un poco harta del ambiente mísero y sin horizontes del pueblo, y Jorge, de alguna manera, simbolizaba la libertad y modernidad de la ciudad…
Sexo en el campo de golf
¿Has probado a tener sexo sobre la magnífica alfombra de hierba de un campo de golf? Piensa en la suavidad de la hierba, en la fragancia a naturaleza que invadirá vuestro olfato, en la suave brisa del viento acariciándoos mientras hacéis el amor de una manera rápida e intensa antes de que otros jugadores lleguen a vuestro hoyo o a esa parte del campo en el que habéis decidido brindaros un tiempo de sexo fugaz y concentrado.
Sexo a la luz de la luna
Hacer el amor al aire libre, al abrigo de un cielo estrellado o bajo la luz de la luna, en una noche de verano, es algo lúdico, sensual e innegablemente excitante. Si habláramos de ello en términos tántricos, hablaríamos de la posibilidad de obtener un dichoso estado de relajación mientras conectamos profundamente con las energías más íntimas de la naturaleza.
Una sesión de sexo tántrico
En el ideario de muchos amantes hablar de sexo oriental es hablar de Tantra. Para esos mismos amantes, muy probablemente, hablar de Tantra es hablar de orgasmo sin eyaculación, de técnicas de respiración profunda, de saber encontrar ese aliento íntimo que ayuda a enfocar la energía de cada cual, de conectar con la pareja en una íntima relajación que, de manera progresiva, llevará hasta ese instante orgásmico en el que hombre y mujer se vuelven energía pura.
Cabalga, amazona
Hay posturas eróticas hechas especialmente para que la mujer domine y controle el ritmo del encuentro sexual. “Cabalga, amazona” es una de esas posturas. Aderezada con un poco de “hablar sucio”, esta postura puede proporcionar grandes momentos de placer tanto al hombre como a la mujer. La imaginación puede jugar un papel decisivo para aumentar aún más la temperatura de esta postura erótica.
Fantasía de la violación
Fantasear con ser violada. El sólo exponer este enunciado produce escalofríos de incomprensión. ¿Cómo puede ser posible que una mujer fantasee con un acto de violencia de tal magnitud sobre ella? Y, sin embargo, esto es más habitual de lo que podemos creer. Hay estudios dedicados a la fantasía de la violación y estos estudios hablan de un porcentaje de entre el 30 y el 60% de mujeres que, en alguna ocasión en su vida, han fantaseado con la posibilidad de ser obligadas por un hombre o grupo de hombres a realizar determinados actos sexuales contra su voluntad.
Una chica de pueblo (II) – Relato erótico
Cada uno de los noes que una noche tras otra yo daba a Jorge brotaban, cada vez más, desprovistos de fuerzas. Muchas veces pienso (y creo que no me equivoco) que si Jorge hubiera tenido un poco de paciencia y su grado de encoñamiento conmigo no hubiera sido tan grande, yo, finalmente, cualquiera de aquellas noches no habría sido capaz de decirle que no. Ni a regañadientes siquiera. Es decir: que más pronto que tarde habría dado el paso que tantas noches, masturbándome, había soñado dar (…)