Presiona ESC para cerrar

Sexo en el barrio ( y III)

El barrio era eso: hombres hechos y derechos mirando el culo de las adolescentes desde la barra del bar mientras soñaban polvos imposibles, parejas magreándose en un banco del parque y follando en los coches cuando caía la noche, bocas devorando pollas en la oscuridad de los rincones de las porterías… El barrio era un sitio en el que, definitivamente, el despertar al sexo tenía lugar temprano.

El ángulo recto

¿Has llegado a casa con ganas de sexo y energías suficientes como para arriesgar un poquito en la postura erótica e ir un poquitín más allá del misionero pero sin llegar a la exigencia física que te reclaman “la torta volteada” o “el espectador privilegiado”, dos de las posturas que ya hemos visto? ¿Tiene también tu pareja ganas de experimentar? Decidíos entonces a probar qué tal sienta a vuestros cuerpos “el ángulo recto”. Quizás esta postura erótica sea un poco exigente físicamente para ella, pero el esfuerzo le será recompensado con creces.

Fantasía del policía y la delincuente

Los uniformes dan mucho juego a la hora de escenificar las fantasías sexuales. El uniforme de policía no es una excepción. El concepto de autoridad implícito en él va bien a la hora de escenificar fantasías eróticas en las que deban intervenir acciones de castigo. Un uniforme, unas esposas y un consolador extra grande pueden bastar para llevar a la realidad esta fantasía erótica.

Un polvo en el callejón

Los apretones sexuales no tienen horario. Vienen cuando vienen y vienen exigiendo satisfacción. Un callejón oscuro no es un cuarto de hotel, pero puede ser un lugar perfecto para un polvo rápido. El miedo a ser sorprendidos puede servir de acicate y elemento estimulador. En el fondo del callejón, podéis jugar al juego del cliente y la prostituta. El sexo rápido también tiene sus encantos.

Sexo en el barrio (II)

Estábamos a finales de curso y aquel profesor de Química me llamó al despacho para comentar un examen que, al decir de él, no me había salido todo lo bien que podría salirme. “Tú puedes dar mucho más de sí, Sandrita”, me dijo. Así que fui al despacho. Cuando estábamos allí, y tras comentar el examen, me dijo que podía recuperar la nota fácilmente y llegar al aprobado, sin tener que estudiar y sin necesidad de presentarme a los exámenes de recuperación. “Basta, Sandrita, con que me hagas una felación”.

La torta volteada

La postura de “La torta volteada” no está hecha para cualquiera. Aquí se necesita un chico fuerte y una chica que reúna, a un tiempo, flexibilidad y fuerza. Desde luego, no es una postura creada para todos aquellos que sufran del corazón ni hayan dedicado un tiempo prudencial en labrarse la musculatura en el gimnasio.

Los pechos: instrucciones de uso

Unas de las partes de la anatomía de la mujer que para el hombre resulta más atractiva es, sin duda, los senos. Tarde o temprano a los senos de la mujer van a parar los labios o las manos del hombre. Para la mujer es uno de sus zonas erógenas más sensibles. Todos los pechos poseen terminaciones nerviosas, es decir: todos están capacitados para ser estimulados. Eso sí: no todos los pechos reaccionan igual a las mismas caricias.

Reforzando la sensualidad

A veces nos preocupamos demasiado de lo evidentemente sexual y nos olvidamos de lo sensual. Obsesionados por el fin, nos despreocupamos del camino olvidándonos de todas las maravillas que podemos encontrar y disfrutar en él. La sensualidad es uno de los motores más potentes de la sexualidad.

Sexo en el barrio (I)

Nunca necesité que nadie me explicara cómo hacer una paja a un tío. En el barrio, esas cosas se aprendían sin necesidad de que nadie te dijera cómo hacerlas. Bastaba con abrir los ojos y mirar. Tarde o temprano veías a algún tío cascándosela en el parque, escondido entre los árboles; o llegabas a casa y te encontrabas a tu hermano sentado en la taza del wáter, con los ojos en blanco, dándole a la zambomba con un Penthause repleto de salpicaduras blancas apoyado en el bidet.

El espectador privilegiado

Es posible que pienses que no hay demasiadas diferencias entre esta postura erótica y la del misionero, pero podemos asegurarte que la postura de “El espectador privilegiado” proporciona unos resultados más calientes.

Fantasía de la masajista y el cliente

No es difícil dejarse llevar por el encanto de esta fantasía erótica, sobre todo cuando tienes a tu pareja masajeándote dulcemente la espalda. ¿Qué mejor manera de decir “te amo” que regalar un masaje? El masaje es algo que se hace para que la otra persona se sienta bien y relajada. No te preocupes en absoluto si no tienes conocimientos como masajista. Una vez que coloques las manos sobre la piel de tu pareja, sabrás exactamente qué hacer con tus manos para realizar ese masaje.