vida sexual
Medicamentos y sexo
La vida sexual no es inmune a la influencia de los fármacos. Eso es algo que deberás tener en cuenta cuando te veas obligado a consumir algún tipo de fármaco bien sea por automedicación, bien por prescripción médica. Somníferos, antidepresivos, antiinflamatorios, relajantes musculares, neurolépticos, anti-ulcerosos, reguladores de la presión arterial o diuréticos, entre otros, pueden afectar a tu rendimiento sexual o a tu apetito erótico.
Cómo acariciar a tu pareja
No cabe duda de que la caricia es una de las más bellas expresiones de amor entre dos personas. La caricia bien realizada lleva en sus entretelas todo el cariño de una persona hacia otra. Por desgracia, en Occidente, por motivos culturales, hemos hecho que ciertos sentidos hayan perdido pie frente a otros. Habituados a movernos por estímulos visuales, hemos dejado en un cierto abandono a sentidos como el del tacto.
Una chica de pueblo ( y VI) – Relato erótico
En mi respiración anidó una agitación confusa en la que convivían la excitación por lo contemplado y una mezcla indefinida de deseo y tabú que me estremecía hasta lo más hondo. Me sentí mojada y convulsa y decidí imitar a mi prima. Me quité las bragas, me abrí de piernas, puse cada una de ellas sobre uno de los reposabrazos del sillón de mimbre, cerré los ojos y, sin demora, llevé mis dedos hacia el territorio en aquel momento pantanoso de mi coño…
Sexo en la playa
Pocos lugares invitan tanto a la lujuria como la playa. Cuerpos bronceados, pieles que relucen bajo el sol, el sonido del mar acunando nuestros sentidos y, por supuesto, el sol. Pocas cosas como el sol a la hora de poner en funcionamiento nuestras endorfinas. Éstas se activan y, activadas, nos dejan a merced de nuestros deseos más íntimos. Y nuestros deseos acostumbran a ser muy traviesos. Tanto, que pueden empezar a girar sobre un objetivo único: el de hacer el amor con nuestra pareja ahí mismo, en la playa.
Zonas erógenas del hombre y la mujer
Son muchas las zonas del cuerpo que pueden ser despertadas sexualmente cuando son tocadas y acariciadas no importas si por una segunda persona o si por nosotros mismos. Esas zonas reciben el nombre de zonas erógenas. Hay una zona corporal, sin embargo, que es el órgano sexual más poderoso. ¿Sabes cuál es? El cerebro. En el cerebro residen nuestros deseos y anidan nuestras fantasías. Unos y otras son los afrodisíacos más importantes. Ellos y ellas determinan aquello que, sexualmente, más nos gusta.
Hacer el amor durante toda la noche
Hacer el amor durante toda la noche figura en un lugar destacado entre los sueños eróticos de todo amante. Ese sueño viene desde tiempos inmemoriales. Un ejemplo: los sabios taoístas recomiendan en sus textos períodos prolongados de hacer el amor para que ambos amantes tengan la oportunidad de experimentar oleadas de éxtasis antes de llegar al clímax. ¿Cómo se puede llegar a alcanzar ese sueño del sexo prolongado? Sin lugar a dudas, aprendiendo una serie de técnicas dilatorias que sirvan para posponer el momento del clímax.
Una chica de pueblo (V) – Relato erótico
Me reconcilié, así, con mi cuerpo. Me reconcilié con mi placer. Volví a sentir el gozo de aquel hormigueo de la sangre, de aquel bullir de la entrañas, de aquel fuego trepando piernas arriba que antecede al momento único e impagable en el que todo (el tiempo y su memoria, el espacio y sus rincones) se desdibuja para dejar que en su lugar impere la dictadura única del cuerpo y su placer.
Formas de penetración erótica
Nadie puede ponerlo en duda: el sexo es movimiento. Según sea dicho movimiento, así serán las sensaciones derivadas del acto sexual. Más o menos pausados, más o menos impetuosos. Las sensaciones que experimenten los cuerpos de los amantes dependerán de esa pausa y de ese ímpetu que dichos amantes sepan dar a sus movimientos. También dependerá, claro, de la forma que se realice la penetración.
Una chica de pueblo (IV) – Relato erótico
Y es que aquel deseo de Jorge no sabía de prolegómenos ni de juegos. O, lo que era peor, los había desdeñado. Como si no valieran nada. Creo que todo lo que hasta aquel momento nos había hecho tan felices (la paja disimulada en el cine de verano, el cunnilingus en los peldaños de la ermita, la felación recostados en las cercas de piedra, sus dedos masajeando mi clítoris bajo mis bragas llenándome el cuerpo de estremecimientos…
Sexo en el jardín
Una noche de verano: calor, un cielo cuajado de estrellas, los grillos cantando y los aspersores llenando el aire de diminutas y refrescantes gotas de agua. Sin duda, un ambiente que invita a la sensualidad y a entregarse al placer de un magnífico e intenso tiempo de sexo rápido. Diez minutos pueden bastar para gozar de un intenso encuentro erótico.
Apretar con la vagina
La vagina tiene su musculatura y esa musculatura tiene un papel a desempeñar durante la penetración vaginal. Si se sabe utilizar correctamente la musculatura vaginal, la mujer puede, con ella, apretar sobre el pene, aumentando así la fricción del mismo sobre las paredes vaginales. El primer efecto derivado de dicha fricción es el aumento del placer que experimenta el hombre. El segundo, la intensificación del orgasmo de la mujer.