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mamada

Sexo en el barrio ( y III)

El barrio era eso: hombres hechos y derechos mirando el culo de las adolescentes desde la barra del bar mientras soñaban polvos imposibles, parejas magreándose en un banco del parque y follando en los coches cuando caía la noche, bocas devorando pollas en la oscuridad de los rincones de las porterías… El barrio era un sitio en el que, definitivamente, el despertar al sexo tenía lugar temprano.

Sexo en el barrio (II)

Estábamos a finales de curso y aquel profesor de Química me llamó al despacho para comentar un examen que, al decir de él, no me había salido todo lo bien que podría salirme. “Tú puedes dar mucho más de sí, Sandrita”, me dijo. Así que fui al despacho. Cuando estábamos allí, y tras comentar el examen, me dijo que podía recuperar la nota fácilmente y llegar al aprobado, sin tener que estudiar y sin necesidad de presentarme a los exámenes de recuperación. “Basta, Sandrita, con que me hagas una felación”.

Sexo en el barrio (I)

Nunca necesité que nadie me explicara cómo hacer una paja a un tío. En el barrio, esas cosas se aprendían sin necesidad de que nadie te dijera cómo hacerlas. Bastaba con abrir los ojos y mirar. Tarde o temprano veías a algún tío cascándosela en el parque, escondido entre los árboles; o llegabas a casa y te encontrabas a tu hermano sentado en la taza del wáter, con los ojos en blanco, dándole a la zambomba con un Penthause repleto de salpicaduras blancas apoyado en el bidet.

Fantasía de la masajista y el cliente

No es difícil dejarse llevar por el encanto de esta fantasía erótica, sobre todo cuando tienes a tu pareja masajeándote dulcemente la espalda. ¿Qué mejor manera de decir “te amo” que regalar un masaje? El masaje es algo que se hace para que la otra persona se sienta bien y relajada. No te preocupes en absoluto si no tienes conocimientos como masajista. Una vez que coloques las manos sobre la piel de tu pareja, sabrás exactamente qué hacer con tus manos para realizar ese masaje.

La boca de Cleopatra (Segunda Parte)

En la primera parte de este relato dejamos a la reina Cleopatra mamándosela infructuosamente a Julio César. Al final de de dicho capítulo parecía que la polla de César empezaba a dar señales de vida. ¿Qué más pasó en aquella noche de Alejandría? ¿Consiguió Cleopatra saciar sus ansias de felatriz?

La boca de Cleopatra (Primera Parte)

Se dice que la reina egipcia Cleopatra fue una de las grandes felatrices de la Historia. Que la mamaba cojonudamente, vamos. Pero hay historias que no se cuentan. Por ejemplo: la de la primera noche que Cleopatra pasó con Julio César. Imaginarla es una buena manera de entrar en calor.

Una mamada en el probador

El probador de un centro comercial es un lugar ideal para disfrutar de un rato de sexo fugaz. Varias piezas de ropa y un poco de decisión bastan para gozar de una magnífica sesión de sexo oral. Los actos pueden ir a mayores. Aunque incómodo, un polvo rápido en el probador también puede ser una fantástica manera de hacer más ameno ese tiempo de compras que a veces parece interminable.

De picaderos y asientos traseros

Follar en el coche es una de las clásicas experiencias sexuales por las que, quien más quien menos, ha pasado alguna vez en su vida. Parejas de novios sin posibles, recién salidos de la adolescencia, exhibicionistas camuflados y amigos sorprendidos por un intempestivo “aquí te pillo y aquí te mato” lo han probado en alguna ocasión. Elegir el picadero adecuado es lo más complicado.

De felaciones y felatrices

La felación se aparece como una de esas prácticas eróticas que no saben de modas porque siempre han estado ahí. Por eso tiene tantos nombres y tantos modos posibles para referirse a ellas. De Egipto a Roma, de Cleopatra a Monica Lewinski, la mamada siempre ha sido una de las prácticas sexuales estrella.

Sexo en público, un juego muy excitante

Una fiesta es ocasión ideal para probar un juego sexual y sorprender a tu pareja. Todas las fiestas tienen un lugar para dejar los abrigos y las pertenencias, a modo de guardarropa. Este lugar es ideal para el sexo oral, pero claro, acarrea algunos riesgos. Obviamente, alguien podría entrar a coger su abrigo, pero las probabilidades son muy pequeñas si eliges bien el momento. Además siempre puedes mirar si hay un cerrojo en la puerta.

Técnicas Sexuales para mejorar el sexo oral

No es necesario que seas astrofísica para saber cómo hacer que tu pareja se sienta en el cielo. Como todas las técnicas sexuales, el sexo oral tiene sus secretos. Pocas cosas tan sencillas en la vida, te proporcionarán tanto placer tanto a ti como a tu pareja. El clítoris es exquisitamente sensitivo y delicado, tu chico no puede asaltarlo así sin más. Los principios del Kaizen, los pequeños cambios producen grandes diferencias, resultan muy útiles en la técnica sexual de la felación.