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La excitante experiencia de ver porno en pareja

Eso de que las películas porno son un producto para consumo exclusivo de hombres ya pasó a la historia. Sin prisa pero sin pausa cada vez son más las mujeres que se han ido convirtiendo en espectadoras puntuales o habituales de películas porno.

Asegurando el orgasmo femenino

Hay estadísticas que dicen algo más del 70 % de las mujeres no pueden alcanzar el orgasmo si no es ayudándose de la masturbación o estimulación clitoriana o vaginal o de una sesión más o menos bien realizada de sexo oral. Por eso es importante conocer cómo deben combinarse la estimulación del clítoris con las diferentes técnicas de penetración para, así, incidir sobre los puntos internos de la vagina más convenientes para aumentar la excitación y, de ese modo, facilitar la llegada del orgasmo.

Valérie Tasso nos ofrece un amplio catálogo de fantasías eróticas

Confesiones sin vergüenza es la última obra de Valérie Tasso. La sexóloga francesa ha preguntado a amigas, pacientes, usuarias de redes sociales y a mujeres de todas las edades y orientaciones sexuales para conocer cuáles eran sus fantasías sexuales más secretas. De entre todos los testimonios, Tasso ha elegido un total de 66 para confeccionar este nuevo libro que no es otra cosa que la recolección de los “relatos puros” de las fantasías eróticas esas 66 mujeres.

El último WhatsApp (Tercera Parte)

Hasta que él ya no pudo soportar aquel silencio. Aquellos whatsapps, en cierto modo, le habían devuelto al tiempo del imperio de una libido que ya creía perdida. Los sueños eróticos más incendiarios volvían a poblar sus noches y su despertar siempre le planteaba el dilema de si empezar el día marcándose una paja o no. La duda solía resolverse de manera afirmativa.

Cómo hacerlo según el tamaño de los genitales

El tamaño de los genitales del hombre y la mujer deben ser compatibles para que la satisfacción sexual sea completa. Palabra de Kama Sutra. Un hombre puede ser un semental, un toro o una liebre dependiendo del tamaño de su pene. La profundidad vaginal de la mujer determinará si es elefante, yegua o ciervo. La buena compatibilidad genital determinará una intensidad sexual mayor.

Sexsomnia

El sexo es importante, sí, y es precisamente por eso por lo que invade los territorios del sueño y el inconsciente. Quien más quien menos ha tenido alguna vez sueños eróticos. Los hombres son proclives a tener erecciones nocturnas que, en ocasiones, sólo finalizan cuando se produce una eyaculación que puede venir precedida o no de masturbación. En las mujeres, los sueños eróticos acostumbran a venir acompañados de una serie de reacciones físicas. Se dilatan los vasos pélvicos, se congestionan los genitales, se lubrican y, en ocasiones, se alcanza el orgasmo. Las anteriores son las formas más sencillas de invasión del sueño por parte de la sexualidad. Pero hay una forma más compleja. Esa forma es la sexsomnia.

La fantasía erótica del cura y la feligresa

Hay algunas fantasías eróticas que siempre aparecen teñidas con el tinte de lo especialmente irrespetuoso. La moral pesa mucho y la educación recibida, también. Quizás es eso (el tufillo a prohibido, el aroma a pecado) lo que hace a estas fantasías de la que queremos hablar unas fantasías especialmente excitantes. Que el hombre o la mujer que participan en esta fantasía (o ambos a la vez) puedan ser un personaje religioso añade a la misma un toque especialmente provocativo.

El último WhatsApp (Segunda Parte)

Quizás había sido aquella misma declaración de principios la que le había animado a romper su propia coraza y a empezar a expresar en voz alta (tan alta y clara como puede llegar a ser un mensaje escrito o enviado por móvil) sus aficiones sexuales más ocultas, aquéllas que nunca se había confesado ni a sí mismo: “me gustaría mucho que me la chuparas mientras me metes un dedo en el culo”, “quiero que te metas mis huevos en la boca y los saborees como si fueran dos caramelitos de menta”, “he soñado que te tenía a cuatro patas y que te separaba las nalgas…”

Un polvo en la oficina

Hay lugares en los que no puede concebirse un polvo atemperado y tranquilo, uno de esos polvos que se desarrollan como acunados por un aire de ternura y que se extasían contemplándose a sí mismos. Una oficina no es lugar para ese tipo de polvos. Ni aunque esté vacía. Una oficina invita a un polvo apresurado y fogoso, un polvo que apenas deje sobre la mesa un pequeño rastro de sudor o una pequeña y descontrolada gotita de semen. Un polvo en una oficina es el polvo exprés por excelencia, la ración de sexo fugaz reducida a su mínima expresión.

El riesgo de las ETS

El sexo puede presentar una serie de riesgos para la salud que no hay que obviar y que siempre y en toda relación hay que tener presentes. El más común y extendido de todos esos riesgos es el de la transmisión de algún tipo de enfermedad de transmisión sexual. Los datos de la Organización Mundial de la Salud son, en este extremo, concluyentes: casi 450 millones de personas se infectan cada año en el mundo de enfermedades de transmisión sexual (ETS) como la sífilis, la gonorrea, la clamidia o la tricomoniasis.

Azotes en las tetas

Una buena manera de introducir un punto hard en el encuentro sexual entre el hombre y la mujer que redunde en el nivel de excitación alcanzado en el mismo es incluir en la relación la posibilidad de azotar de manera moderada los pechos de la mujer. Para ello es imprescindible no olvidar algo: los senos no son un músculo. Los senos están formados de grasa, lóbulos y conductos galactóforos encargados de llevar la leche, en las mujeres lactantes, de los lóbulos mamarios al pezón