Rutas rápidas para alcanzar el orgasmo femenino
Sabe tu pareja cómo te gusta el sexo, ¿más rápido, más duro?… Sólo tú sabes qué te hace alcanzar el orgasmo de manera más rápida. Ajustar tu patrón sexual al de tu pareja puede mejorar vuestra vida sexual con una cantidad mínima de esfuerzo. La comunicación es básica en el sexo y conocer las zonas erógenas de tu pareja es muy importante para conseguir orgasmos increíbles.
Además, si sabes qué le gusta a tu pareja, no sólo tendrás mejores orgasmos, sino que vuestras posibilidades de llegar a la vez aumentarán.
Una de las técnicas para conseguir el orgasmo femenino es presionar el músculo pubocoxígeo de la vagina. De manera natural, cada vez que tienes un orgasmo, tu vagina contrae estos músculos, es como un espasmo. De lo que se trata es de que, en la penetración, relajes los músculos de la vagina cuando tu pareja te penetre y de que los contraigas mientras saca su polla, así la presión pondrá en marcha tus propias contracciones orgásmicas. Es cierto que esta técnica sexual requiere cierta práctica, pero si lo consigues lograrás ser la reina de los orgasmos femeninos. También puedes estimular tus zonas erógenas si ejerces presión en la parte inferior del vientre, cerca de la zona púbica, antes de que llegue el orgasmo. Es muy sencillo, sólo tienes que apretar en la parte baja del vientre, por encima del hueso púbico mientras follas, te masturbas o utilizas un vibrador. Pruébalo y verás cómo experimentas un fantástico orgasmo.
Otra técnica sexual es tensar los músculos de la vagina para estimular el punto g. Si quieres aumentar las probabilidades de llegar al orgasmo simultáneo, habla con tu pareja, indícale en todo momento tu grado de excitación y pídele cual es el suyo. Si mientras follas no te gusta hablar demasiado, establecer una escala del 1 al 10, así bastará con que le digas un número y él puede hacer lo mismo. La estimulación del clítoris es un método casi infalible para provocar el orgasmo femenino. La postura sexual del misionero, bien estirado los dos, es ideal para la estimulación del clítoris y si quieres más intensidad, ponte tú encima de tu pareja y desliza tus muslos hasta que estén encima de los suyos y no encima de sus caderas y arquea la espalda doblándote hacia atrás, formando un arco, de esta manera estarás ejerciendo la máxima presión en el área del clítoris. Si tu pareja te ha penetrado, ten cuidado de no doblar su polla hacia atrás, porque eres tú quien tiene el control de la situación. También puedes experimentar con otras posiciones donde tú estés encima para aumentar la estimulación de tus zonas erógenas, como dejar caer la cabeza por el borde de la cama mientras follas. La llegada de sangre al cerebro aumenta sensaciones.
Zonas erógenas alternativas
A veces, los lugares más obvios como el cuello, el lóbulo de la oreja o el clítoris, pueden no ser tus principales zonas erógenas. ¿Sabes lo que realmente te excita? Para favorecer la vida sexual de las parejas de larga duración, es útil seguir explorando nuevas áreas y buscar zonas erógenas femeninas. En este sentido el sexo anal puede ser una práctica sexual que potencialmente podrías disfrutar. Si quieres probar el griego, antes de la penetración anal, haz que tu pareja te excite, con caricias y juegos preliminares. Si es la primera vez, lo mejor es probar el perineo primero y si te gusta lo que sientes mientras su polla te acaricia, entonces es posible que desees algún contacto anal también. Pídele a tu pareja que utilice mucho lubricante íntimo y sólo tiene que usar el dedo para sondear suavemente el área. También puede lamerte el ano (el conocido beso negro). Como iniciación, muchas parejas lo incluyen en el sexo oral, además del cunnilingus, lamen y besan la parte exterior del ano.
Para una penetración total, empieza con un dedo o un tampón anal, utiliza mucho lubricante íntimo y tómatelo con calma. Al principio, puedes sentir una sensación algo extraña, pero después de la apertura inicial, experimentarás orgasmos placenteros y agradables. Puedes utilizar tampones anales para familiarizarte con sensación inicial. Una experiencia que puedes hacer para explorar tu cuerpo y tus zonas erógenas es utilizar un vibrador e irlo moviendo de arriba hacia abajo por tu vagina, el perineo, el ano, el punto g o el clítoris. De esta manera podrás calibrar la cantidad de placer que te produce y donde te gusta más. Estimula otras partes de tu cuerpo, prueba a darte placer con el vibrador mientras te haces un masaje en los pies ¿sientes algo diferente? Para el griego con penetración completa, olvida todo lo que has visto en los vídeos porno. Utiliza montones de lubricante íntimo, recuerda que el ano, a diferencia de la vagina no tienes lubricación natural, y utiliza preservativos especiales para el sexo anal. Como te imaginarás, la parte más difícil es meter la polla en tu culo, por lo que siempre es mejor colocarse en una posición que permita controlar la penetración con las manos (conseguir que empuje suavemente). Cuando lo consigas y estés en una especie de zona de confort, puedes aumentar el ritmo. No te olvides de ir usando lubricante íntimo a medida que avances en el sexo y si te empieza a doler para inmediatamente. Muchas mujeres encuentran más excitante el sexo anal cuando están encima de su pareja ya que en esta posición sexual aumenta la estimulación del clítoris. Con el sexo anal descubrirás un tipo de orgasmo diferente.