La mujer: espectadora del porno

Eso de que las películas porno son un producto para consumo exclusivo de hombres ya pasó a la historia. Sin prisa pero sin pausa cada vez son más las mujeres que se han ido convirtiendo en espectadoras puntuales o habituales de películas pornoLos datos parecen ser claros en ese sentido. Pornhub, que ofrece videos porno gratuitos y con una audiencia mensual que ronda los 156 millones de visitas, ha reconocido que la cuarta parte de su audiencia mundial está compuesta por mujeres. Sin duda, una cifra importante. Demasiado como para creer que el crecimiento de un nuevo tipo de espectador no acaba influyendo, a la corta o a la larga, sobre los contenidos que se ofrecen en el producto pornográfico.

De alguna manera, el hecho de que la mujer haya acabado engrosando las filas de los consumidores de películas para adultos ha tenido una influencia directa sobre el cómo se elaboran y qué se muestra en un determinado estilo de porno.

Sin duda que en la mayor parte de los videos pornográficos que circulan por la red sigue mostrándose una visión eminentemente antigua de lo que es o puede ser el porno. Pero hay otro cine para adultos que poco a poco va abriéndose paso y que hay que debérselo, entre otras, a personas como Erika Lust (escritora, guionista, directora y productora de cine erótico sueca afincada en Barcelona que intenta, desde hace varios años, ofrecer un nuevo tipo de cine pornográfico).

Lust ofrece productos visuales eróticos en los que la mujer es algo más que un trozo de carne con pechos, boca, vagina y ano puesta ahí para satisfacer los deseos de un hombre que, tarde o temprano, finalizará la escena eyaculando sobre su cuerpo, su rostro o su boca. Un tratamiento visual distinto y un trabajo especial y diferenciado sobre factores como la música, los vestuarios, la fotografía, el casting o el guión convierten las películas firmadas por Erika Lust en un cine porno de autor muy especial que seduce tanto a hombres como a mujeres.

Sin duda, el cine que Lust ofrece es un cine hecho y pensado no sólo para que lo visione una mujer o un hombre en soledad. El cine de Lust es un cine pensado y hecho para que la pareja pueda compartirlo. Y es que, según apuntan los investigadores canadienses Marley Resch y Kevin Alderson (que han realizado un estudio sobre el tema y que lo han editado en el The Journal of Sex and Marital Therapy), el ver porno en pareja estrecha los lazos de la misma facilitando el mantenimiento de unas relaciones sexuales más satisfactorias.

Cine para adultos compartido

¿Ya has dado el paso de visionar porno en pareja? Si no es así y te estás planteando hacerlo, sigue alguno de los consejos que te damos a continuación. Puede ser que te ayuden para vivir una buena y placentera experiencia.

Lo primero que hay que tener en cuenta para ver porno en pareja es que el cine para adultos es, ante todo, algo creado para estimular. La estimulación, física o mental, son imprescindibles para gozar debidamente del sexo. El sexo debe ser una fiesta, algo que elegimos porque queremos y porque nos apetece. Nunca puede ser una obligación. Al sexo hay que ir a disfrutar, y por eso hay que ir estimulado. La película porno que veamos junto a nuestra pareja servirá precisamente para eso: para estimularnos, para inspirarnos, para crear dentro de nosotros el estado de ánimo propicio para zambullirnos en las delicias del sexo.

Para lo que no debe servir nunca la película porno es para que intentemos emular a quienes salen en ella. No hay que compararse con los actores y las actrices. Nunca. No hay que proponerse proezas ni deprimirse por no poder realizarlas. Nuestros penes miden lo que miden y aguantamos el tiempo que aguantamos. Ni es necesario poseer un pene de 20 cm para dar placer a nuestra pareja ni podemos estar una hora “empujando” dentro de ella sin eyacular. Querer imitar a los astros del porno sólo servirá para que nuestra autoestima se derrumbe y quede en el suelo, lamiendo las baldosas.

Para lo que sí puede servir el porno es para inspirarnos nuevos actos, es decir, para que tomemos notas de cosas que podemos realizar junto a nuestra pareja. Para esto, es necesario ver la película, si no entera, sí por lo menos en su mayor parte. Hay que vencer la tentación de ponerse en faena cuanto antes. Vencer esa tentación permitirá aprender cosas nuevas y, al mismo tiempo, hará que nuestra estimulación sea mayor.

Es importante, también, a la hora de seleccionar una película porno para ver en pareja, escoger el subgénero que más interese a los dos miembros de la pareja. Esto, posiblemente, sólo podrá conseguirse cuando se tenga una cierta experiencia como espectador de este tipo de cine. Esa experiencia servirá para acotar mejor los gustos de cada miembro de la pareja y para coordinar dichos gustos en busca de una experiencia conjunta más placentera e intensa.

Teniendo en cuenta todos estos aspectos, ya puedes dar el paso y ponerte a ver porno en pareja.