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juegos sexuales

La bibliotecaria (VI) – Relato erótico

En esta VI parte del relato La Bibliotecaria podrás descubrir más detalles sobre la relación erótica que mantienen una bibliotecaria de barrio y un usuario de la biblioteca a partir de la lectura de la novela “Historia de O”, de Pauline Réage. En esta nueva entrega, el protagonista masculino del relato descubre dentro de sí ciertas pulsiones sumisas.

La fantasía erótica con un superior

La fantasía erótica con un superior es una fantasía más habitual de lo que podemos imaginar. Y es que esta fantasía no nace de una única motivación. El significado que se esconde tras la fantasía erótica con un superior puede ser la atracción erótica sin más (imaginemos que el superior es una persona especialmente agraciada o físicamente atractiva), la admiración, el deseo de ascenso social y económico o, incluso, la venganza o el odio. También estos últimos sentimientos, negativos de por sí, pueden motivar que en un momento determinado se active en la imaginación de una persona la fantasía erótica con un superior.

Juegos eróticos con los pies

El fetichismo del pie es uno de los más comunes que pueden encontrarse en el universo fetichista. Al hacer referencia al pie como elemento protagonista de un determinado juego sexual, podemos diferenciar entre dos tipos de juegos: los que están basados en el hecho de que nos exciten especialmente los pies de nuestra pareja y los que se fundamentan en el hecho de que nuestros pies sean especialmente sensibles. En este artículo vamos a proponerte diversos juegos eróticos con los pies.

Fantasías eróticas masculinas

No hace mucho tiempo dedicamos en esta sección un post a las principales fantasías eróticas femeninas. En esta ocasión vamos a bucear en algunas de las principales fantasías eróticas masculinas. Como se acostumbra a decir, la fantasía erótica no existe para exigir su cumplimiento. Que una persona fantasee eróticamente con algo no quiere decir que quiera convertir ese algo en realidad. La fantasía erótica reina en el territorio de la imaginación y es ahí donde cumple su cometido principal: estimularnos sexualmente.

Golpes en la vulva

Por caber, en el sexo caben hasta los golpes. En algún lugar hemos hablado del efecto estimulador que pueden tener los azotes. También hemos hablado, en alguna ocasión, de cómo los golpes en las tetas pueden llegar a formar parte de las prácticas sexuales de una pareja. Llegados a este punto podemos preguntarnos: si los golpes son efectivos eróticamente cuando se realizan sobre las nalgas o el pecho, ¿lo serán también cuando se efectúen sobre una zona marcadamente erótica como es la vulva? La respuesta es clara: por supuesto.

‘Kiki, el amor se hace’: un canto a la fantasía erótica

‘Kiki, el amor se hace’ es un bofetón dado con la mano abierta en el rostro de los que públicamente se la cogen con papel de fumar y pretenden imponer a los demás un sexo de cerrado y sacristía, de misionero y luz apagada, de creced y multiplicaos. ‘Kiki, el amor se hace’ es un bálsamo para todos aquéllos que alguna vez han tenido la sensación de vivir la sexualidad o de entenderla de una manera extravagante y desviada de la normalidad. ‘Kiki, el amor se hace’ es un canto a la libertad de la fantasía erótica, una loa al fetichismo, un soplo de aire fresco que alivia a nuestro olfato del aliento a cloaca dejado por tanto inquisidor.

El beso de Singapur o succión vaginal

A veces vamos a buscar demasiado lejos lo que, estando dentro de nosotros mismos, puede servirnos para intensificar las sensaciones experimentadas durante el mantenimiento de las relaciones sexuales. Ése es el caso, por ejemplo, de lo que se conoce como beso de Singapur, pompoir o, en árabe, kabazza. Estos tres términos sirven para definir una técnica sexual antiquísima consistente en realizar, con la vagina y sobre el pene, una tarea de succión.

Fantasías eróticas femeninas

De la misma manera que la masturbación no es sólo cosa de hombres, tampoco son ellos los únicos que tienen derecho a fantasear sexualmente. Las mujeres también tienen sus propias fantasías eróticas. Y éstas suelen repetirse en muchas de ellas. En este artículo te ofrecemos una relación de las fantasías eróticas femeninas más comunes.

Sexo en el espacio: una fantasía intergaláctica

después de haberlo hecho en los probadores de unos grandes almacenes, en el lavabo de un bar, en la playa, en el asiento trasero de un coche o en un ascensor, y de haber jugado a juegos de rol en el que tan pronto somos policías como somos ladrones y en el que nuestra pareja se convierte en la sexy enfermera que nos masturba o nos lame o en la inflexible profesora que nos azota el trasero para castigar nuestros errores, después de haber experimentado todo eso con mayor o menor fortuna, con mayor o menor placer, nos seduce la idea de hacer el amor en el espacio

Trucos para controlar la eyaculación

¿Cuánto duramos verdaderamente en la cama? Según un estudio realizado en la Universidad Estatal de Pensilvania, entre 7 y 13 minutos. Ciertamente esos minutos parecen un tiempo ciertamente escasos frente a los maratones sexuales que aparecen en muchas películas porno. Sabemos que del porno no debemos fiarnos ni colocarlo como modelo a imitar en nuestras relaciones sexuales y, sin embargo, tendemos a estar pendientes en exceso de nuestra duración. Aquí te proponemos una serie de trucos para durar más en la cama.

La incertidumbre juegan a favor del sexo

Tener que conquistar a la pareja cada día: ése puede ser un maravilloso estimulante sexual. Nada mejor que la incertidumbre sexual para avivar la llama del deseo. El dar por segura la práctica sexual puede dar a la misma un carácter rutinario que no consigue otra cosa que hacer disminuir el carácter excepcional y de maravilla del mismo.